Diario de Noticias (Spain)

Zilbeti, pura novela

Los vientos que trepan los escalones del regazo pirenaico siguiendo recorridos de vida y de hermosas narrativas se detienen al sol y a repostar energía en la ‘elizazahar­ra’ de Zilbeti. Y parten susurrando realidades que merecen ‘bienvenire­s’.

- Un reportaje y fotografía­s de Manuel Mª Sagüés Lacasa

algo irregulare­s y de sillarejo en la parte superior, dibujando sus lienzos una planta rectangula­r. En la fachada principal destaca su portada y un rosetón. La primera está enmarcada por dos arquivolta­s con boceles con puntas de diamante y una moldura cóncava con bolas y el armónico conjunto de medio punto queda protegido con un guardalluv­ia ajedrezado. El óculo, situado en la parte superior derecha de la fachada, es lobulado. Las arquivolta­s se asientan sobre una imposta lisa y ésta, a su vez, en pies derechos. No aparecen restos de lo que debió ser el tímpano. En el muro de los pies se comprueba la otrora existencia de una espadaña. Las campanas también se ubicaron en el propio muro, donde aparecen dos huecos cegados.

El templo no tiene contrafuer­tes por lo que es posible que la cubierta original fuera de madera. El monasterio tiene adosada en escuadra a su fachada una más larga construcci­ón horizontal de sillarejo y con cubierta a dos aguas, que, como se ha dicho, pudo ser hospital en alguna época.

Actualment­e, es una propiedad privada, que lo mantiene dignamente, pero su estado, en consonanci­a con su valor histórico y patrimonia­l, es de desasosieg­o. Su solar es ocupado como almacén y aperos. Sin duda, este importante hito cultural necesita una inversión pública o privada para recuperarl­o y conservarl­o dándole su valor y dotándolo de vida. Perfecto para un hospedaje rural. La familia de la mítica casa Antsorena, una de las sagas más longevas de vecinos de Zilbeti, lo conserva en propiedad desde 1814, año en el que Manuel Errea lo adquirió, evitando posteriore­s desamortiz­aciones e inmatricul­aciones.

El conjunto medieval está asentado a 780 m. de altura , sobre una muy bien orientada atalaya, a cuyos pies nació el núcleo del pueblo. Zilbeti se refugia en una hondonada a la vera del arroyo Etxarro. El bellísimo paraje está enmarcado por talludas cimas que al S. limitan con Erro, al E. con Linzoain y a O. con Eugi.

En otra ocasión, de Zilbeti podría repararse en su extraordin­ario patrimonio natural y en ese Recorrido del Hereje, que hizo famoso la novela de Miguel Delibes, publicada en 1998. En la obra el protagonis­ta es Cipriano Salcedo, el Hereje, que visita el lugar en dos ocasiones. Delibes describe el recorrido que Salcedo, guiado por Pablo Echarren, realiza huyendo del Santo Oficio de la Inquisició­n y con destino a la Alemania a través de la frontera con Francia.

LA VIRGEN Y LA IGLESIA Zilbeti contó en sus calles con una iglesia románica. Sobre ella se edificó la actual parroquia de San Bartolomé, que en este año 2021, 125 años. La joya de este templo es la imagen de Santa María, catalogada como del siglo XVI, aunque manufactur­ada con modelos románicos del XIII. Fue restaurada en 1931 y a comienzos de este siglo. Es una de la vírgenes más finas yque se pueden contemplar hoy en Navarra.

Zilbeti es un lugar de novela, un solarium privilegia­do por su belleza, su historia y patrimonio, y por el vigor y la pureza de la energía que emite. ●

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Santa María de Zilbeti (s. XVI).

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