La Navarra vaciada
La despoblación en zonas rurales se ha acentuado en la Navarra media oriental y occidental, y en el Pirineo. Los pueblos pequeños son cada vez más pequeños y la Comarca de Pamplona crece sin parar
“El modelo de despoblamiento de Navarra es similar al de Aragón”
XABIER VELASCO Lursarea
“La administración debe cambiar el chip en su esfuerzo a entornos rurales”
JUAN CARLOS PERALTA
Presidente de la FNMC
“Buscamos familia con hijos para vivienda a estrenar de 85 metros cuadrados en Tabanera de Cerrato y que se ocupe de la nueva tienda de ultramarinos que hay debajo”: Es la llamada desesperada que ha lanzado el Ayuntamiento de un pequeño pueblo de Palencia en busca de nuevos pobladores y que ha decidido rehabilitar una vivienda situada en la plaza. De momento cuenta con 500 habitantes. Es la pandemia que azota la llamada ‘España vaciada’ que ha visto crecer su población desde 1975 alrededor de un 36% hasta alcanzar la cifra de 46,9 millones pero no de manera homogénea. Amplias regiones del Estado se han visto afectadas por movimientos migratorios de gran calado desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades. Provincias como Soria son un ejemplo de esta realidad con una pérdida de población durante este periodo del 23% frente a un crecimiento en Madrid del 75%. A menor escala pero Navarra también ha incrementado el número habitantes de forma progresiva en las últimas décadas (1,89% entre 2011 y 2019, y el 15,51% en la década anterior) gracias al aporte de la inmigración y de otras zonas rurales de fuera de Navarra, lo que ha ido en paralelo a un proceso de despoblación de nuestros pueblos. “Cuanto más pequeño es un pueblo, más más riesgo tiene de acentuar su despoblamiento”, asume Xabier Velasco, del Observatorio Territorial de Navarra dependiente de Lursarea (sociedad pública Nasuvinsa). Un fenómeno que se ha acelerado a partir de la industrialización en los años sesenta y que ha provocado una concentración del crecimiento en la Comarca de Pamplona. En realidad Pamplona no crece como antes -el padrón municipal a 1 de enero de 2021 refleja por primera vez una ligera pérdida pese al desarrollo de barrios como Lezkairu-, crecen los municipios de alrededor. También mejora el eje del Ebro -incluyendo Tudela-, mientras se mantienen o pierden algo las ciudades intermedias como Tafalla, Sangüesa o Estella. La despoblación castiga a los núcleos más pequeños, especialmente a las zonas montañosas de la Navarra media oriental (comarca de Sangüesa) y la Navarra media occidental (Montejurra), además de los Pirineos y Prepirineos, que se ven perjudicados por la propia “estructura de los pueblos”. Del 2010 al 2019 el crecimiento de la ciudad central fue de un 7% mientras que el Pirineo perdía un 13,5% y la Comarca de Sanguesa otro 6,5%, destaca Iñaki Pérez Zudaire desde Lursarea. Más datos: entre 2013 y 2018 la Comarca de Pamplona ganó 9.322 habitantes (suma 370.277 habitantes de un total en Navarra de 654.214) mientras que le resto de comarcas navarras perdieron 6.245. “Navarra no está dividida de norte a sur sino de este a oeste. Coincide también con zonas de peor accesibilidad y con un clima más adverso. Conforme se alarga la esperanza de vida, la gente vive más y no baja la población pero realmente no hay una recarga. Cuando empieza a morir la gente mayor, como los jóvenes se han ido, se quedan los pueblos vacíos”, reiteran desde Lursarea, Agencia Navarra del Territorio y la Sostenibilidad. La baja tasa de natalidad (ha caído un 21,9% entre 2011 y 2019) y el freno de la inmigración a partir de la crisis completan la receta de la despoblación. “No hay más claves, o se mantiene la población con gente joven que tenga hijos o con políticas de atracción de la inmigración con capacidad de integración”, asumen.
