Tomás Yerro homenajea agradecido y con mirada crítica a Lerín y a la vejez
El escritor presentó ayer dos libros realizados en el marco del proyecto de difusión de su obra como Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019 ● Publicará en primavera un tercer libro centrado en la crítica literaria
PAMPLONA – Lerín, su pueblo natal, donde pasó su infancia y adolescencia y donde sembró poderosas semillas de crecimiento personal, de conocimiento y saber intelectual, y el colectivo de personas mayores, al que tan unido se siente y que le apasiona tanto como le duele –por las carencias y la marginación que sufre en las sociedades de Occidente– centran los dos primeros libros realizados por Tomás Yerro en el marco del proyecto de difusión de su obra como Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019.
Lerín. Buque varado sobre el río Ega y Personas mayores, patrimonio de Primera son los títulos de estas publicaciones, a las que se sumará en primavera una tercera dedicada a la crítica literaria con la que se completará el proyecto de difusión de obra del escritor, investigador y docente natural de Lerín.
Las dos obras presentadas ayer por la mañana en Pamplona, y que han sido editadas por la Dirección General de Cultura-institución Príncipe de Viana, son, en palabras de la consejera de Cultura y Deporte del Gobierno foral, Rebeca Esnaola, “el claro ejemplo de la gran vitalidad y de la capacidad creativa de Tomás Yerro, que en un año especialmente complicado no ha cejado en su empeño de trabajar en varias obras a la vez hasta quedar satisfecho con el resultado obtenido”.
El propio Tomás Yerro (Lerín, 1950) define estos trabajos como “la recogida de la cosecha de una siembra realizada por mí con toda humildad durante años”.
“Este proyecto editorial recoge de forma sintética los tres grandes pilares en que se ha asentado mi vida personal y profesional”, comentaba ayer el autor aludiendo a su pueblo natal, Lerín, las personas ancianas y el ejercicio de la crítica literaria.
En las dos obras que acaban de ver la luz se emplean recursos como el relato, la descripción, la poesía, la crónica o los diálogos, que permiten al lector sentir en primera persona las experiencias vividas por el propio autor.
EN PRIMERA PERSONA Infancia y adolescencia “Un regalo” a un pueblo y a su gente
Lerín. Buque varado sobre el río Ega es, según su autor, “un regalo que hago a mi pueblo y a sus vecinos; un acto de justicia para saldar la deuda de los muchos aprendizajes que me inculcó mi pueblo natal desde mi más tierna infancia”.
El libro toma como eje central la localidad de Lerín, donde Tomás Yerro pasó su infancia y adolescencia en los años 50 y comienzos de los 60 del siglo XX. En este libro, el divulgador busca transmitir la esencia de la comunidad lerinesa mediante el uso de ingredientes personales de índole memorialística y otros de naturaleza social.
Así, recoge la formación que le aportó su pueblo natal no solo en lo académico, sino sobre todo en el aspecto personal y existencial, valores que le han hecho ver que “el mundo no siempre es un valle de rosas, que existen injusticias, desajustes sociales y sectores marginados”.
Según explica el propio Tomás Yerro, “no se trata de un libro ni de memorias convencional ni historiográfico”, sino que conjuga elementos memorialísticos de carácter íntimo, relacionados sobre todo con la familia, y otros de valor social como las situaciones generales del pueblo, la formas de enfocar la vida o elementos del patrimonio material e inmaterial.
El libro, dividido en seis capítulos y en el que se presta una gran atención a las personas, tiene “un afán de perdurar, de preservar ese pasado, porque a la velocidad de vértigo de la sociedad actual es difícil que se guarde una memoria colectiva de lo que hemos sido”, apunta el autor.
La obra ha sido construida desde “una mirada personal que oscila entre la elegía y la crítica”, en la que el autor echa de menos el paraíso vivido, con los juegos, las formas de vida
o la libertad de la que gozaban los niños de entonces en el pueblo; pero también denuncia “siempre con palabras respetuosas” las injusticias sociales que palpó en su localidad natal y que también componen “los latidos de Lerín, un lugar en el que pueden verse reflejadas otras localidades españolas”, concluye Tomás Yerro.
Injusticias que se daban en la villa como la “falta de formación de buena parte de la población”, los “gravísimos desniveles económicos”, la pobreza o la “escasa consideración a las personas mayores”, explica Yerro.
