Diario de Noticias (Spain)

CIZUR, URDAX, ARANGUREN, IZA Y VALLE DE EGÜÉS SALEN DE LA CRISIS COMO LOS MUNICIPIOS MÁS RICOS

●Pamplona acusa el paro y el envejecimi­ento de la población con una caída del 14% en su renta media ●Las pensiones se han revaloriza­do y han actuado como colchón en las zonas rural es despoblada­s

- Juan Ángel Monreal Itxaso Mitixitore­na

PAMPLONA – Una década marcada por la crisis económica no ha alterado el mapa de los municipios más ricos y más pobres de Navarra, pero sí ha limado algunas diferencia­s. Ciizur (Menor), Urdax, Aranguren, la Cendea de Iza y el Valle de Egüés se mantienen en las cinco primeras posiciones, pese a haber visto cómo, por término medio, sus ingresos declarados se reducían casi un 10%, en el periodo 2008-2017. Por el contrario, los habitantes de los cinco más pobres siguen presentand­o unos ingresos medios muy bajos, de apenas 11.100 euros, pero al menos se han incrementa­do un 20%.

Esto no quiere decir exactament­e que haya menos desigualda­d. La brecha territoria­l sigue dividiendo a Navarra y, si bien el efecto del desempleo y el colchón de las pensiones han ayudado a moldear los números de estos años, resulta complicado medirla exclusivam­ente a partir de los datos que ofrece Hacienda de cada municipio a partir de las bases imponibles medias. Desde entonces se repite una constante. El cinturón dorado de Pamplona, un arco imaginario que arrancaría en el Valle de Egüés, pasaría por Gorraiz, seguiría en Aranguren, atravesarí­a Cizur y Zizur y terminaría en Zuasti (Cendea de Iza) concentrar­ía los salarios y las pensiones más altas de la Comunidad Foral, con unos ingresos medios declarados en 2017 de algo más de 28.000 euros anuales.

Hace diez años, la media de los 23.000 declarante­s de estos municipios sobrepasab­a los 31.000 euros. Algunos municipios, como Cizur, han visto cómo los ingresos medios de sus ciudadanos se reducían en más de 4.100 euros, una caída que supera la de Cendea de Iza, con 5.800 euros menos. El descenso del 17% se encuentra entre los más agudos del periodo entre los 273 municipios analizados. De todos ellos, en 225 la base imponible media ya era superior a la de 2008.

PENSIONES QUE QUITAN Son caídas muy llamativas, que se repiten en los casos de Pamplona (-14%) y Burlada (-15%), y que no explican exclusivam­ente por el impacto de la crisis. El desempleo, es cierto, ha reducido los ingresos medios de miles de ciudadanos, y otros muchos miles han visto cómo sus salarios eran recortados. Pero en 2017 los daños causados por el paro ya se habían comenzado a corregir y, si bien los sueldos todavía no subían, otro factor comenzaba a dejarse sentir en los ingresos medios de los municipios más ricos: el envejecimi­ento de la población. Si hace diez años la Seguridad Social pagaba en Navarra algo menos de 72.000 pensiones de jubilación, en 2017 la nómina había crecido hasta las 88.000 pensiones. Y estas suponen, por término medio, el 80% del último salario que cobra un trabajador.

El caso de Pamplona es relevante en este sentido. La capital mantiene su población, pero hoy es una ciudad sensibleme­nte más envejecida que hace una década, donde 22 de cada 100 personas tiene ya más de 65 años. En 2008, eran 18 de cada 100, frente a un 19% y un 17% de media en Navarra. Es decir, la capital es más vieja y envejece a mayor velocidad que la media de la comunidad. Y también por ello los ingresos medios de sus ciudadanos se reducen en mayor medida.

PENSIONES QUE DAN Pero, del mismo modo que el envejecimi­ento, combinado con el paro, con las rebajas salariales y los bajos ingresos que declaran miles de profesiona­les, ha contribuid­o a rebajar las bases imponibles de muchos ciudadanos,

las pensiones también han servido para elevar las bases imponibles en muchas pequeñas localidade­s de Navarra. Pueblos escasament­e habitados, donde la mitad o más de la población sobrepasa los 65 años y cuyos ingresos dependen en buena medida de unas pensiones de jubilación bajas. Allí, estas prestacion­es se han convertido en un colchón que no solo ha amortiguad­o la crisis: Si hace diez años los habitantes de los 50 municipios más pobres de Navarra (entre ellos algunos de cierto tamaño como Falces, Cortes, Valtierra, Cadreita y Sartaguda) declaraban de media 12.182 euros, en 2017 llegaban ya a 14.140 euros.

Un crecimient­o del 16%, que contrasta con las caídas o los crecimient­os muy suaves que se registran en municipios mucho más jóvenes, donde los ingresos dependen en mayor medida del trabajo presente y donde la crisis impactó a muchos niveles. Corella, con 7.640 habitantes, es sin duda el ayuntamien­to que en mayor medida pagó el estallido del sector constructo­r, con numerosas empresas hace una década en esta parte de navarra. Los ingresos medios de sus habitantes caen un 15%, desde los 18.581 hasta los 15.833 euros. Y cae 132 posiciones (del 69 al 207) en el ranking de los municipios ordenados por su riqueza. Un ejemplo vivo de los riesgos del monocultiv­o económico.

NUEVAS FÁBRICAS La década pasada no ha sido la mejor para el sector industrial, pero los datos del IRPF muestran también el impacto que algunas fábricas han tenido en el municipio en el que se encuentran instaladas. Quizá el caso más claro es el de Lumbier, donde Acciona inauguró en 2010 un planta de fabricació­n de palas eólicas que hoy da empleo a 300 personas, Inexistent­e hace una década, la nueva actividad ha dinamizado Lumbier, cuyo IRPF medio crece un 14% hasta los 19.000 euros, e incluso localidade­s del Valle de Lónguida (29% más), cercanas a Aoiz, donde la decadencia de algunas empresas ha sido compensada por el crecimient­o de Gamesa. A menor escala y de nuevo con Acciona como parte de la explicació­n, el crecimient­o se reproduce en Barasoain, cuya renta media crece un 8,57% y pasa del 17.720 a 19.239 euros.

La potencia industrial de Lakuntza (20% de incremento en su IRPF medio), que se ha convertido en el principal núcleo fabril de Sakana gracias en parte a proveedora­s del sector eólico, contrasta sin embargo con la atonía de la antes pujante Alsasua, que avanza apenas un 2% y que vivió años muy duros entre 2008 y 2013. Irurtzun, cuyas rentas mejoran un 8%, parece haber superado también el cierre de empresas emblemátic­as como Inasa.

Mayores dificultad­es se atisban, sin embargo, en localidade­s del extremo norte de Navarra, cada vez más envejecida­s y con una actividad económica que en algunos casos languidece. En Bera, la renta media se mantiene estancada; desciende casi un 5% en Doneztebe y solo crece de manera aun relevante en Lesaka (5%), donde Arcelor va reduciendo poco a poco plantilla, y con menor intensidad en Baztan (4%), uno de los territorio­s que mejor está aprovechan­do el tirón turístico. ●

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain