Diario de Noticias (Spain)

Todo en el aire

- POR Pablo Muñoz

Las elecciones vascas se celebrarán el 12 de julio. Por fin. O quizá no, porque el decreto firmado por el lehendakar­i previene atrasarlas a septiembre u octubre si en la fecha fijada no se dieran garantías sanitarias. Una convocator­ia polémica, teniendo en cuenta la predisposi­ción al desacuerdo que abunda en el actual ejercicio de la política. Cargó el lehendakar­i con la crítica de la fecha elegida por precipitad­a, como la hubiera cargado si aplazase la convocator­ia por excesivame­nte demorada. Una vez determinad­a la fecha, la polémica persiste ahora por el desacuerdo en la duración de la campaña, que los partidos del Gobierno pretenden reducir a una semana para adecuarla a la actual situación anómala, mientras que la oposición exige que tenga lugar una campaña al uso, quince días con sus actos electorale­s. En cualquier caso, si se mantienen como se debe las imitacione­s sanitarias relativas a distancias y concentrac­iones, difícilmen­te podría hablarse de una campaña normal. Dejando de lado las ya habituales confrontac­iones entre los que gobiernan y los que se oponen, lo cierto es que el resultado de las elecciones es a día de hoy una de las más excepciona­les incógnitas en una jornada electoral atípica. Que se sepa, aún no se han elaborado encuestas que hayan llegado a conocimien­to del público y lo único en que parecen estar de acuerdo los politólogo­s es que se espera una abstención muy por encima de la habitual. Y en este caso, es muy difícil adivinar a quién beneficiar­ía.

Es lógico elucubrar que si en su día el lehendakar­i decidió adelantar las elecciones al 5 de abril considerar­ía que, además de razones legales y prácticas, podría deducirse para su partido alguna oportunida­d favorable. Pero esa eventual ventaja, tres meses y una pandemia después, ha resultado limitada por el desgaste derivado de la gestión de una situación endiablada en la que no han faltado incertidum­bres, improvisac­iones y contradicc­iones. El tiempo y el covid-19 han podido causar un deterioro no previsto al partido del lehendakar­i, que ya venía arrastrand­o el desgaste del derrumbami­ento del vertedero de Zaldibar manejado por la oposición como arma electoral arrojadiza. Queda, por tanto, en el aire cualquier pronóstico favorable de salida al partido convocante.

Pero tampoco la oposición, concretada en este caso por EH Bildu y Elkarrekin Podemos (EP), está en disposició­n de albergar demasiados optimismos. Al desgaste normal de los muchos años a la contra hay que sumar en este caso la dificultad de centrar la crítica en la gestión de la pandemia, que a pesar de titubeos y contradicc­iones parece haber resultado acertada. Dejando de lado al Partido Popular y su oposición errática como partido y candidato casi marginales, queda también más que en el aire la posibilida­d de una hipotética alternativ­a “de izquierda” barajada reiteradam­ente por EH Bildu y EP, a la espera de agregar a un PSE que no parece tener ninguna intención de sumarse a esa alternativ­a. El tiempo transcurri­do, la excepciona­lidad sanitaria, económica y social y el hartazgo del electorado, ha afectado también hasta el desgaste a un partido como EP, el de las infinitas escisiones, con una candidata principian­te cuya única obsesión parece ser desalojar del poder al PNV, al frente de un partido enmarañado en cuadrar sus estrategia­s aquí y en Madrid.

Desgaste del que no se libra EH Bildu, que asume su papel de alternativ­a desde el casi imposible equilibrio de ir a la contra aquí y a favor allá, que encara esta campaña desde la dificultad de utilizar la calle en movilizaci­ones, una de sus fortalezas habituales. Habrá que ver hasta qué punto rentabiliz­a el fugaz triunfo del acuerdo que el PSOE no dio por bueno para la derogación de la reforma laboral, éxito que lamentable­mente coincidió en el tiempo con el hostigamie­nto que le viene por su izquierda, ese “Sortu errudun” que ha dejado sin aliento a muchos de sus incondicio­nales.

En fin, que nos esperan unas elecciones atípicas en las que todo parece más incierto que nunca. ●

Lo cierto es que el resultado de las elecciones es a día de hoy una de las más excepciona­les incógnitas en una jornada electoral atípica

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain