“Hay que acabar con la idea de que el exitoso va a la ciudad y el fracasado al pueblo”
“Hay que implantar la sede electrónica, apoyarse en las nuevas tecnologías y garantizar los servicios básicos”
JUAN Carlos Castillo es un hombre que conoce bien los pueblos. Es alcalde de Peralta desde 2015 y ahora también preside la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC), el órgano que aúna el mapa local de Navarra. Sabe bien qué provoca la despoblación. “El declive del sector primario, la deficiencia de los servicios públicos, la falta de trabajo, y la falta de apuesta política”, resumió. En lo único que hay consenso, dijo, es en que “los pueblos hay que mantenerlos”. Pero, al mismo tiempo, “con la actual normativa y la actual política de fomento, no alcanza”. Es la paradoja por la que se escurre la vida de los pueblos.
En realidad, “no son tantas cuestiones” las que hay que abordar para luchar contra la despoblación. Pero sí que se tiene que hacer de forma decidida y, sobre todo, con dinero. “Con importantes inversiones”, especificó Castillo. Y una de las principales inversiones que hay que acometer, y la pandemia lo ha puesto de manifiesto, es la garantía de conectividad de Navarra. “La pandemia ha demostrado lo fácil que es dejar a una persona incomunicada si no cuenta con los medios necesarios”, ilustró el presidente de la
FNMC, que citó algunas de las mejoras concretas que deben hacerse aprovechando también los fondos europeos. “Hay que implantar la sede electrónica, tenemos que basarnos en las nuevas tecnologías para acortar la distancia, ser más eficientes con el consumo energético, y garantizar que el agua de calidad llegue a todos los territorios”. Y, por supuesto, “mantener y reforzar los servicios básicos”. Porque si no hay médico, escuela y trabajo, es imposible que haya vecinos en los pueblos. “Y la desaparición de un pueblo es un lujo que no podemos permitirnos”, reflexionó.
ELOGIO DEL PUEBLO También los momentos de incertidumbre, como los ahora provocados por el coronavirus, son momentos de oportunidades. El virus, las restricciones de movilidad, la dureza de los confinamientos en las ciudades, están empezando a desnivelar la balanza de las ventajas de vivir en la ciudad o vivir en un pueblo. Lo está haciendo a favor de volver al mundo rural, por razones evidentes. “Aprovechemos eso para cambiar el relato, para acabar con la idea de que el exitoso es el que se va a la ciudad y el fracasado el que se queda en el pueblo”. Ese elogio del pueblo, con menos hacinamiento y más aire libre, unido a los programas europeos de ayudas, “pueden contribuir a que los pueblos ganen prestigio sobre las ciudades en el contexto del coronavirus”. El panorama ofrece posibilidades. Pero sin medios ni digitalización no podrá evitarse la despoblación. ●