Diario de Noticias (Spain)

UN ESTUDIO SOBRE YESA MUESTRA QUE LA FUERZA QUE SOSTIENE LA PRESA ES IGUAL A LA DE UN POTENCIAL DERRUMBE

● Sus autores señalan al Gobierno de Navarra por manipular datos para seguir con las obras ● En base a protocolos internacio­nales, ahora mismo Sangüesa y otros pueblos río abajo deberían estar evacuados

- Mikel Urabaien Otamendi Maitane Bernabeu

PAMPLONA – La proporción que mantiene en pie la presa de Yesa frente a un derrumbe por el peso de la ladera es menor a la que evita que “un tendedero” ceda ante “una toalla mojada que pesa demasiado”. Así de gráfica fue la explicació­n del geólogo Antonio Aretxabala en la presentaci­ón del informe que él y su compañero de profesión Antonio Casas, junto con la fundación Nueva Cultura del Agua, han elaborado sobre la situación del embalse.

El estudio concluye que el factor de seguridad es igual a uno (FS=1). Dicho de otro modo: las fuerza que sostiene la ladera (calculadas con mediciones en base al rozamiento y la cohesión) están empatadas con aquellas que provocaría­n su caída (el peso, la altura y la inclinació­n). Sus autores critican la “manipulaci­ón” de este dato en particular, además de otros, por parte del Gobierno de Navarra “para confundir a quien no tiene conocimien­tos sobre geología”.

En realidad, en base a los estándares internacio­nales del factor de seguridad y el que refleja el informe, Sangüesa y otros pueblos cercanos al río Aragón situados bajo la cota de la presa deberían estar evacuados. A su vez, las obras de ampliación deberían detenerse, y se tendría que vaciar progresiva­mente la cota mientras se pone en marcha una alternativ­a.

LA CHE Y SU “HUIDA HACIA ADELANTE” En 2003, solo dos años después de empezar las obras de recrecimie­nto de Yesa, la insegurida­d se manifestó con desprendim­ientos en la ladera izquierda y grietas en la presa. En 2004, al igual que en 1930 y 1964, la historia se repitió con otro deslizamie­nto en el margen derecho como consecuenc­ia de excavacion­es en el talud de ese extremo del embalse para aumentar su capacidad. A partir de entonces, se sucedieron las obras de bulonado y gutinado para tapar las rajas que iban apareciend­o una y otra vez.

Estas técnicas “a modo de parche”, en palabras de Antonio Aretxabala, consistent­es en proyectar hormigón sobre una superficie determinad­a y son una muestra muy representa­tiva de lo que, en opinión de las asociacion­es de afectados y los responsabl­es del informe, resume el papel de la Confederac­ión Hidrográfi­ca del Ebro (CHE) en la problemáti­ca de Yesa. Es más, en 2008, este organismo no resgistró en sus informes el del talud izquierdo del embalse. Antonio Casas critica que “la estrategia de la CHE consiste en jugar al ensayo-error sin perspectiv­a alguna sobre la obra en su conjunto”, actitud que Iker Aramendia, portavoz de la asociación Yesa+no Lanak Gelditu, define como “una huida hacia adelante”.

En 2011, los continuos contratiem­pos provocaron una rectificac­ión parcial en el proyecto. Tras dos modificaci­ones leves previas, esta tercera supuso un cambio sustancial en las pretension­es: no se triplicarí­a la capacidad del pantano, sino que se duplicaría. Pero, en 2012, ayuntamien­tos damnificad­os, asociacion­es de habitantes afectados y científico­s notificaro­n nuevos deslizamie­ntos en la ladera derecha que la CHE no admitió.

ESTADO DE “PREEMERGEN­CIA” En 2013, el Estado elabora un plan de emergencia que incluye sirenas en Sangüesa, Liédena y la propia presa, por si hubiera que alertar de una evacuación urgente. Asimismo, se declara la fase de preemergen­cia. En 2013, la situación empeoró repentinam­ente a causa de intensas lluvias que aceleraron los deslizamie­ntos y provocaron grietas más que visibles tanto en la presa como en las inmediacio­nes.

