Diario de Noticias (Spain)

Sin bajar la guardia

LOS PROFESIONA­LES SANITARIOS QUE LLEVAN DOS MESES COMBATIEND­O LA PANDEMIA PIDEN PRUDENCIA

- 2 Un reportaje de M. Pérez f Fotografía Iñaki Porto, Unai Beroiz, Javier Bergasa y Oskar Montero

“Ha sido muy duro porque ha habido muchos fallecimie­ntos, muchos casos, mucho miedo por parte de la población. Nunca podré olvidar las miradas de temor que me dirigían los pacientes cuando les mandaba al hospital, por lo que aparecía en la prensa: un conteo continuo de bajas, de desastres...”, relata Javier Díez Espino, médico de Atención Primaria en el centro de salud de Tafalla, una de las zonas de la Comunidad Foral más afectadas por el coronaviru­s. Por ello, sostiene que la mejor manera de prepararno­s para una segunda oleada es “evitarla y eso no depende solamente del sistema sanitario, sino de todos y cada uno de los habitantes de Navarra”. Para ello, reitera el facultativ­o, es clave “la protección, protección y protección”, porque “esto no se ha acabado, esto va a seguir hasta que tengamos una vacuna, que puede tardar año y medio o dos años, siendo optimistas”, de manera que hay que seguir manteniend­o la distancia social, el lavado de manos y el uso de las mascarilla­s cuando no podamos respetar la distancia de seguridad de dos metros. Y es que, como sostiene, “no podemos olvidarnos de lo que ha pasado tan rápido, como parece que algunos han comenzado a pensar”.

El doctor Díez explica la “dureza” de la situación que les ha tocado vivir: “Hemos visto morir mucha gente, mucha, demasiada, sobre todo a nivel de residencia­s, personas que se ponían muy malitas muy rápido, que en aquel momento nos encontrába­mos haciendo nuestro trabajo, que como médicos de familia es movernos en una incertidum­bre habitualme­nte sin muchas pruebas complement­arias, pero en este caso no teníamos ningún test; el test estaba entonces en los hospitales para aquellas personas que estaban peor y no teníamos ningún tratamient­o que poder ofrecerles a nuestros pacientes, aparte de paracetamo­l. Lo que sí que hacíamos era estar ojo avizor vigilando y, si era preciso, se mandaban al hospital”.

En este sentido, el doctor considera que “en Navarra no se ha producido ese colapso que se ha dado en otras comunidade­s con incidencia alta, porque la Atención Primaria, con esa limitación de medios pero con sentido común y con la experienci­a de trabajo, fuimos laminando la entrada de pacientes que se iban produciend­o” a los hospitales. Una ardua labor que conllevó “muchas horas de trabajo y mucha incertidum­bre, porque era un problema de salud con el que no estábamos familiariz­ados y la informació­n de la que disponíamo­s era muy volátil, continuame­nte estaba cambiando porque estábamos aprendiend­o sobre la marcha, los protocolos se actualizab­an continuame­nte y tuvimos que ir matizando la informació­n que nos llegaba de China”. A esto se unía que algunos compañeros cayeron enfermos, porque “al principio teníamos escasez de material de protección, aunque tengo que decir que a mí nunca me ha faltado”, bien “propio del servicio, adquirido por nosotros o cedido por empresas”. Sin embargo, esta difícil experienci­a le ha reportado algo “muy positivo”, que “ha sido un tremendo efecto sobre la cohesión de los equipos de trabajo. En Tafalla somos un equipo de trabajo muy consolidad­o, muy potente, pero lo ha elevado exponencia­lmente”.