LAS PERSONAS MAYORES El sector marginado... ... a pesar de su sabiduría y sus ganas de aportar
Personas mayores, patrimonio de Primera ahonda en una admiración personal de Tomás Yerro hacia las personas maduras y ancianas que nació en su infancia, una semilla a la que se han ido sumando experiencias vitales entre las que ha destacado su ingreso como socio voluntario hace 11 años en la Sociedad Navarra de Geriatría y Gerontología.
En este libro se abordan las sombras de esta etapa vital como son la soledad, la dependencia, la conciencia de estorbo del anciano, el trato discriminatorio por el hecho de tener edad, la gerontofobia o el miedo a envejecer, pero también cuestiones tan positivas como “la abuelidad, el afán de socialización, el altruismo o la curiosidad intelectual”.
Esta perspectiva la comparte mediante diversos relatos, lecciones académicas, conferencias, artículos, columnas y entrevistas realizadas a lo largo de su vida. Cierra el libro un capítulo de semblanzas sobre personas con la que ha compartido momentos vitales inolvidables, entre ellas Oteiza, Tomás Belzunegui, María Luisa Nieto, Mariasun Ortigosa o José Antonio Eslava.
Su experiencia, comentó Yerro, le ha demostrado que “el sector de las personas mayores no es uniforme” y existen grandes diferencias económicas, sociales y psicológicas que “hacen que cada persona afronte su propia situación, la última o penúltima etapa de su vida, con perspectivas muy diferentes”.
A pesar de estas diferencias, reconoce, se trata de un sector “en general muy discriminado” y el comportamiento social general, y en algunos casos también el oficial, durante los primeros meses de la pandemia “puso de relieve estos rasgos llevados al extremo, en algunos casos con suma crueldad”. “Solamente los trabajadores, familiares y los propios afectados saben lo que tuvieron que sufrir esos meses o en qué circunstancias algunos perdieron la vida”, dijo denunciando que “se puso entonces de relieve que, paradójicamente, el sector social que en términos estadísticos más está creciendo estaba siendo tratado de una forma impiadosa”.
En un mundo en el que “priman la belleza y el utilitarismo”, opina el escritor, la experiencia humana y profesional de las personas mayores se minusvaloran y esto “es un derroche” para la sociedad. “Los ancianos
“En un mundo en que priman la belleza y el utilitarismo, la experiencia de los mayores se minusvalora”
escuchan, pero deberían ser también escuchados activamente por parte de las generaciones más jóvenes. Sería un enriquecimiento para todos. Pero en las sociedades cada vez más desarrolladas, el desarrollo económico está provocando un desastre ético, de solidaridad e intelectualidad”, detecta con tristeza.
El tercero de los libros que conforman este proyecto de difusión de su obra como Premio Príncipe de Viana de la Cultura, avanzó ayer, se apoya en “lo más genuino” de su profesión como profesor de Literatura y filólogo y se centrará en la crítica literaria de un conjunto de escritores. En estos momentos Yerro está dando las últimas pinceladas a su obra y prevé entregar el original finalizado el próximo lunes al departamento de Cultura, por lo que se espera que se publique a lo largo de esta primavera.
EL PRESENTE Viviendo la crisis con naturalidad “Mi enfermedad me vacunó para la pandemia”
Tomás Yerro asegura vivir esta crisis debida a la pandemia “con total naturalidad”. “Por mi condición de enfermo grave –dice aludiendo al cáncer por el que está siendo tratado–, estoy sobrellevando todo esto con naturalidad absoluta. Cuando empezó la pandemia yo ya estaba vacunado para esta situación. Ya entendía y había sentido lo que mucha gente está sintiendo ahora: que la fragilidad puede llegar en cualquier momento; ya había tomado conciencia de los elementos sustanciales de la condición humana: la vulnerabilidad, la fragilidad, la interdependencia y la muerte”, afirma el escritor e investigador navarro.
Además de gracias a los profesionales sanitarios, resiste, dice, en gran parte “por el contacto estrecho con los seres queridos y los achuchones que doy todos los días a mis cuatro nietos”. Preguntado por la oportunidad que nos brinda esta crisis para mejorar como sociedad, Yerro responde muy claro que “es imposible cambiar si no recordamos de dónde venimos”. “No hay futuro sin memoria”, y en este sentido lamenta “que los humanos somos muy olvidadizos”. Aun así, él confía “en que la sociedad y la clase política, que tiene un plus de obligación sobre la sociedad, repare en lo que es realmente importante, y ahí están las personas mayores”. ●
“Cuando vino esta pandemia yo ya entendía que la fragilidad puede llegar en cualquier momento” TOMÁS YERRO Escritor, investigador y docente