Fred Astaire
En lo que respecta a los estilos de pilotaje, estamos en una época un tanto anodina. Desde que comenzó hace ya unos años esa técnica de los codos por los suelos en las curvas y de los pies por fuera en frenadas (unos dicen que si para equilibrar pesos, otros dicen que si para ejercer aún más resistencia e intentar frenar aún más), en lo que se refiere a estética de pilotaje, personalmente creo que hemos perdido mucho.
Quizá son historias de abuelo cebolleta, pero uno echa de menos más variedad en cuanto a los estilos. Desde Moto3 ves a los chavales ya imitando todas estas formas, en algunos casos sobreactuadas. Descolgarse está muy bien cuando necesitas que el peso de tu cuerpo haga girar una moto a la que le cueste hacerlo. Marc instauró este estilo por pura necesidad, no había otra forma de domar la Honda. Y si lo hace Marc, todos detrás. Si hoy nos hicieran una prueba a ciegas, con pilotos vestidos iguales, muy pocos serían los que identificaríamos con seguridad. Y solo uno en el que no habría duda alguna. Para aquellos que ni siquiera les suena, que busquen a Fred Astaire en Youtube, que se traguen un buen baile y que después vean de nuevo algunas vueltas de la carrera de ayer con Rins en cabeza. Su dulzura, su posición sobre la moto, cuello erguido en el ápice, mirada al frente, sin descolgar más de lo estrictamente necesario para hacer girar el fantástico chasis de la Suzuki como un compás, tan elegante como efectivo, sin esfuerzo aparente, al igual que Fred lo hacía en cada paso. Y es que luego se baja y mantiene la misma elegancia y saber estar. Solo le falta esmoquin.
Es cierto que con Rins no soy muy objetivo. Los golpes y chillos cuando perdió la rueda en Le Mans cuando venía para ganar remontando aún resuenan por casa. Un piloto que no genera mareas de admiración en parte por esta forma de ser tanto dentro como fuera de la pista, poco dado a nada que no sea pura normalidad. Pero que si no hubiera tenido el comienzo de temporada tan aciago, hoy estaría sin duda peleando por el Mundial. Solo espero que el bueno de Alex nos ofrezca aún este año unos cuantos bailes más. ●