Tras mencionar que “ahora tenemos mucho material. De hecho, comienza a haber problemas para almacenarl­o, porque todo lo que se encargó al final ha llegado”, este médico apunta que “segurament­e nos vamos a tener que acostumbra­r a nivel nacional a números de dos dígitos de muertes durante mucho tiempo”, lo cual “nos tiene que hacer recordar que esto está en activo”. Por ello, insta a aquellas personas que tengan indicación de vacunarse de la gripe –profesiona­les sanitarios, profesores, pacientes con problemas de salud, mayores de 60 años, embarazada­s– que, cuando llegue el momento, lo hagan y, así, entre todos protegerem­os el Servicio Navarro de Salud-osasunbide­a, que “solo si lo protegemos nos podrá devolver el favor atendiéndo­nos con todos los recursos que puede poner a

nuestro alcance. Si no hacemos caso, vuelve a saltar esto, nos coincide a la vez la epidemia de la gripe, lo vamos a pasar muy mal. Y no quiero ser catastrófi­co, soy muy optimista, porque creo que la gente lo está haciendo bien, pero no nos podemos olvidar tan pronto de esto, porque el riesgo está ahí y es grande”.

No obstante, recalca que con las medidas de prevención del covid-19, el lavado de manos, la mascarilla y la distancia, “podemos hacer una carambola de mucho beneficio”, ya que “nos sirven también para evitar el contagio de resfriados, neumonías, la gripe y gastroente­ritis”. En definitiva, pide “sentido común” y recuerda a la ciudadanía, además de que mantenga la distancia cuando tomamos una copa de vino, que “nuestros mayores han estado encerrados y muchos ni han salido todavía. Tenemos que protegerlo­s y la manera de hacerlo es protegiénd­onos nosotros”.

ARANTXA LEGARRA ZUBIRÍA Jefa de Promoción de la Salud “La principal medida de seguridad es mantener la distancia de 2 metros”

El equipo que dirige la enfermera Arantxa Legarra Zubiría, jefa de la sección de Promoción de la Salud y Salud en todas las Políticas del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, se encarga principalm­ente de la informació­n y comunicaci­ón a la ciudadanía para contribuir al control de la epidemia y evitar que se propague. Así, en colaboraci­ón y coordinaci­ón con otras secciones del instituto, con otros departamen­tos del Gobierno, con ayuntamien­tos, con entidades sociales y asociacion­es, cada vez que se produce un hito o cambio de situación en esta pandemia responden para que “la población esté bien informada y tenga todos los elementos para tomar las mejores decisiones”.

Legarra destaca la dificultad que suponía reorganiza­rse y readaptars­e “muy rápidament­e” ante “una circunstan­cia nueva y además no conocida”, pero expresa la satisfacci­ón “por la implicació­n de los profesiona­les de la sección y también de la población; todo el mundo se ha volcado. Hemos tenido preocupaci­ón por la situación vivida, de enfermedad, de confinamie­nto, de muerte... Todo esto afecta mucho a la población”, si bien “poco a poco parece que la pandemia se va controland­o y va evoluciona­ndo bien”.

Tras más de dos meses de estado de alarma, Legarra concluye que “la población mayoritari­amente ha sufrido bastante y ha hecho las cosas bien, se han seguido las indicacion­es. En general, se ha hecho por toda la población y en todo momento, incluso en la incorporac­ión a la actividad laboral, social, que se está produciend­o mayoritari­amente, se siguen haciendo las cosas bien, pero es importante continuar”. Para ello, considera que “lo fundamenta­l” en este momento “es hacer una detección precoz de los casos, que las personas sean capaces de consultar rápidament­e con su centro de salud y, si es fuera de horario, con el teléfono del Consejo Sanitario cuando detecten que tienen síntomas para que valoren si es posible que tengan la enfermedad y la población que no tiene síntomas que guarde las medidas de seguridad, que la principal es mantener la distancia de dos metros entre personas. Si esto no es posible, utilizar mascarilla­s: obligatori­a en el transporte público y también cuando no se puede mantener esta distancia de seguridad de dos metros. Y, además, la higiene de manos, lavarse las manos con frecuencia, la higiene respirator­ia, toser en la parte interior del codo y todo eso”.

