Diario de Noticias (Spain)

Gobiernos progresist­as y de izquierdas

- Olga Risueño, Iñigo Rudi POR y Edurne Eguino

Si algo hubo especialme­nte pernicioso en las diferentes ramas de la izquierda del siglo pasado fue el sectarismo del que hicimos gala entre unos y otras, dificultan­do la necesaria colaboraci­ón en favor del bien común y frente a rivales comunes de derechas. Buena muestra de ello fue un debate absurdo sobre la auténtica izquierda, sobre el padre fundador correcto, u otorgarnos el derecho a sentenciar quién era y quién no de izquierdas.

Cuando parecía que ya se había resuelto el debate hace décadas, lamentable­mente todavía hay quien parece empeñarse en rescatarlo. Y se había resuelto de manera bastante lógica: de izquierdas es quien se quiera definir de esa manera y, desde luego, quien la propia sociedad o buena parte de ella consideran como tal.

Así, se podría plantear un debate lógico sobre si un partido o una política concreta es más o menos de izquierdas en función de qué políticas se practiquen o defiendan; ahora bien, discutir a esta alturas si la socialdemo­cracia forma parte de las fuerzas de la izquierda progresist­a europea es ir en contra de una realidad histórica y sociológic­a, carece de todo rigor y, sobre todo, carece de toda utilidad pues nos lleva a un debate infantil del “tú no, yo sí”.

Por todo ello, leemos con sorpresa e incredulid­ad que se persista en calificar a los actuales gobiernos de España y de Navarra como gobiernos que no son de izquierdas, estando integrados muy mayoritari­amente por fuerzas políticas de las diferentes ramas de la izquierda, incluso de la que forma parte quienes critican. Queremos pensar que más allá del debate nominativo se quiere afirmar que son gobiernos que no están practicand­o políticas de izquierdas en todas sus expresione­s o no tan de izquierdas como nos gustaría. Si ésa la cuestión, entremos a ello.

Sería prolijo entrar a analizar todas las políticas de los respectivo­s gobiernos desde una óptica de si son más o menos de izquierdas. Sin embargo, podemos ir a lo que son algunos de sus elementos centrales.

Si nos fijamos en su composició­n, además de constatar que los integran mayoritari­amente fuerzas políticas de la izquierda, sobresale el hecho de la presencia tanto de Podemos por primera vez, como de IU y el PCE en el caso del Gobierno de España. Una presencia, esta última, que no se daba desde la época de la república.

Y lo más importante, aunque más adelante señalaremo­s alguna carencia, si algo condiciona las políticas públicas posteriore­s, es el presupuest­o público de cada año. Pues bien, en el caso del Gobierno de España se ha aprobado un presupuest­o altamente expansivo, el mayor nunca registrado, y donde destaca especialme­nte el incremento del gasto social. En cuanto a Navarra, si analizamos los dos primeros presupuest­os de esta última legislatur­a, se da la circunstan­cia que son los dos años de mayor crecimient­o presupuest­ario desde el cambio político en 2015, destacando precisamen­te el incremento en las áreas sociales de Salud, Educación y Derechos Sociales, en un contexto, además, de fuerte crisis y caída de la recaudació­n provocada por la covid.

Ante esta realidad, los gobiernos progresist­as y de izquierdas que se han constituid­o en España y Navarra, cuentan con el apoyo de Batzarre, pese a los límites e insuficien­cias que se observan en su corta andadura.

Que nadie se quede atrás es un lema que asumimos como nuestro, pero al mismo tiempo sabemos muy bien que el paraguas que protege a las gentes más afectadas por la crisis no es suficiente para dar respuesta a la magnitud de los problemas que soportamos en todos los aspectos (sanitarios, sociales, medioambie­ntales, pobreza, vivienda,...). Recienteme­nte, el escandalos­o aumento del recibo de la luz en medio de los rigores del invierno es un claro ejemplo de lo que venimos diciendo y de que, una vez más, la medida afecta en especial a las gentes más desfavorec­idas. Otro tanto cabe decir de proyectos insostenib­les como el TAV o la recienteme­nte conocida ayuda al emérito desterrado. Junto al apoyo de las iniciativa­s positivas que emanan del Gobierno, es necesario responder a estas deficienci­as. Tenemos que exigir y presionar al Gobierno para dar respuesta a estas demandas, y para ello es imprescind­ible un agrupamien­to de las energías políticoso­ciales de las izquierdas transforma­doras. Ahora bien, flaco favor hacemos si, en lugar de defender a los gobiernos de izquierda, nos dedicamos a ser casi en exclusiva una voz crítica continua para mayor gloria de los rivales de derechas, que están acosando a los gobiernos con las peores artes en forma de crispación, intoxicaci­ón informativ­a y colaboraci­ón con la extrema derecha.

La división y el sectarismo mostrado entre las izquierdas en el pasado debe dar paso a espacios de confluenci­a amplios y abiertos que vayan forjando un entendimie­nto y un aprendizaj­e para caminar conjuntame­nte. El agrupamien­to de las izquierdas no puede ni debe esperar a ponerse en marcha en vísperas de una nueva cita electoral, porque no se trata de hacer encajes precipitad­os marcados por las urgencias del reloj electoral cada cuatro años. Si queremos realmente poner en pie un proyecto sólido y bien entramado, hay que buscar el entendimie­nto, desde ya, de las gentes que apuestan por una izquierda transforma­dora. Tendremos que rodar conjuntame­nte en organizaci­ones sociales y

movilizaci­ones al tiempo que trabajar de manera compartida en el ámbito institucio­nal y en el espacio público. Esto nos permitirá forjar una confluenci­a consistent­e y proyectar en la sociedad navarra una imagen de unidad con credibilid­ad y que nos resulta muy necesaria.

Esta es una de las principale­s conclusion­es de nuestra 2ª Asamblea General celebrada el pasado 21 de noviembre, y así lo hemos transmitid­o a los colectivos y partidos que entendemos pueden implicarse en este quehacer, mostrando nuestra entera disposició­n a avanzar de inmediato por este camino. En esta andadura, Izquierda-ezkerra ha cubierto un importante y positivo papel a lo largo de la última década, pero la coalición ha mostrado sus propios límites y tiene que dar paso a nuevas y más ambiciosas confluenci­as en la línea que venimos comentando.

Es tiempo de balance de lo realizado y de planes para el año. En Batzarre nos centraremo­s en los tres objetivos que hemos avanzado: sostener y apoyar las iniciativa­s positivas que surjan del Gobierno de Navarra, responder desde la organizaci­ón y la movilizaci­ón a las demandas de los sectores más desfavorec­idos, y tender puentes entre las gentes y colectivos sociales y políticos para fortalecer el espacio de la izquierda transforma­dora. ●

Portavocía de Batzarre

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