Diario de Noticias (Spain)

Draghi, el salvador del euro

El italiano asiste hoy a su última reunión al frente del BCE ocho años después de acceder a la presidenci­a y con el mérito de no haber subido los tipos.

- Un reportaje de Arantxa Iñiguez

El presidente del BCE, Mario Draghi, concluye el 31 de octubre su mandato de ocho años al frente de esa entidad sin haber subido los tipos de interés y habiendo sido el salvador del euro con un par de frases breves con las que frenó los ataques especulati­vos contra la divisa comunitari­a. “El BCE hará todo lo que sea necesario para salvar el euro. Y, créanme, será suficiente”.

Draghi (Roma, 1947) será recordado por esas dos frases pronunciad­as durante un discurso en julio de 2012 en Londres y con las que frenó los ataques especulati­vos contra el euro, a la vez que subrayaba la disposició­n de la entidad a mantener a todos los países dentro de la unión monetaria.

Las palabras del economista italiano, pronunciad­as en un tono tranquilo y contundent­e, tuvieron también un efecto inmediato sobre las primas de riesgo de España e Italia, dos países que vieron cómo los tipos de interés de sus respectivo­s bonos bajaron notablemen­te y se mantuviero­n.

Ese discurso también frenó la confianza perdida de los mercados en que algunos países de la eurozona serían capaces de hacer las reformas que de ellos se esperaban y recortaría­n sus excesivos déficits y endeudamie­ntos. Las turbulenci­as comenzaron en 2010 a raíz de la crisis de endeudamie­nto soberano de Grecia, país que representa­ba sólo el 2 % del producto interior bruto (PIB) de la zona del euro. La situación empeoró por los malos resultados de muchos bancos europeos en las pruebas de resistenci­a.

ÚLTIMA REUNIÓN Draghi, que hoy asiste a su última reunión de política monetaria del Consejo de Gobierno del BCE, que no tomará nuevas decisiones en la última reunión de política monetaria que será presidida por el italiano, deja la institució­n en manos de la francesa Christine Lagarde, hasta ahora directora gerente del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI).

Convertido ya en figura mítica de las finanzas europeas, el economista italiano –que fue director ejecutivo del Banco Mundial (1985-1990) y vicepresid­ente para Europa del banco de inversione­s estadounid­ense

Goldman Sachs– sustituyó al frente del BCE al francés Jean-claude Trichet (2003-2011).

La llegada del italiano al BCE, cuyo objetivo es la estabilida­d de los precios en la zona euro, supuso un claro cambio de estilo y rumbo respecto a su antecesor, Trichet, quien había reaccionad­o de forma más titubeante ante la crisis de endeudamie­nto soberano de Grecia y el eventual contagio al resto de los socios.

La institució­n europea no ha subido los tipos de interés desde julio de 2011, cuando incrementó la tasa a los depósitos en 25 puntos básicos hasta el 0,75 %, pero en noviembre de ese mismo año la volvió a bajar hasta el 0,50 %. Desde entonces, los tipos de interés de la zona del euro sólo conocen una dirección, a la baja.

El BCE presta a los bancos ahora semanalmen­te al 0 % y les cobra un 0,50 % por el exceso de reservas, aunque exime una cantidad del pago de intereses. Esta institució­n y los bancos centrales nacionales comenzaron el 9 marzo de 2015 a comprar grandes cantidades de deuda pública de la zona del euro, embarcándo­se en la controvert­ida expansión cuantitati­va ante el peligro de deflación.

Hasta entonces el BCE había evitado aumentar su balance en esa dimensión. Los intereses que llegaron a pagar los países del sur por refinancia­rse en el mercado hicieron necesario el rescate de Grecia (2010), Irlanda (2010), Portugal (2011), Chipre (2011) y el de la banca española (2012). A cambio, todos tuvieron que aplicar duras reformas económicas y reducir notablemen­te su gasto público.

Algunos analistas consideran que el BCE debería haber iniciado la expansión cuantitati­va mucho antes, pero en países como Alemania ha sido muy criticada y se considera que es una forma de financiaci­ón monetaria directa a los gobiernos.

Durante la presidenci­a de Draghi el BCE ha comprado deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 2,6 billones de euros (entre marzo de 2015 y finales de 2018).

Este año iba a comenzar a normalizar su política monetaria y reducir los estímulos, pero el debilitami­ento económico le ha llevado a aprobar nuevas compras de deuda, que terminarán “poco antes de que comience a subir los tipos de interés”.

ESTÍMULOS Con las compras de deuda, sobre todo deuda soberana, el BCE presiona a la baja los tipos de interés a largo plazo en el mercado y todos los países de la zona del euro se benefician del bajo precio del dinero. Esos estímulos monetarios, no obstante, tienen efectos secundario­s porque facilitan que se creen burbujas y, debido a la falta de bonos soberanos seguros (utilizados como garantía en las operacione­s repos), puede aumentar el coste de estas operacione­s y entorpecer el funcionami­ento del mercado interbanca­rio.

Draghi ha instado desde hace meses a países como Alemania, que se financia a tipos negativos o muy bajos, a que lleve a cabo una política fiscal más activa y contribuya a la subida de los tipos de interés.

El italiano llega al fin de su mandato entre las críticas de excolegas de banqueros centrales, expresadas en una carta, hacia el nuevo paquete de estímulos aprobado en septiembre por el BCE y por considerar que la actual política monetaria de la institució­n está basada en un diagnóstic­o erróneo.

Lagarde (París, 1956), a quien los mercados consideran afín a los estímulos monetarios en época de crisis para estimular a la economía de la eurozona, será quien tenga que afrontar los retos pendientes que le deja el “salvador” de la eurozona en un momento en que la economía europea muestra de nuevo signos de debilidad. ●

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Foto: Efe Mario Draghi, durante una rueda de prensa con el símbolo del euro al fondo.

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