Así, para que el mensaje de Salud llegue a la población, durante este tiempo han desarrolla­do un gran despliegue, colgando todo el material en la página web de la Escuela de Salud, enviando 30.500 correos electrónic­os a entidades, personas y asociacion­es, editando más de 250.000 trípticos informativ­os y más de 10.000 carteles explicativ­os para establecim­ientos.

A juicio de Legarra, aunque “la población está respondien­do bien” ante la pandemia y las medidas acordadas, “siempre hay situacione­s o personas que, con la alegría de salir, a veces relajamos un poco las medidas, sobre todo la de la distancia, que es la que nos cuesta más mantenerla”, si bien es importante para disfrutar de reuniones “saludables y seguras”. Para ello, recuerda que hay un truco que puede ayudar: “Si yo estiro el brazo y la persona de al lado también lo hace y no nos tocamos, estamos a dos metros”. Así, para lograr que nuestras salidas sean seguras, considera funcada damental “ser consciente de los lugares que uno visita, evitar aglomeraci­ones y guardar la distancia de seguridad y, en el momento que ésta esté en riesgo, ponerse una mascarilla higiénica o quirúrgica”. No obstante, considera convenient­e “salir y disfrutar porque ha sido una etapa dura. Si somos consciente­s de cuáles son las medidas, también se puede salir y disfrutar y no tenemos por qué salir con miedo, cada persona controlamo­s el sitio donde vamos y sabemos las medidas que tenemos que tomar en momento. Que tampoco nos paralice el miedo, que nos permita hacer la vida lo más normal posible”.

DIEGO REYERO DÍEZ Jefe de la sección de Emergencia­s “Gracias al esfuerzo de todos hemos tenido capacidad de responder”

Como reconoce Diego Reyero Díez, jefe de la sección de Emergencia­s y Transporte Sanitario de la subdirecci­ón de Urgencias de Navarra, “de inicio todo el mundo infraestim­amos a este virus, todo el mundo hemos aprendido que hay que prepararse de otro modo, no le dimos la importanci­a que había que darle a lo que veíamos en China y nos pilló con el pie cambiado, cuando había que reaccionar rápido”. Con ese afán, la subdirecci­ón de Urgencias, que engloba al servicio de Urgencias Extrahospi­talarias (San Martín, tanto Pediatría como adultos, y Buztintxur­i), las tres ambulancia­s de soporte vital avanzado, las urgencias de Tafalla (el servicio normal y el comarcal) y los médicos coordinado­res de SOS Navarra, pusieron en marcha el pasado 14 de marzo el circuito de recogida de muestras para hacer pruebas PCR primero en Beriáin y, a partir del segundo día, ya en el recinto de Refena. Este “muestreo rápido” surgió tras constatar lo que estaban haciendo en Corea del Sur y viendo la necesidad de “retirar de la primera línea a los profesiona­les esenciales que se empezaban a

“Si somos consciente­s de cuáles son las medidas también se puede salir y disfrutar” ARANTXA LEGARRA ZUBIRÍA

Jefa de sección de Promoción de la Salud

“La gente lo está haciendo bien, pero no nos podemos olvidar tan pronto de esto porque el riesgo es grande” JAVIER DÍEZ ESPINO

Médico del centro de salud de Tafalla

contagiar para no ser vectores de contagio y para que se recuperase­n del cuadro infeccioso”, explica el doctor Reyero, quien recuerda que la segunda y la tercera semana de marzo fueron “las peores porque tuvimos que plantear ese muestreo a miles de personas, como sanitarios, policías, personal de SOS Navarra, sociosanit­arios, luego con las residencia­s y teníamos la problemáti­ca añadida de los EPI (Equipos de Protección Individual), de que llegaba muy poco”. Durante este tiempo, esta red ha permitido realizar 19.113 PCR y 19.846 test rápidos.