Un análisis realizado por Nasuvinsa demuestra además que el proceso de despoblación de Navarra es más similar al de Aragón dentro de un contexto territorial lo que nos diferencia de otras regiones como la CAV o Pirineos Atlánticos. La tendencia a la centralización en Zaragoza es similar a la que ocurre en Navarra con la Comarca de Pamplona. “Lo que nos protege respecto a Aragón es que nuestras distancias son más manejables y nuestra capital está más cerca de la periferia”, subrayan. La densidad de la malla habitada en Navarra es de 475 habitantes/km2 frente a los 121 de Pirineos Atlánticos, los 594 de Aragón (Huesca más Zaragoza) y los 842 de Euskadi.
Según los datos que maneja Lursarea, 211 municipios de un total de 272 tienen menos de 2.000 habitantes. Cifras que esconden el drama en el que viven muchas personas que no pueden acceder a los servicios que necesitan. Revertir ese desequilibrio territorial es uno de los retos en los que trabaja el Gobierno Navarra guiado en muchos casos por el trabajo realizado por colectivos y asociaciones que se han formado en zonas desfavorecidas como el Pirineo, con gente que trabaja y vive en estos pueblos. Debate que por otro lado se ha visto reavivado en los últimos años con la llegada de nuevas iniciativas empresariales (mineras y de
parques eólicos y fotovoltaicos) y proyectos controvertidos por su ubicación en zonas de montaña. Tener un territorio con una población bien distribuida que goce de empleo y calidad de vida son además las orientaciones que marcan los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas que ya alerta de los problemas medioambientales y los desequilibrios sociales en barrios que genera el hacinamiento en las grandes urbes.
COHESIÓN TERRITORIAL En diciembre se constituyó la Comisión Interdepartamental de Lucha contra la Despoblación con el fin de “adoptar medidas prácticas, tanto preventivas como paliativas, e incorporar la regresión demográfica como un principio a tener en cuenta en cualquier política o plan de la Administración”, sostienen desde el departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra. Entre las medidas más innovadoras destacan la creación de los bonos de impacto social que serán pioneros en el Estado. En base al diagnóstico sobre desigualdades territoriales se establecieron como zonas de actuación prioritarias las comarcas de Montejurra, Pirineo, Prepirineo, Sangüesa y Zona Media ante “los posibles riesgos de despoblación en el medio rural”. A la izquierda se detallan las principales medidas que ha puesto en marcha el Ejecutivo foral, muchas de ellas incluidas en el Plan Reactivar Navarra.
Conectividad de calidad, acceso al personal médico y a medicinas, proximidad en la educación obligatoria, poder trabajar cerca o tener buenas comunicaciones, y acceso a la vivienda serían las principales recetas que apunta Juan Carlos Castillo, presidente de la Federación Navarra de Municipios y Concejos. El que también es alcalde de Peralta cree que la clave está en “cambiar el chip” desde las administraciones a la hora de abordar este problema en el sentido de que se debería hacer “un esfuerzo importante con inversiones y recursos que afectan a poca población, algo que en política no es lo habitual”.
“Apostar por vivir en un pueblo no es una tarea fácil, ni siquiera para personas que han nacido en un entorno rural y quieren regresar al pueblo porque no hay vivienda para alquilar y la poca que sale a la venta tiene precios por las nubes”, subraya Koldo Villalba, agente turístico y residente en Mezkiritz. “Hay muchas casas cerradas desde hace 20 y hasta 40 años”, señala quien a su vez propone que las administraciones habilitar solares para construir nuevas viviendas y apoyar con subvenciones la compra de material o bien establecer medidas más contundentes que incentiven el alquiler. “Navarra es pequeña, en media hora puedes acceder a un pueblo desde Pamplona si hubiera una opción para vivir”, remarca. En todo caso vivir en un pueblo resulta más caro; solo la conexión a internet supone 44 euros al mes. “No tenemos los mismos servicios que en Pamplona y pagamos los mismos impuestos lo cual es injusto, necesitamos una compensación como medidas fiscales para los autónomos”. En definitiva, discriminación positiva en un momento en que la pandemia también ha devuelto la mirada hacia los pueblos como espacios libres de contaminación y más atractivos. ●
“Debemos apostar por una una Navarra más equilibrada y cohesionada social y territorialmente”
Cerca de 50 personas de diferentes ámbitos públicos y privados comprometidas con frenar el despoblamiento en la Comunidad Foral asistieron a esta jornada organizada por DIARIO DE NOTICIAS y Prensa Ibérica en el hotel Tres Reyes, en Pamplona, y que contó con el patrocinio del departamento de Cohesión Territorial del Gobierno de Navarra y Magnesitas Navarras, además de la colaboración del Grupo DIA.
