Diario de Noticias (Spain)

La hostelería, aún de modo minoritari­o abre sus puertas para servir en el interior

Bares y restaurant­es ofrecieron pintxos y comidas en un día de adaptación a esta nueva forma de trabajar

- Leticia Malón Unai Beroiz

PAMPLONA – Con la entrada de Navarra en la fase 2 de la desescalad­a, bares, restaurant­es y cafeterías ya pueden servir, desde ayer, comidas y bebidas en el interior de sus establecim­ientos. A pesar de esto, fueron pocos los locales que levantaron la persiana el primer día, ya que se prevé que sea una apertura paulatina. “De cara al fin de semana, jueves y viernes habrá más aperturas de las que ha habido este lunes. En las terrazas ya se ha visto que la gente tiene ganas y eso va a hacer que se incorporen poco a poco más restaurant­es, pero hay cosas por aclarar como el aforo, la distancia interperso­nal y los ERTE”, explicó Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Empresas de Hostelería de Navarra (AEHN), quien señaló que “ya estamos en vías de normalizar las cosas”.

Muchos bares y restaurant­es carecen de terraza, por lo que no han podido abrir hasta este momento, después de más de dos meses sin actividad. Ahora, lo hacen con medidas de seguridad y de higiene, una limitación del aforo al 40% de su capacidad y con la obligación de servir únicamente en las mesas, y nunca en la barra. Unas condicione­s que crean incertidum­bre a la hora de pensar en la rentabilid­ad y en las ganas de los clientes de acudir a los establecim­ientos.

“En esta fase la idea es volver poco a poco a la normalidad y que la gente también se acostumbre a las nuevas medidas. De momento queremos ver cómo funciona el bar entre semana, aunque, hoy, con tanto bar cerrado, se nota que hay más gente que un lunes normal”, explicó Nora Garaikoetx­ea, camarera del bar El Tinglado, quien confesó que estaban teniendo un primer día de apertura ajetreado, en el que también dedicaron buena parte del tiempo a explicar el nuevo funcionami­ento del servicio a los clientes.

AFOROS Y RESERVAS “Es todo nuevo y un poco raro. En los bares que son especialme­nte de pintxos la gente está acostumbra­da a que solo se pueda atender en la barra, pero ahora no se puede. Ven la barra vacía y quieren pedir, pero, si las mesas están completas, ya no puedes servir a nadie más. Eso es lo más complicado, pero al final lo entienden”, señaló.

El Tinglado cuenta con tres mesas en la calle, cinco en el interior, una entreplant­a con tres mesas y un comedor, en el que sirven comidas y cenas, preferible­mente con reserva previa. En ese sentido, Garaikoetx­ea prevé que el fin de semana aumente la demanda y el aforo sea un problema a la hora de atender a todos los clientes.

Así lo creyó también Ramón Sola, gerente de los restaurant­es Ñam, quien opinó que “la reducción de aforo va a ser un hándicap importante” porque, en el caso del restaurant­e de Pamplona, “ahora caben unas 40 personas dentro, y, antes, a partir del jueves solíamos trabajar con aforos bastante superiores”.

Sola vivió la apertura con cierta sorpresa al ver que trabajaron “muy bien a pesar de ser el primer día. Teníamos ganas de abrir y la sensación es buena, aunque las expectativ­as de momento van a ser las de abrir prácticame­nte de cero y con la limitación de no poder concentrar a bastante gente, que es clave en nuestros negocios de hostelería para la rentabilid­ad”, reconoció.

Aún así, mientras dure esta situación, abogó por la adaptación y dar un buen servicio a los clientes por encima de la rentabilid­ad. Dentro de ese servicio, el restaurant­e ha apostado por preparar el local para que cumpla todas las medidas de seguridad y de higiene (está certificad­o como bar seguro), mantener la misma carta para las comidas y ampliar la terraza.

VOLVER A LA NORMALIDAD Por su parte, varios clientes aprovechar­on la apertura de bares y restaurant­es para comer o tomar algo, en algunos casos por ocio y en otros por motivos de trabajo. “Estamos aquí principalm­ente por trabajo, porque tenemos la obra al lado y nos pilla de paso”, explicaron Javier Asurmendi, de 27 años, y Santiago García, de 56, que comieron pasta, pollo y salmorejo en el restaurant­e Ñam de Pamplona.

En su caso, una madre y una hija de Estella vinieron a Pamplona a hacer unos recados y aprovechar­on para quedarse a comer una ensalada y un escalope en el restaurant­e la Antigua Farmacia. “Creo que hay que quitarse el miedo y saber vivir con esto porque tampoco vamos a encerrarno­s en casa. Tenemos que entrar en normalidad y ahora apetece venir a un restaurant­e”, opinó la joven. ●

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Clientes tomando el vermú en el interior del bar El Tinglado, que ha reducido el número de mesas.
 ??  ?? Alexandra Lisando, ayer en el Asador Erretegia, donde no hubo ninguna reserva para comer.
Alexandra Lisando, ayer en el Asador Erretegia, donde no hubo ninguna reserva para comer.
 ??  ?? Arantxa Osambela y Abraham Campoverde atienden a los clientes con mascarilla y pantalla protectora.
Arantxa Osambela y Abraham Campoverde atienden a los clientes con mascarilla y pantalla protectora.

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