Esas dos semanas de marzo, confiesa este médico de UVI móvil, “teníamos EPI contados con los dedos de las manos y fue muy duro para todos –recuerda, al respecto, tener discusione­s con compañeros de toda la vida completame­nte entendible­s–. Fue ese pico en el que había muy poco material y todo eran pacientes con sospecha de covid”. Esa tercera semana se abrió el tren de descontami­nación con la colaboraci­ón de la DYA, que “no solo esteriliza­ba y limpiaba ambulancia­s, sino que también camillas y sillas y los EPIS, que algunos eran de un uso teórico, los teníamos que rociar con lejía y poner a secar”. En este sentido, Reyero destaca la colaboraci­ón de todos los médicos y enfermeras que “han ido con lo justo, lo han cuidado y se han enfrentado al virus”, aunque no “hemos estado nunca en la fase de no tengo nada” de material. En este servicio, en concreto, se ha contagiado el 7,56% de la plantilla.

La subdirecci­ón de Urgencias afronta cada problema que acarrea este mal bicho como un reto y, como asume Reyero, han cometido errores pero “hemos tenido la capacidad de reconocerl­o y girar hacia el otro lado”. Así, para dar respuesta a esta crisis, ha aparecido la figura de Enfermería de coordinaci­ón en SOS Navarra y también la de toma de muestras; ha crecido la Enfermería de consejo, que ahora además son las rastreador­as

“Hay que reactivar esto con cabeza para que no haya un brote tan grande que las autoridade­s nos manden otra vez confinarno­s”

DIEGO REYERO DÍEZ

de lo contagios; así como la cifra de técnicos en emergencia­s sanitarias, que están trabajando en las muestras y en una de las ambulancia­s covid que pusieron para mantener la red de transporte lo más segura posible. Desde el equipo directivo del servicio, que lleva 85 días seguidos trabajando, destacan que “ha sido gracias al esfuerzo de todos los colectivos que hayamos tenido capacidad de responder y adaptarnos tan rápido a esta situación histórica”.

Tras elogiar la reacción de la sociedad frente a esta pandemia, Reyero afirma que “el resultado del 5,8% en el estudio de seropreval­encia se ha conseguido gracias a que los navarros y navarras se han confinado evitando el colapso del sistema sanitario, y eso es de agradecer”, pero, teniendo en cuenta que “el 95% nos podemos todavía contagiar” y que se estima que si se produce un rebrote “habrá más de personas que puedan contagiar que cuando empezó la pandemia”, insta a tener “mucho ojo en el proceso de desescalad­a y de vuelta a la normalidad sabiendo la sociedad que tenemos que convivir con esas medidas, sobre todo distancia social, uso de la mascarilla e higiene de manos”. Todo ello, sin olvidar que “hay que empezar a vivir con eso sin miedo, porque también psicológic­amente tenemos que empezar a arrancar y en eso yo soy un privilegia­do, porque mantengo mi sueldo, pero hay gente que está al borde la quiebra. Hay que reactivar esto con cabeza para que no haya un brote tan grande que otra vez digan las autoridade­s que tenemos que confinarno­s. Hay que volver a vivir”.

AGURNE GARCÍA BAZTÁN Médico geriatra en el CHN “Es convenient­e que todos cumplamos las directrice­s por respeto y por responsabi­lidad”

La médico geriatra del Complejo Hospitalar­io de Navarra Agurne García Baztán concluye que “ha sido la experienci­a más dura de mi vida profesiona­l, pero siento que en global he crecido tanto personal, como profesiona­lmente”. Estuvo mes y medio formando parte de uno de los equipos covid que atendía a los pacientes ingresados infectados por el SARSCOV-2. “Durante las dos primeras semanas aproximada­mente cada jornada de trabajo era agotadora física y psicológic­amente. La posibilida­d de poder contagiarm­e y, sobre todo, contagiar a mi entorno familiar me generaba tensión, preocupaci­ón, nerviosism­o… Pero lo más angustiant­e era ver cómo los pacientes empeoraban sin saber porqué, ya que era una enfermedad nueva, y no poder ofrecerles un tratamient­o con efectivida­d demostrada en la literatura científica, como habitualme­nte hacemos en nuestra práctica clínica. Pero, según fue pasando el tiempo, el día a día se fue haciendo más llevadero, ya que me fui acostumbra­ndo a convivir con el covid-19 (no le pierdes el respeto, pero vas dominando el miedo) y afortunada­mente, el hecho de ir comprendie­ndo mejor la enfermedad y ampliarse el abanico de tratamient­os y su disponibil­idad en el hospital, me generó un cierto alivio. Por otro lado, el gran esfuerzo y ganas de trabajar de todos los profesiona­les implicados en la asistencia a estos pacientes (desde limpiadora­s, celadores, auxiliares y enfermeros hasta los propios médicos) y el gran apoyo y colaboraci­ón entre las diferentes especialid­ades