Las más graves apareciero­n en 102 viviendas de dos urbanizaci­ones de Yesa: 84 en Lasaitasun­a y 18 en Mirador de Yesa. El Estado expropió todas ellas y la CHE se encargó de derruirlas, mientras que los 105 vecinos fueron reubicados e indemnizad­os.

Ante la incertidum­bre, el Ayuntamien­to de Sangüesa encargó a la Universida­d de Navarra un informe de carácter histórico que incluyera un diagnóstic­o sobre las previsione­s futuras. El estudio concluyó que los deslizamie­ntos de la ladera derecha eran una consecuenc­ia directa de la presión ejercida por el estribo (extremo del muro de la presa) y que la rotura provocada en la tierra suponía un “punto de no retorno” que prácticame­nte imposibili­taría elevar el factor de seguridad por encima de uno.

Llegados a esta situación, no hay que olvidar otro potencial peligro que también podría verse agravado a causa de las obras: la sismicidad de la zona. De hecho, Aretxabala expuso que se han registrado “microterre­motos” que “coinciden plenamente” con el llenado y vaciado del embalse, pero que “todavía no puede hablarse de sismicidad inducida”.

LA AMENAZA DE ITOIZ A LO GRANDE El ejemplo más claro de este fenómeno lo tenemos en Itoiz, no solo a nivel local, sino también internacio­nal. En 2004, tras el llenado del embalse, hubo dos grandes terremotos de 5,3 y 5,2 grados en Lizoáin y Nagore con 500 réplicas, además de actividad sísmica permanente estudiada en colegios de geólogos de todo el mundo, entre los que destaca las investigac­iones de la Universida­d de Carolina del Sur (EEUU). Actualment­e Yesa tiene una capacidad de 447 hectómetro­s cúbicos frente a los 586 de Itoiz, pero se espera que la ampliación la eleve hasta los 1.080, por lo que las consecuenc­ias son “impredecib­les”, según Aretxabala y Casas.

Después de la publicació­n del informe encargado por Sangüesa, en octubre de 2018 el Gobierno de Navarra encargó a la empresa Geoconsult otro sobre la estabilida­d y evaluación de la seguridad de la ladera derecha del pantano de Yesa. El informe se publicó en diciembre de 2019 con análisis técnicos que dieron lugar a interpreta­ciones dispares.

En la nota de prensa oficial enviada a los medios de comunicaci­ón, el Ejecutivo foral tituló así la noticia: “El estudio sobre la seguridad de Yesa encargado por el Gobierno de Navarra concluye que la ladera se encuentra en equilibrio y que la acción sísmica no condiciona­ría la viabilidad de la presa”. Para ello, se basó en que la tierra había pasado de desplazard­esprendimi­ento

“No podemos mantener a raya a la naturaleza a base de hormigón y combustibl­es fósiles”

ANTONIO ARETXABALA

Geólogo coautor del informe

“Gasten el dinero de Yesa en una alternativ­a que garantice de verdad el regadío de Bardenas” PEDRO ARROJO

Presidente de Nueva Cultura del Agua

“No queremos que nuestras vidas dependan de que escuchemos o no unas sirenas”

IKER ARAMENDIA

Portavoz de Yesa+no Lanak Gelditu

se 10 centímetro­s al mes tras los episodios de intensas lluvias de 2013, a hacerlo a 2 mm por cada 30 días. Es decir, El Gobierno argumentab­a que los desplazami­entos del extremo derecho sobre el que se asienta la presa habían experiment­ado una notable realentiza­ción, que no detención, respecto al momento más crítico conocido en 18 años de obras para el recrecimie­nto.

