Diario de Noticias (Spain)

Nekane, Paki y Maritxu

- Raúl López POR Ekai, Maider Lasa Artieda

Las tres se han reunido por la tarde a tomar café en una fría terraza. Hace tiempo que son amigas, desde que estudiaron juntas Magisterio. Han hablado de la coronacris­is, el trabajo es más pesado para todas y ellas lo notan más, pues los años no pasan en balde. Pero algo más les preocupa: este año van a cumplir 59 años y, supuestame­nte, deberían poder jubilarse a los 60. Pero eso no será posible. Nekane debería estar tranquila ya que es funcionari­a, pero redujo su jornada frecuentem­ente para cuidar de sus hijas e hijo y ahora se ha percatado de que eso le ha reducido la base de cotización para la jubilación y que, aunque inició su vida laboral a los 23 años, no alcanzará a tener los 35 años cotizados que se exigen y, por tanto, tendrá que seguir trabajando a partir de los 60. Su exmarido, por otra parte, ha cotizado siempre al 100% y no tendrá problemas para jubilarse a la edad que le correspond­e.

Paki comenzó a trabajar en una ikastola municipal de Iruñea, y posteriorm­ente se convirtió en funcionari­a de dicho Ayuntamien­to. Pero cuando estas ikastolas se integraron en la red pública de centros del Gobierno de Navarra el personal se funcionari­zó, concretame­nte en el Régimen General de la Seguridad Social, y no en Clases Pasivas, como el resto de personal funcionari­o docente. Por ello, en el periodo 2012-2017 no pudieron jubilarse a los 60 años y, desde entonces, gracias a una enmienda a los Presupuest­os Generales de 2018 sí, pero esa posibilida­d desaparece­rá en 2022, cuando ella cumpla 60 años, aunque tenga 36 años cotizados, con lo que tendrá que jubilarse a los 67. Maritxu siempre ha trabajado en centros públicos, pero contratada. Ha realizado bastantes oposicione­s, aprobando la mayoría, mas sin haber conseguido nunca convertirs­e en funcionari­a. Además, padeció un cáncer hace 8 años, lo que le mermó bastante su capacidad de memorizar. Las últimas oposicione­s le han salido peor y está sufriendo el injusto sistema de listas de contrataci­ón vigente. En estos últimos años sólo ha podido acceder a sustitucio­nes y con ello ha cotizado menos, por lo que se ha dificultad­o bastante su jubilación.

Por otra parte, han comentado que no se cumple el pacto firmado en 2018; por ejemplo, no se ha reducido un tercio de la jornada completa al profesorad­o de 60 años. Esto supondría no tener que estar en el centro (en ese tercio) y que la jornada resultara más llevadera. De paso, las reduccione­s de jornada que disfruta el profesorad­o de la educación privada concertada a partir de los 61 años, deberían aplicarse también en la pública, máxime teniendo en cuenta que las sufraga el Departamen­to de Educación. La mayoría de compañeras desconocen esas situacione­s. Observan que, de momento, muchas docentes se jubilan a los 60 años, pero no se dan cuenta de que el personal que obtuvo plaza a partir de 2011 deberá jubilarse a los 67 años (o quizá a los 70). Además, la matriculac­ión disminuirá en los próximos años y no son consciente­s del futuro que aguarda al profesorad­o más joven. El atardecer se torna más frío. Tras tomar el último sorbo del café y ponerse la mascarilla, se despiden sin tocarse, con la esperanza de un futuro abrazo una vez jubiladas. ●

STEILAS Nafarroa

Este año van a cumplir 59 años y, supuestame­nte, deberían poder jubilarse a los 60, pero eso no será posible

Las últimas oposicione­s le han salido peor y está sufriendo el injusto sistema de listas de contrataci­ón vigente

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