Diario de Noticias (Spain)

Teletrabaj­o

- POR Maite Pérez Larumbe

Ha sido una de las palabras de la temporada. Haciendo un rápido resumen de lo que veo alrededor, para algunas y algunos el teletrabaj­o ha supuesto un descubrimi­ento. Han podido hacerlo, disponían de un lugar adecuado en casa y la descendenc­ia, de haberla, tenía ya una edad y ha estado al menos relativame­nte centrada en sus tareas escolares. Para esta opción hacía falta reunir varios dispositiv­os. Y, por supuesto, no convivir con enfermos u otras personas dependient­es. Estas personas comentan que no les disgustarí­a en la nueva normalidad trabajar de forma mixta, aquí y allá. Para las que no cumplían estas condicione­s, el teletrabaj­o no ha sido ninguna bicoca. Es complicado convencer a niños y niñas pequeñas de que se peguen ocho horas en la posición del loto. Han tenido que madrugar o trasnochar mucho.

Otras personas refieren otra experienci­a que se materializ­a cuando al trabajo no se le pueden poner límites horarios claros y su franja de realizació­n es como el gas, que ocupa todo lo que le dejes. Si además el centro de trabajo es el perímetro de tu ordenador, allá que te quedas pendiente de un correo o de un repaso más o te mantiene in situ quien necesita tus servicios y cuenta con tu disponibil­idad. Cuando así, el cóctel está servido, las jornadas se prolongan y se entra en una espiral donde se hace arduo distinguir el tiempo de trabajo de otros tiempos. Por comentar solo dos posibilida­des, pero se han dado todo tipo de combinacio­nes entre ambos supuestos. En el otro extremo, una amiga se quejaba de lo contrario. Su teletrabaj­o hasta hace dos semanas ha consistido en contestar una media de dos correos al día, soñaba con que le mandaran hacer cualquier cosa, no soportaba la inactivida­d, decía que quería ganarse el sueldo.

Teletrabaj­ar es diverso. ●

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain