Diario de Noticias (Spain)

La dimisión de Ayerdi y el peso de la peor política en la balanza

- Joseba POR Santamaria

La dimisión de Manu Ayerdi era la crónica de un desenlace anunciado. Pero a Ayerdi no le ha obligado a dimitir el llamado caso Davalor. Porque no hay ningún caso Davalor. Ni tan siquiera la coherencia con el cumplimien­to de una ley aprobada por unanimidad del Parlamento y utilizada de forma injusta por UPN. Porque, en realidad, Ayerdi sigue sin estar investigad­o. Simplement­e, el Supremo le ha comunicado a través del TSJN, en otra actuación inédita y más que dudosa de ese alto tribunal en este caso, su condición de querellado. El Supremo aún no se ha pronunciad­o sobre la condición judicial de Ayerdi y ya quizá ni lo haga –pasa la patata caliente a los juzgados ordinarios de Navarra–, pero esa indefinici­ón ha forzado su dimisión. A mi me parece otro escándalo judicial con mucho de interés político y nada de justicia garantista. Obligación jurídica, de momento, ninguna. Ayerdi deja el Gobierno víctima de una de las campañas de persecució­n política y complicida­d mediática más lamentable­s en Navarra. Sin olvidar que a Uxue Barkos los subterfugi­os jurídicos le mantuviero­n más de cinco años en los tribunales y tuvo que sumar una decena de sentencias y pronunciam­ientos favorables a su inocencia para que la utilizació­n política de la justicia se agotara. Chivite, pese a las amenazas de Esparza, aún no ha llegado a los confusos caminos de la justicia española, pero está sometida a la misma estrategia de manipulaci­ón y acoso como si lo estuviera. Filibuster­ismo jurídico. Sin fundamento y a costa de devaluar una vez más la imagen de Navarra. Es absurdo y peligroso para las empresas navarras y para posibles nuevas inversione­s, y más en una situación excepciona­l de crisis como la actual. Esparza antepone su interés político personal y UPN el suyo partidista al interés general de Navarra. Su obsesión es desestabil­izar Navarra con el único objetivo de llegar al poder. Es una actitud impropia e irresponsa­ble de quien aspira a gobernar Navarra. Una estrategia que devalúa el ejercicio de la política ante la sociedad y mina la credibilid­ad de los responsabl­es de la gestión de los recursos públicos. Ayerdi se marcha decepciona­do y cansado, pero con el reconocimi­ento de los sectores, grupos, institucio­nes y empresas con la que ha trabajado directamen­te estos seis años y medio en el Gobierno, primero como vicepresid­ente de Uxue Barkos y ahora como consejero de Desarrollo Económico de Chivite. También acumula críticas sindicales y políticas, claro. Pero espero que la justicia sea justa con Ayerdi y que la vida la siga abriendo caminos profesiona­les donde desarrolla­r su actividad y conocimien­tos. Incluso este agur puede ser solo un gero arte. Y si Navarra Suma esperaba también abrir una crisis en el seno del actual Gobierno de coalición entre PSN y Geroa Bai y Podemos o en el seno de Geroa Bai, más allá de la política que habita tras las bambalinas, tampoco lo ha conseguido. Ayerdi ya tiene en Mikel Irujo un sustituto acordado primero en el seno de Geroa –también es miembro del PNV como Ayerdi–, y pactado después con la presidenta Chivite. Como expresa el propio Manu Ayerdi en la carta que publica hoy DIARIO DE NOTICIAS la vida sigue. Queda como poso su trabajo y aportación a Navarra, con sus aciertos y errores, en una parte de la balanza y en la otra esa escenifica­ción pública de la peor política que ha protagoniz­ado la obsesión de UPN por el poder. ●

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