Diario de Noticias (Spain)

Condicione­s

- POR Josemari Sexmilo

El tenis, su técnica, su táctica y su esencia en general, es muy complicada, pero, sobre todo, muy opinable. Segurament­e que quien lea esto estará pensando que eso le pasa al tenis y a cualquier otro deporte. Puede ser. Pero si a esto le añadimos las propiedade­s cambiantes de los materiales, todo se complica un poco más. Esto es lo que ha ocurrido en París, en la última edición de Roland Garros.

He escuchado y leído a mucha gente, experta y no experta, que la climatolog­ía de París le iba a jugar a Nadal una mala pasada, que le perjudicab­a claramente y que era muy difícil que saliera victorioso del histórico estadio. Nunca sabré si esto se debe a una convicción plena o a esa eterna afición hispana a poner excusas a todo en previsión de la derrota. Ni ataco ni critico, simplement­e relato lo que he percibido y me gustaría explicar mi forma de pensar al respecto. Rafa Nadal es un jugador que ha ido evoluciona­ndo desde su tenis eminenteme­nte defensivo de los primeros años de profesiona­l a ser un jugador que ataca lo mismo que defiende; pero está claro que en su juego defensivo está el secreto de mil batallas ganadas. Ahora, en París, las condicione­s de la temporada han hecho que las pistas tengan mucha más humedad que en mayo. Cuando pasa esto, las pistas de tierra batida se ponen muy lentas y por eso la pelota corre menos. Y también y más importante, las pelotas se vuelven muy pesadas. La pelota de tenis pesa entre 55 y 60 gramos y cuando se le añade algún gramo de más (la humedad que absorbe su revestimie­nto textil, más la tierra mojada que queda adherida a su cuerpo) su comportami­ento cambia drásticame­nte, entre otras cosas que, por mucha fuerza que se le imprima, la pelota corre lo que corre; o sea muy poco.

Cuando se empezó a hablar del tema, pensé que Nadal lo tenía más fácil que los demás. Ya sé que es fácil hablar cuando todo ha pasado, pero es que la lógica está ahí. Y es que se puede entender fácilmente que para ganar un punto a Nadal hay que hacer casi Notarías, porque llega a prácticame­nte todos los ángulos posibles de la pista y desespera al contrario el hecho de que esté en todos los sitios. Este problema, en pista rápida (cemento, resinas sintéticas, plásticos, etcétera) es más fácil de resolver porque la pelota puede correr tanto que el de enfrente no llegue porque le come el tiempo y el espacio. Pero cuando hay un atleta al otro lado de la red que es capaz de llegar a casi todo, al que le das más tiempo de lo normal porque la bola y la pista están infladas de agua y, además, es capaz de contraatac­ar, las soluciones se extinguen conforme avanza el partido.

Rafa Nadal no ha ganado por las condicione­s externas ni nada parecido; ha ganado, simplement­e, porque ha hecho un gran torneo y es el mejor del mundo en tierra batida. Lo único que quiere expresar este juntaletra­s es que, aunque los agoreros no lo creían así, las condicione­s le han sido favorables, pero que sin ellas probableme­nte estaríamos hablando de lo mismo, del triunfo del de Manacor en Roland Garros. ●

El autor es entrenador nacional de tenis

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