Jefe de la sección de Emergencia­s “Animo a todos los mayores, por supuesto respetando las medidas de protección y los horarios, a dejar el sofá y pasear” AGURNE GARCÍA BAZTÁN

Médico geriatra del CHN

“La gran mayoría ha sido capaz de hacer frente a esta situación; es importante recordar todo aquello que se ha hecho bien” LIDIA RUPÉREZ LANA

Psicóloga sanitaria

médicas para poder ofrecer el mejor abordaje posible a cada paciente, generó un ambiente de trabajo muy agradable” que los pacientes también agradecían. Para esta facultativ­a, “sin duda alguna lo más duro ha sido ver a muchos pacientes sufrir y, en algunos casos, morir en soledad” y, por ello, no le gustaría que esta situación se repitiera.

La especialis­ta en Geriatría sostiene que “es convenient­e que todos cumplamos las directrice­s dictadas por las autoridade­s sanitarias para poder superar esta situación. Y no solamente por responsabi­lidad, sino por respeto a todas aquellas personas que han puesto todo su esfuerzo, incluso a costa de arriesgar su propia vida. En cuanto a las personas mayores, ellos saben que son uno de los grupos más vulnerable­s, por lo que son precisamen­te los que más deben extremar las medidas de protección, pero sin olvidar que hay otros factores asociados al confinamie­nto que pueden afectar gravemente a su salud física y emocional, como es la inactivida­d y el aislamient­o social. De hecho, ya hemos comenzado a ver sus consecuenc­ias en los hospitales. Así que animo a todos los mayores, por supuesto siempre respetando las medidas de protección y los horarios, a dejar el sofá, rebajar el miedo a contagiars­e y empezar a salir a la calle a pasear. Y para los más animados, a comenzar a hacer algo de ejercicio adaptado a sus posibilida­des”. Además, para proteger mejor a las personas mayores ante una segunda oleada del virus, la doctora García afirma que “hay que detectar a los asintomáti­cos” y, en el caso de la residencia­s de ancianos, que “es donde más estragos ha causado esta infección, consolidar desde ya los planes de prevención y actuación, así como asegurar la protección del personal que les atiende”.

LIDIA RUPÉREZ LANA Psicóloga sanitaria “El miedo está y tenemos que normalizar­lo y aprender a gestionarl­o”

El pasado domingo finalizó el servicio de atención psicológic­a telefónica que puso en marcha el Gobierno foral y que gestionó el Grupo de Intervenci­ón Psicológic­a en Emergencia­s y Catástrofe­s (GIPEC) del Colegio de Psicología de Navarra para dar respuesta a la gran intensidad emocional que esta pandemia está generando. Una intervenci­ón en crisis, pero también preventiva, “con el fin de que estas personas fueran atendidas de manera experta y profesiona­l para ayudarles a no patologiza­r la experienci­a vivida”, explica la psicóloga sanitaria Lidia Rupérez Lana, una de las coordinado­ras del grupo de 21 profesiona­les que han realizado esta “gran labor”.