Joseba Santamaría, director de DIARIO DE NOTICIAS, destacó al acto durante la bienvenida el compromiso de este medio por “atender siempre la realidad social que nos rodea y participar de las necesidades de la sociedad navarra”. Posteriormente, la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, expresó a los asistentes en su discurso de inauguración la apuesta del Ejecutivo por “una Navarra más equilibrada y cohesionada social y territorialmente”. En este contexto, la presidenta destacó la importancia de realizar “un cambio de mentalidad y de dejar de asociar el mundo rural con las actividades del campo, y entenderlo como un espacio geográfico extenso, multifuncional en lo social y en lo económico y con una alta calidad medioambiental”.
Al hilo de esta exposición de potenciar un modelo de desarrollo rural sostenible para la Comunidad Foral, Chivite hizo referencia al Plan Reactivar Navarra, el cual trabaja para “la revitalización del medio rural como parte fundamental para salir de la crisis, apostando por nuevos modelos de negocio viables, generadores de empleo y que apuestan por actividades que solventan necesidades sociales desde un desarrollo inclusivo”. Asimismo, defendió el emprendimiento y la innovación social como elementos claves y anunció la propuesta del Gobierno de Navarra de impulsar 14 nuevas acciones en diferentes ámbitos para corregir las desigualdades territoriales que van desde iniciativas de coliving y cohousing hasta un sistema de bonos de impacto social a nivel regional pionero en el Estado. “Estas iniciativas,– apuntó– permitirán financiar intervenciones innovadoras que solucionen problemas sociales concretos o la creación de un dispositivo comarcal para recuperar tierras y montes abandonados e infrautilizados como generadores de oportunidades de empleo en las zonas rurales”.
Por su parte, María Chivite también indicó que el Plan Reactivar Navarra apuesta por la tecnología, un aspecto muy relevante para hacer frente a la despoblación y que “ahora, más que nunca, se ha puesto en valor la conectividad y la accesibilidad a las tecnologías en la totalidad de la población a causa de los nuevos hábitos originados por la pandemia de la covid-19”.
Otra de las claves ante el reto de la despoblación, indicó, es “asegurar el derecho de la ciudadanía a la movilidad” y, en base a eso, la Administración debe “garantizar que la práctica totalidad de los navarros dispongan del acceso a los servicios públicos básicos, además de facilitar el acceso a la vivienda en el medio rural”.
Por otro lado, la presidenta de Gobierno de Navarra puso en valor la importancia del trabajo en red a través de “la implicación de los poderes públicos y la coordinación entre los distintos agentes presentes en el territorio”. Y reseñó la labor del Gobierno de España como “el promotor al máximo nivel en la lucha contra la despoblación” con la constitución de la Conferencia Sectorial de Reto Demográfico, al fin de asegurar la cooperación entre las administraciones territoriales.
Finalmente, para concluir su intervención, Chivite puntualizó sobre la hoja de ruta que está trazando la UE “para una reconstrucción económica solida, inclusiva y resiliente”, que “no es otra que una poderosa herramienta para enfrentarnos a la repercusiones de la actual crisis sanitaria”. ●
“El Plan Reactivar trabaja en 14 iniciativas para corregir las desigualdades”
MARÍA CHIVITE Presidenta de Navarra