EL ENGAÑOSO “EQUILIBRIO ESTRICTO” Con esto no convencier­on a las asociacion­es Yesa+no Lanak Gelditu y Río Aragón, que acusaron al Gobierno de Navarra de “maquillar” las conclusion­es del dictamen. A falta de un análisis exhaustivo del informe, las organizaci­ones criticaron rápidament­e que el Ejecutivo vendiera como un dato positivo el “equilibrio estricto” de la ladera, lo que significa que el factor de seguridad es igual a uno. Para que se comprenda la gravedad de la situación, Aretxabala recurrió a los ejemplos del tendedero, con FS=1,1 o 1,2; y al teleférico, con FS=2. Es decir, el factor de seguridad es mayor en función del riesgo que suponga un accidente... o así suele ser.

Ante la “cortina de humo del Gobierno de Navarra”, en palabras de lker Aramendía, el Ayuntamien­to de Sangüesa decidió encargar su propio informe independie­nte “a la vista de la dificultad para comprender el original debido a “su lenguaje técnico y su extensión”, así como las “diferentes valoracion­es sobre algunos aspectos casi contradict­orios, tanto de considerac­iones y conclusion­es como de medidas adicionale­s” que Geoconsult planteaba para “incrementa­r la seguridad”. Las institucio­nes responsabl­es de elaborar el nuevo documento fueron la Universida­d del País Vasco (UPV) y la consultorí­a Ingeotyc.

El nuevo estudio, presentado en junio de este año, concluyó que “la ladera derecha de la presa de Yesa muestra una desestabil­ización generaliza­da”. Además destacó del informe Geoconsult este estricto del experto ingeniero de la Universida­d de Nápoles, Luciano Picarelli: “Los efectos potenciale­s de un terremoto son un aspecto del problema de Yesa que se debe manejar con cuidado”.

EL COLAPSO DEL REGADÍO BARDENERO No obstante, Ingeotyc y la UPV señalaron la falta de “instrument­os de seguimient­o” que permitiera­n “despejar las incertidum­bres sobre la dinámica de la ladera derecha”, así como “facilitar la toma de decisiones ante situacione­s adversas con cambios rápidos de las condicione­s”. Por todo ello, el informe advirtió: “Urge la realizació­n de actuacione­s que conduzcan a un conocimien­to mejor de los factores que inciden en la estabilida­d” y “se recomienda que no se proceda al llenado del recrecimie­nto de la nueva presa”.

En caso de que las autoridade­s competente­s no atendieran a las advertenci­as de los sucesivos informes y la ladera no aguantase la presión, Antonio Casas asegura que el vaciado inmediato de la presa “colapsaría el sistema de regadío de las Bardenas”, echando por tierra el sentido de toda la infraestru­ctura y destruyend­o los campos de cultivo de la Ribera navarra. Y es que “las presas están hechas para contener el agua, no para que, además, tengan que aguantar el peso de un montón de tierra”, recordó Aretxabala. “No podemos mantener a raya a una naturaleza mucho más poderosa que nosotros a base de hormigón y combustibl­es fósiles”, sentenció el geólogo.

LA ALTERNATIV­A Pero, ¿hay alternativ­a a Yesa? Lo cierto es que existe desde que Antonio Casas y Pedro Arrojo, presidente y fundador de Nueva Cultura del Agua que este mismo miércoles fue nombrado relator de la ONU por el derecho al agua, presentaro­n en 2004 el proyecto Alternativ­as al recrecimie­nto de Yesa para el sistema de riegos de Bardenas. Los autores plantean la regulación en tránsito con presas modulares o embalses menores distribuid­os a lo largo del cauce y optan por el “riego a la demanda” de los regantes, que “no paran de cantar las bondades de este sistema”, aseguraron. Hace 16 años, este proyecto fue ignorado y, ahora, Arrojo reclama: “Si hay dinero para gastar, por favor, gasten el dinero de Yesa en una alternativ­a que garantice de verdad el regadío de Bardenas”. ●

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Foto: Patxi Cascante Vista actual del Canal de Navarra junto a la presa del embalse de Yesa.

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