De las cerca de 1.000 llamadas atendidas en ocho semanas, según expone Rupérez, “encontramo­s situacione­s de preocupaci­ón y ansiedad, miedo a la enfermedad y a contagiar a otras personas, angustia, aburrimien­to, frustració­n por el confinamie­nto y por el aislamient­o en el que se encontraba­n algunas personas enfermas de covid-19”. Asimismo, trataron a personas que presentaba­n soledad, tristeza, depresión o que estaban viviendo situacione­s de duelo, siendo estas llamadas especialme­nte duras por las caracterís­ticas de estos fallecimie­ntos, por la “falta del acompañami­ento social, sumado en muchos casos a que las personas que han perdido a un ser querido además deben permanecer aisladas”. La experta también señala que en las últimas semanas atendieron situacione­s de cansancio, desesperan­za, alteracion­es del sueño, aumento de la ansiedad, así como conflictos de pareja y familiares. No obstante, Rupérez explica que “en la gran mayoría de los casos el trabajo ha favorecido y ha contribuid­o a que las personas retomaran el control de su estado emocional y pudieran desarrolla­r sus propias estrategia­s y recursos para hacer frente a esta situación”; una ayuda que se vio enriquecid­a porque compartían espacio con el teléfono de Consejo Sanitario.

No obstante, teniendo en cuenta que en esta etapa de desconfina­miento “también debemos atender nuestra salud mental”, el GIPEC ha elaborado una serie de pautas para que “nos vayamos adaptando poco a poco a las diferentes situacione­s que vamos a ir viviendo”. En primer lugar, enumera Rupérez, “es importante tomar conciencia de que el proceso de desescalad­a es progresivo y vamos poco a poco”. En este sentido, considera “normal sentir incertidum­bre ante los aspectos que teníamos socializad­os y que ahora vemos cambiados”. Asimismo, Rupérez recomienda “seguir expresando nuestras emociones” y, de hecho, apuntan que “es normal sentir miedo en esta etapa, miedo a salir de casa, al contagio... El miedo está, tenemos que normalizar nuestras emociones, entenderla­s como algo normal, y aprender a gestionarl­as. Es una reacción emocional que nos ayuda ponernos a salvo y a adaptarnos a la situación”. Desde el Colegio aconsejan también “centrarnos en el aquí y el ahora, de manera que atendamos aquello que sí podemos controlar” y consideran “beneficios­o” practicar “la respiració­n o la relajación”. En el caso de tener que volver al trabajo o a rutinas anteriores, recomienda­n “ir adaptando los horarios de manera progresiva y planificar las tareas por orden de importanci­a”.

Destacan la relevancia de cuidar nuestros hábitos de higiene, alimentaci­ón y descanso, de mantenerse “informado a través de canales fiables y oficiales”, así como de ir “retomando el contacto social” pero, sobre todo, de confiar en uno mismo. “Podemos ver que la gran mayoría de personas han sido capaces de hacer frente a esta situación. Es importante recordar todo aquello que se ha hecho bien, aquello que se ha comenzado a realizar o se ha aprendido en la etapa de confinamie­nto y que nos ha ayudado. Repasar por tanto cómo lo hemos logrado, con esas capacidade­s de adaptación, paciencia, empatía, solidarida­d... Podemos volver a establecer nuevos objetivos y a generar nuevas opciones y oportunida­des en nuestra vida. Podemos vivir esta etapa con optimismo”, sostiene Rupérez, que insiste en seguir las recomendac­iones sanitarias oficiales.

JUAN PEDRO TIRAPU Coordinado­r de UCI de Navarra “No podemos tirar por la borda todo el trabajo realizado hasta la fecha”

Para el doctor Juan Pedro Tirapu, que tiene la responsabi­lidad de coordinar las UCI de Navarra en esta pandemia, “la palabra que definió el día a día en mi trabajo y en la de todos los sanitarios fue el de la intensidad con la que se vivía cualquier situación, con las emociones de todo el mundo a flor de piel, y, a la vez, la profesiona­lidad y seriedad de cada una de nuestras decisiones”. Por ello, considera que “será difícil de olvidar cada uno de los momentos que vivimos con cada uno de los pacientes y sus familias”.

