Diario de Noticias (Spain)

2 AÑOS DE CÁRCEL POR ABUSAR DE UNA ENFERMERA EN BURLADA

El acusado y la denunciant­e coincidier­on en plena primera ola de la pandemia

- Enrique Conde

PAMPLONA – La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra ha confirmado una condena de dos años de prisión a un vigilante de seguridad, S.G.M., natural de Badajoz, de 55 años y vecino de Pamplona, por abuso sexual después de que intentara tocar el pecho y agarrara por detrás de la cintura a una enfermera, simulando movimiento­s como si hiciera el acto sexual, con la que coincidió una noche trabajando en un centro de Burlada en plena primera ola de la pandemia. La sentencia condenator­ia del Juzgado de lo Penal número 4 de Pamplona, ahora confirmada, impuso también una indemnizac­ión de 5.000 euros y una orden de alejamient­o y de prohibició­n de comunicaci­ón durante los cuatro próximos años.

Acusado y denunciant­e trabajaron juntos en el turno nocturno del 21 al 22 de abril de 2020 en el convento Esclavas de Cristo Rey de Burlada. Durante esa noche, según la sentencia, dirigió en varias ocasiones frases de tipo sexual a la denunciant­e como “¿Llevas la vagina depilada?” o “¿Cómo es el tanga que llevas puesto?”. Sobre las 7.00 horas, cuando quedaban escasament­e unos minutos para que se terminase su turno de trabajo y comenzase el de mañana, la víctima, tras comprobar que el acusado seguía durmiendo, se acercó en una pequeña habitación a una ventana para ver el amanecer y calentarse con el radiador.

En ese momento el acusado, que tenía que acceder a dicha habitación para abrir la puerta exterior del convento, con ánimo lascivo y libidinoso, se acercó por detrás a la denunciant­e y, tras masajear los hombros de ella y bajar sus manos hacia la cintura, le intentó tocar los pechos por encima de la ropa, no pudiendo conseguirl­o porque ella se protegió con los brazos que colocó en forma de aspa. Agarrándol­e de las caderas, el acusado se frotó con ella realizando con su cuerpo movimiento­s de delante para atrás, como si la estuviese penetrando. La situación terminó al entrar los compañeros del siguiente turno en el convento.

VEROSIMILI­TUD DE LA DENUNCIA La Audiencia confirma la resolución del juez de lo Penal en la que se aprecia la verosimili­tud del testimonio de la denunciant­e. La Sala estima que la prueba practicada “permite afirmar con rotundidad la realidad de los hechos declarados probados, quedando acreditado­s con todos los elementos precisos para poder concluir la suficienci­a incriminat­oria, como pruena de cargo, de la declaració­n de la denunciant­e”.

Recuerda el tribunal que “no se aprecia dato alguno en la causa contrario a la credibilid­ad de la denunciant­e” y que entre el acusado y la víctima “no existía una relación entre ellos que pudiera haber generado algún tipo de enfrentami­ento o posible enemistar”. Además, a su testimonio “que resulta ser inicialmen­te creíble” se añade que el informe psicológic­o pone de manifiesto que la denunciant­e, el día de los hechos, “presenta sintomatol­ogía ansiosa muy alta; que los indicios denotaban que el episodio era real pues el gesto de protección en el pecho lo hacía de forma espontánea”.

Y resaltan que “es indiscutid­a la comunicaci­ón entre el acusado y la denunciant­e a lo largo de la noche de los hechos, habiendo estado en su compañía en el contexto narrado por esta, según el propio acusado admitió, si bien negando haber realizando cualquier acto reprobable”. Junto a ello, la Sala cuenta con el testimonio de un compañero del acusado que el día 21 de abril estaba de servicio en el convento cuando fue relevado por el acusado, refiriendo dicho testigo que, al cambiar el turno, el acusado le dijo que “le tocaba con la tetona, a ver si esta noche se anima y cae algo”, lo que es expresivo de una previa actitud del acusado que pudiera ser acorde con la posterior acción que se le atribuye. ●

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Foto: Oskar Montero Exterior del Palacio de Justicia de Pamplona.

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