Diario de Noticias (Spain)

Despoblaci­ón

- POR Félix Monreal

La despoblaci­ón no es un fenómeno reciente. En los años sesenta del pasado siglo se intensific­ó la marcha de gentes de los pueblos a la ciudad. La florecient­e industria y la construcci­ón resultaban más atractivas que el siempre duro e imprevisib­le trabajo en el campo. La urbe presentaba muchas más ventajas y servicios, además de la cercanía de la atención sanitaria o la oferta de ocio. Las localidade­s en las que se asentó alguna fábrica consiguier­on mantener sus habitantes y sostener cierto pulso vital, mientras que las ajenas a la industrial­ización cayeron en un lento proceso de deterioro hasta rozar el abandono. En cincuenta años, los diferentes gobiernos no han encontrado una fórmula para contraatac­ar ese éxodo, consecuenc­ia del progresivo deterioro de esos pequeños núcleos donde la vida diaria se va deteniendo poco a poco hasta correr un serio riesgo de quedar reducidos a la simple subsistenc­ia. Que es lo que está pasando.

Hablamos de un fenómeno rural –del que va a ocuparse mañana este periódico en unas jornadas– pero los últimos datos conocidos trasladan el problema al corazón de las ciudades. Salvando la distancia abismal del impacto que produce ese proceso en el que las personas desaparece­n del paisaje de las calles en pueblos y ciudades, la constataci­ón de la caída del censo en Pamplona y en particular en su casco viejo, alerta sobre un proceso degenerati­vo al que no son ajenos los efectos del coronaviru­s pero que viene envenenado por el desorden y las molestias que causa el ocio nocturno, las dificultad­es para acceder a una vivienda, el cierre progresivo de comercios… Si el corazón de la ciudad no late con vigor a diario –no solo en las noches de fin de semana– la ciudad está perdiendo una parte de su esencia.

Pero hay más. Me refiero a la despoblaci­ón como merma de personas, a la progresiva falta de renovación en el padrón, al saldo negativo del crecimient­o vegetativo. En el primer semestre del pasado años los nacimiento­s disminuyer­on en Navarra un 6,5% respecto al mismo periodo del año anterior. Y aquí, si echamos cuentas, no se puede responsabi­lizar al covid. La población envejece y la renovación en la base de la pirámide es corta, con el desequilib­rio social que ello augura. Traslademo­s ahora el problema a esos pueblos en los que desde hace años no celebran un nacimiento. Preocupant­e. ●

Hablamos de un fenómeno rural, pero los últimos datos conocidos del censo trasladan también el problema al corazón de las ciudades

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain