RAFA NADAL HACE HISTORIA EN PARÍS
FINAL NADAL DESTROZA A DJOKOVIC Y GANA EN PARÍS POR DECIMOTERCERA VEZ
GANA SU 13ER ROLAND GARROS E IGUALA LOS 20 GRAND
SLAM DE FEDERER
PARÍS – Rafael Nadal sumó este domingo su decimotercera corona de Roland Garros ante el serbio Novak Djokovic, al que venció por 60, 6-2 y 7-5 en 2 horas y 41 minutos, e igualó con el suizo Roger Federer a 20 títulos de Grand Slam. En una final más sencilla de lo esperado contra el número uno del mundo, el español consiguió su triunfo número 100 sobre la tierra batida de París.
A sus 34 años, Nadal ganó también el Roland Garros del coronavirus, desplazado a otoño, con frío y humedad que merman sus condiciones, pero incluso en ese contexto mantuvo la jerarquía de un torneo que ha convertido en suyo.
El balear, que aterrizó en París con sólo tres partidos tras el confinamiento, demostró que en Roland Garros se crece y endosó a Djokovic su segunda derrota de la temporada, después de que la sufrió en el Abierto de Estados Unidos por descalificación tras dar un pelotazo a una jueza de línea, frente al también español Pablo Carreño.
Fue un partido con menos historia de la prevista en el que entró frío Djokovic, rígido y sin la viveza que le caracteriza, a merced del juego de Nadal, mejor plantado, más hambriento de ganar el duelo. De nada sirvieron los intentos del número uno del mundo por buscar huecos en el muro del mallorquín, ni abusando de las dejadas ni buscando ángulos imposibles. Todo lo que iba del lado del español, volvía envenenado.
Con solo uno de cada cuatro primeros servicios, el balcánico renunciaba a una de sus mejores armas y así se explica que sus saques fueran desfilando del lado de Nadal, que, firme con el suyo, tardó casi media hora en conceder una bola de rotura. Una sola en el primer set, que no aprovechó el serbio, que dejó escapar en blanco la manga, el segundo 6-0 de la historia entre ambos tras el de Roma del año pasado, entonces también a favor del español
La apisonadora no flojeó y el serbio tenía que arriesgar demasiado, buscar lo imposible, lo que puede salir bien o mal. El número uno no tenía su día y multiplicó los errores, sin lograr desarmar la defensa de Nadal.
Solo a mitad del tercer set se produjo un amago de reacción de Djokovic, que, tras haber cedido su saque, lo recuperó convirtiendo su primera bola de rotura de las 5 que tuvo y arengó a las despobladas gradas, en busca de sustento para intentar lo que nadie había logrado antes, remontar dos sets a Nadal en tierra batida. Fueron unos momentos de rabia más que una reacción en toda regla ante la que Nadal no tembló, siguió con su fuerza para lograr la victoria liberadora con un punto directo de saque.