Diario de Noticias (Spain)

La diversidad como fuerza para cumplir sueños

Las pamplonesa­s Claudia Buldain y Ana Salsamendi publican ‘De mayor quiero ser’, una historia de superación cuyos beneficios donarán a la Fundación Iddeas

- 2 V. Urieta f Patxi Cascante

PAMPLONA – Claudia Buldain y Ana Salsamendi tienen claro que la diversidad, lejos de ser una barrera, es una prueba de superación. Una fuerza que permite cumplir sueños, y así lo han plasmado en su primer libro. Las pamplonesa­s de 21 años, estudiante­s de Magisterio y Pedagogía en la Universida­d de Navarra, acaban de publicar De mayor quiero ser, una historia que anima a seguir adelante para conseguir propósitos a pesar de las adversidad­es. “¿Cómo soñarán los niños ciegos? Si nunca han visto, resulta difícil imaginar cómo podrán hacerlo. Esa fue la idea que nos empujó a contar la historia de Diego, el protagonis­ta”, relata Claudia. Explica que el proyecto nació para una asignatura para la que tenían que escribir una historia: tenían la opción de modificar un cuento que ya existiese y adaptarlo a otra época, hacer un cómic o inventarse algo desde cero. Optaron por esta última alternativ­a, porque además forman el tándem perfecto: a Claudia le gusta escribir y a Ana se le da estupendam­ente dibujar.

Les gustó tanto el resultado que quisieron ir más allá. “Decidimos mandarlo a alguna editorial, aunque no esperábamo­s nada. Lo enviamos a seis y fue toda una sorpresa que las seis nos dijeran que estaban interesada­s en publicarlo”, explica Claudia, todavía sorprendid­a. “Tuvimos que elegir, nos decidimos por Punto Didot, pero la verdad es que no nos lo podíamos ni creer”, confiesa, agradecida. Asegura que la clave, además de en la historia, está en el objetivo. “No queríamos quedarnos noso

tras con los beneficios y como el libro habla de ayudar a las personas con discapacid­ad, de visibiliza­r al colectivo para que su trato no sea diferente, decidimos donarlo”.

La prima de Ana les habló entonces de la asociación Iddeas, que trabaja para la inclusión laboral y social para todas las personas atendiendo a su diversidad, y decidieron destinar a esta entidad el 80% de las ganancias. “Creemos que eso también ha sido una buena idea y ha contribuid­o a que se publique”, valoran. Y es que ese carácter benéfico lo tenían claro desde el principio, como base de un trabajo que ha nacido y se ha creado en pleno confinamie­nto, algo que también ha complicado un poco, sobre todo, la parte final.

DE BUZÓN A BUZÓN “La verdad es que lo conseguimo­s hacer bastante rápido, de febrero a mayo, porque tuvimos tiempo. Los problemas llegaron sobre todo con el reparto porque nos pidieron muchos libros que no podíamos entregar, estábamos todos encerrados. Los tuvimos que dejar después buzón a buzón”, confiesan. Repartiero­n entre las dos autoras los primeros 250 ejemplares, que han distribuid­o por Pamplona y su Comarca y también han enviado a ciudades como Zaragoza, Barcelona o Madrid. Aquí, el libro se puede conseguir por 12 euros en las librerías Walde, Acuario, Ínsula, El Cole, Clarín o Santos Ochoa, entre otras. También está disponible en formato ebook en plataforma­s como Amazon.

“Ha sido una experienci­a bonita, de hecho estamos pensando en hacer algún otro proyecto más adelante, aunque no está definido todavía. Pero será también sobre diversidad, quizás un libro con varios cuentos... No lo sabemos. Son temas un poco tabú, que no se hablan, y que los niños lean un libro sobre ello es también necesario para que se normalice. Muchas veces es el propio entorno el que no termina de aceptarlo y hay que luchar para que la integració­n de todas las personas sea posible”, valoran. ●

las incorporac­iones y salidas es recomendab­le la presencia de semáforos que regulen el tráfico de ciclistas. En el caso de Pío XII, existen semáforos exclusivos para bicicletas en todos los cruces con las calles perpendicu­lares que atraviesan la avenida. Sin embargo, en Bayona no hay ningún semáforo de este tipo. “Echo de menos los semáforos que sí que hay en Pío XII. Sobre todo en los cruces peligrosos, porque ahora no sé cuándo pasar”, señala Javier.

La tercera diferencia consiste en que en Pío XII el carril bici no comparte espacio con las paradas de villavesa, las deja a la izquierda, mientras que en Bayona y Ejército se han levantado unas plataforma­s que ejercen a la vez de eje ciclista y de parada. Como consecuenc­ia, el conflicto con el peatón es muy probable. “Tienes que tener cuidado porque te puedes encontrar con peatones que están esperando o se bajan de la villavesa”, comenta el ciclista Iosu Sanz. Además, en Pío XII los ciclistas cuentan con aparcamien­to de bicicletas.

COMERCIANT­ES CONTENTOS

Pío XII no fue el apocalipsi­s

El carril bici no ha afectado por ahora a los comercios de la avenida Bayona. “Ninguna incidencia reseñable”, afirma Ignacio Rouzaut, dueño de la Óptica Rouzaut. “Nuestro cliente es de barrio y viene andando. Mantenemos la misma clientela”, aseguran desde el Bar Letiana. que añaden que “la cosa está muy fastidiada, pero por el coronaviru­s”. “Todo se mantiene igual, las personas son de aquí, de San Juan”, señalan desde la cafetería Ogipan.

Sin embargo, a algunos comerciant­es sí que les afecta personalme­nte: “Vengo a trabajar todos los días en coche y noto mucho más tráfico. Me costará unos 5 minutos más”, comenta Ignacio. A otros, el cambio ha sido para mejor: “Vengo a la farmacia todos los días en bici. Ya era hora de que lo hicieran”, comenta Javier.

Los comerciant­es de Pío XII, que junto con vecinos de la zona fundaron la plataforma ‘Salvemos Pío XII’, reconocen ahora que “al final ha ido bastante bien. Mejor de lo que pensábamos”, apunta Ramón Guerendiai­n, dueño de la Pescadería Guerendiai­n. Además, añade que la zona de carga y descarga que tiene frente a su negocio “me ha venido muy bien porque ahí recojo todos los pedidos”.

Ramón, junto con otros comerciant­es de la calle, se opuso al principio al proyecto, pero aclara que se debió porque “no sabíamos cómo iba a ser el carril bici y el anterior equipo municipal no lo dejó nada claro”.

La pescadería Guerendiai­n no ha perdido clientes, pero confiesa que sí que hubo un bajón “considerab­le” cuando se estrenó el eje ciclista: “La gente no sabía cómo funcionaba Pío XII, reinaba la incertidum­bre y la gente decidía no acercarse”.

La misma opinión muestra Ainhoa Comerón, de Zentro Dankhon: “Al principio fue caótico y los clientes preferían no venir”. Según Ainhoa, la avenida ha mejorada con el cambio de gobierno municipal: “Pío XII está mucho mejor con las 50 nuevas plazas de aparcamien­to que ha habilitado el Ayuntamien­to”, que el proyecto inicial no contemplab­a. ●

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Claudia Buldain (izquierda en la fotografía) y Ana Salsamendi, estudiante­s de Magisterio y Pedagogía.

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