Un intento de soborno
momentos más importantes de Osasuna y, desde luego, el más importante para mí. Estoy superorgulloso de haber aportado para que el equipo salvase la categoría en ese momento y que, a partir de entonces con esa permanencia se empezasen a hacer cosas para llegar hasta ahora. Lo he comentado muchas veces con mi familia lo curioso que es el fútbol y lo importante que fue esa situación para salvar al equipo, en lo económico y en lo institucional. Echando la vista atrás, te das cuenta lo rápido que pasa todo en el fútbol, cómo van los acontecimientos y que de haber estado cerca de irnos a Segunda B y a un futuro malo para Osasuna hace unos años, la temporada pasada terminamos décimos en Primera.
¿Qué le parece el nuevo El Sadar? –Ahora no tiene nada que ver con lo que será cuando se metan ahí 15.000 personas. La sensación sin público es un poco fría, porque sólo se escuchan los gritos de los que estamos en el campo. Echamos de menos a la afición, estamos deseando jugar delante de ella, pero también somos consientes del grave problema de salud que se está viviendo y más aún de la situación que hay en Navarra. El estadio está quedando precioso, el doble anillo es espectacular, pero no tiene nada que ver a disfrutarlo con el público, con nuestra afición, que nos da mucho.
–Con 15.000 ya lo era, pero con 20.000 en las gradas El Sadar va a ser una olla a presión impresionante. Que se hayan hecho más de 20.000 socios en la situación que se vive en estos momentos es algo increíble, demuestra que siempre están al pie del cañón, dispuestos a ayudar al equipo.
¿Está contento con su contrato hasta 2022?
–Muy bien, super contento. Me llamaron para hablar y no hubo problemas para seguir en Osasuna. Estoy muy contento en mi club y con ganas de seguir aportando lo máximo para que el equipo siga en Primera mucho tiempo.
Ha hecho referencia a ella en varias ocasiones, ¿cómo está llevando la situación creada por la pandemia?
–Nosotros estamos muy controlados, sometidos a pruebas constantemente y lo intentamos llevar con la mayor naturalidad. En Tajonar tenemos protocolos, como también en los partidos, estamos poco en los vestuarios, salimos a calentar en cuanto llegamos. Es una pena que las cosas estén así, tenemos que ser responsables y cumplir con las normas. Lo que nos fastidia a los jugadores es no poder disfrutar con nuestro público, que esperamos que regrese pronto a los estadios. ●