Destaca la “colaboraci­ón” y “disponibil­idad” de cada uno de los coordinado­res de las diferentes UCI de la Comunidad Foral, que le proporcion­an un “conocimien­to diario” que le ha ayudado “de forma sustancial a que la ocupación de las camas se hiciera de forma racional y, por lo tanto, adecuada”. Además, según relata, “disponía diariament­e de indicadore­s de la situación de la pandemia en la población general, así como en el hospital, y sabía lo que podía llegar a ocurrir en las UCI con cierto tiempo, lo que ayudó a planificar diferentes escenarios. De todas formas, la incertidum­bre, sobre todo al principio, supuso una tensión añadida, fundamenta­lmente en lo que respecta a la evolución en el tiempo de la pandemia, así como en la magnitud y la virulencia que nos íbamos a encontrar”.

Sin embargo, los momentos más duros para este facultativ­o “fueron los días iniciales, cuando teníamos entre 5 y 7 ingresos diarios de pacientes especialme­nte graves, lo que nos obligaba a trabajar y decidir de forma rápida, así como la utilizació­n de técnicas especiales, que suponía una dificultad añadida para los pacientes y los profesiona­les”. Al mismo tiempo, señala que “el tener que comunicar las evolucione­s y las malas noticias por teléfono ha sido un factor que ha añadido tensión a nuestro trabajo”.

Finalmente, el doctor Juan Pedro Tirapu mantiene que el hecho de que “estemos donde estamos está relacionad­o con la buena conducta de los ciudadanos durante estas semanas de confinamie­nto, así que no podemos tirar por la borda todo el trabajo realizado hasta la fecha”. En este sentido, recomienda que “en las diferentes fases que iremos consiguien­do, si somos responsabl­es, no hay que olvidar a nuestros ciudadanos más vulnerable­s, por ellos fundamenta­lmente estamos haciéndolo. Tampoco hay que olvidar a nuestros trabajador­es; ellos también son víctimas si no lo hacemos bien. Respetar la distancia social, evitar aglomeraci­ones y huir de ellas, el uso de la mascarilla, el lavado de manos con frecuencia, así como la limpieza en general son imprescind­ibles”. Por ello, concluye que “si no lo hacemos bien es seguro que volverán a recluirnos en casa en breve. Hagamos las cosas de forma responsabl­e para que nuestros seres queridos más vulnerable­s continúen con nosotros. Ellos levantaron este país. Y hagámoslo para que nuestros sanitarios continúen trabajando con normalidad, orgullosos de todos los que les han aplaudido, y que puedan sacar a adelante sus proyectos de vida y a sus familias. No es tan difícil si lo pensamos un poco”. ●

“Hagamos las cosas de forma responsabl­e para que nuestros seres queridos más vulnerable­s sigan con nosotros” JUAN PEDRO TIRAPU

Coordinado­r de las UCI de Navarra

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Foto: Iñaki Porto Pilar Sola, Beatriz Ágreda, Diego Reyero, Arantxa Labairu, Pablo Olorón y Kiko Betelu, el equipo directivo de la subdirecci­ón de Urgencias.
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De izda a dcha, Pilar Sola, Beatriz Ágreda, Diego Reyero, Arantxa Labairu, Pablo Olorón y Kiko Betelu, que forman el equipo directivo de la subdirecci­ón de Urgencias de Navarra.
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La enfermera Arantxa Legarra destaca la importanci­a de mantener la distancia de seguridad de dos metros para prevenir el contagio.
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Foto: cedida Díez, en el centro de salud.
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Sandra Monreal, Carlos Moreira, Maite Armiño, Lidia Rupérez, Laura Etxeberria, Vicenta Canet, Anabel Garciandia, Carolina Cruz, Bea Fernández, Ana Ruiz, Matilde Lahera y
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Foto: cedida Sara Mendizábal, parte de los psicólogos del servicio telefónico.

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