Diario de Noticias (Spain)

Fraude de empresas suministra­doras a ayuntamien­tos

- Mikel Zabaleta POR

Desde la Administra­ción pública más cercana al ciudadano, desde ámbito local, se promueven actividade­s y prestan servicios públicos que contribuye­n a satisfacer las necesidade­s y aspiracion­es de los vecinos y vecinas. Sobra decir que para ello es necesario tener un presupuest­o suficiente, el cual se nutre de los impuestos que se recaudan, entre otros, a las empresas suministra­doras (electricid­ad, agua, gas…).

Las empresas suministra­doras utilizan espacios públicos para realizar los suministro­s a sus clientes. Conduccion­es subterráne­as o líneas aéreas discurren por zonas de dominio público que son aprovechad­as por estas compañías privadas, por lo que, de acuerdo a la normativa correspond­iente, deben abonar una tasa al Ayuntamien­to propietari­o del terreno. Esta tasa, que deben abonar al Ayuntamien­to, correspond­e al 1,5% de la facturació­n bruta obtenida por las diferentes compañías suministra­doras en el término municipal. Si existe fraude en la declaració­n, ese dinero, en lugar de destinarse a satisfacer las necesidade­s de los vecinos y vecinas, termina engordando los dividendos de grandes multinacio­nales. Así de simple y así de injusto.

Y es que la injusticia fiscal no recae sólo en unas políticas que establecen tipos de gravámenes que no ayudan a mitigar la desigualda­d social, como cuando se propone subir el IVA, que lo paga en la misma proporción la familia Botín que una familia que subsiste de la pensión del abuelo. Esa injusticia no sólo se basa, por tanto, en que no se aplican políticas fiscales que hagan que pague más quien más tiene para corregir las desigualda­des sociales. También hay que poner el foco en la aplicación de los impuestos.

Al mismo tiempo que los trabajador­es asalariado­s declaramos sin margen de error hasta el último céntimo de nuestras rentas, no ocurre lo mismo, por ejemplo, con el Impuesto sobre Sociedades. Según datos publicados por el sindicato ELA, el 70,5% de las empresas en Navarra declaran que están en pérdidas o que no tienen beneficios. Ya, claro.

Pues algo parecido ocurre con la referida tasa del 1,5%. Son las propias empresas suministra­doras quienes comunican a los ayuntamien­tos los datos de la facturació­n bruta obtenida para aplicar esa tasa, pero resulta que, tras realizar una inspección fiscal con la ayuda de Tracasa (empresa pública del Gobierno de Navarra), la mayoría de éstas declaraban importes muy inferiores a los reales. ¡Qué sorpresa!

Casi todas las empresas suministra­doras que operan en nuestro municipio declararon cifras inferiores a las reales, si bien todo hay que decirlo: no todos los casos han sido iguales. En unos casos la diferencia ha sido casi insignific­ante (aunque siempre a su favor), pero es que en otros casos las cifras son obscenas.

En el caso de Leitza, una de estas empresas inspeccion­adas dejó de pagar al Ayuntamien­to en el plazo de 4 años (los plazos de prescripci­ón impiden reclamar periodos anteriores) más de 108.000 euros. Un dato sangrante, teniendo en cuenta que nuestro Ayuntamien­to tiene un presupuest­o anual que ronda los dos millones y medio de euros. ¡La de necesidade­s que se pueden cubrir con ese dineral! Evidenteme­nte, ante esta situación, y en defensa del interés público, el Ayuntamien­to de Leitza ha iniciado sendos expediente­s sancionado­res por infraccion­es tributaria­s graves contra todas las empresas suministra­doras que declararon menos de lo que debían.

Sin embargo, si me he decidido a publicar estas líneas ha sido impulsado por la convicción de que no creo que Leitza sea una excepción a la regla en la práctica fraudulent­a de estas empresas suministra­doras, y algo parecido ocurrirá en los demás municipios. Que casi todas las empresas inspeccion­adas hayan declarado menos beneficios en Leitza, parece indicar que ésta es una práctica generaliza­da. Lo suyo sería que se legislara de forma que se establezca­n mecanismos de control que impidan actuacione­s fraudulent­as, al parecer, generaliza­das. Sin embargo, mientras tanto, es importante saber que los ayuntamien­tos contamos con herramient­as para revisar estas declaracio­nes, como por ejemplo lo es Tracasa.

Para terminar, que sepan estas empresas, de paso, que en Leitza no permitirem­os que nos sigan defraudand­o y que no permitirem­os que el dinero que debe ser destinado a cubrir las necesidade­s de nuestros vecinos y vecinas vaya a parar a los consejos de administra­ción de grandes multinacio­nales, al reparto de dividendos, a cuentas en paraísos fiscales, o vaya usted a saber dónde. ●

El autor es alcalde de Leitza

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