¿Qué le pasa a Williams?
A lo largo de su carrera en la élite no ha destacado Williams precisamente por su facilidad para relacionarse con el gol; sí por otras cualidades. El domingo alcanzó su partido 200 en liga, a los que hay que sumar 23 de Copa y 30 más de la Europa League, que hacen un total de 253 apariciones con la elástica rojiblanca. En ellas, el delantero ha marcado 59 goles, lo que se traduce en que para marcar necesita algo más de cuatro partidos (4,3 concretamente). En liga el dato es ligeramente peor, ya que marca en uno de cada cinco partidos (50 en 200), es mucho mejor en Copa, con un tanto cada 1,9 encuentros (12 en 23), y en la segunda competición europea el registro es idéntico al de la media de su carrera, 4,3 choques para marcar (7 en 30).
Sin la competencia de Fernando Llorente, una incorporación que frenó el lunes parte de la Junta Directiva pese a que el presidente, Aitor Elizegi, el director deportivo, Rafa Alkorta, el entrenador, Gaizka Garitano, y algunos miembros del vestuario le querían de vuelta, Williams debe dar el paso al frente que por status, salario y necesidad del equipo le exige el técnico de Derio. Disponible en la inmensa mayoría de partidos de la temporada, lo que habla muy bien de su físico, el atacante ha participado en los últimos 161 encuentros de liga, una racha que comenzó el 20 de abril de 2016, en la jornada 34 de la campaña 2015-16, y que va ya camino de los cuatro años y medio. A poco que añada un puñado de goles más a este registro, se acabará con la manida cuestión de su falta de gol. ●