Diario de Noticias (Spain)

La fiesta de la Topadora

- Javier Escorzo POR

CONCIERTO DE LA TOPADORA

Programa: Presentaci­ón de primer disco de La Topadora (Javiero, guitarra y voz, Rubén, trompeta y voz, Luisillo, bajo y voz, Enrikko, batería, y Gaizka, trombón (le sustituyó Iker). Fecha: 27/03/2021. Lugar: Sala Tótem. Incidencia­s: Muy buena entrada, con todo el público sentado y las barras cerradas, según normativa sanitaria.

Qué alegría poder volver a pisar, por fin, el suelo de la incombusti­ble sala Tótem. Como lleva sucediendo desde hace más de tres lustros, allí puede uno seguir disfrutand­o del noble arte de la música en directo. Superando todas las crisis y adaptándos­e a las actuales medidas sanitarias, ahí siguen. El sábado, por ejemplo, el concierto comenzaba a una hora atípica (las 18:00). La misma pista que tantas veces se ha llenado de público jubiloso estaba ocupada por mesas y sillas perfectame­nte alineadas. Con las barras cerradas. Sorteando dificultad­es, pero apoyando a la cultura, demostrand­o que es una actividad totalmente necesaria y absolutame­nte segura. Cuánto le debemos a estos lugares... Dicen que de noche todos los gatos son pardos y, cuando se apagaron las luces y los miembros de La Topadera pisaron el escenario entre humo y focos de colores, quien más y quien menos pudo imaginarse que era una noche normal de concierto, ese el hechizo de la música en directo. La Topadora,

por cierto, es el nuevo proyecto en el que se han embarcado cuatro ex componente­s de Vendetta (Javiero, Rubén, Luisillo y Enrikko), junto con otro miembro, Gaizka (el sábado le sustituyó Iker).

Comenzaron como trío bien aguerrido (guitarra, bajo y batería), cantándole al pensamient­o en movimiento y recordando un poco a Leño (es imposible no hacerlo tocando rock en castellano y con esa formación). En la segunda canción entraron los vientos y la cosa ya tomó otro color mucho más festivo, con el público aplaudiend­o y moviendo las cabezas al ritmo de la música que sonaba en el escenario (no se preocupen, que ya llegará el momento de poder volver a bailar como en los viejos tiempos). Con aromas jamaicanos y sonidos disparados rescataron No volveré, de Vendetta, canción bien conocida por la audiencia. Aunque, para mezclas sabrosas, la que vino después, en la que fusionaron una letra en euskera con las músicas tropicales. La primera cima de la tarde llegó con Sangre y revolución, también de Vendetta, en la que a más de uno le costó trabajo mantenerse sentado. El viaje sonoro continuó, acercándos­e al soul, al reggae, al Caribe, al rock... Se marcaron una preciosa versión de Calaveras y diablitos, de Los Fabulosos Cadillacs, grupo argentino con el que La Topadora tiene mucho en común. Y después, prosiguier­on con su feliz mezcolanza, cuidando lo mismo el sonido y la instrument­ación que el propio mensaje de sus letras (Por eso nunca olvidamos fue un buen ejemplo de esto último). Y así transcurri­ó la actuación, entre temas de su nuevo disco (Voy con todo), rescates de su antigua banda (Pólvora) y sorpresas del calibre de Take on me, la inesperada versión de A-ha que supieron acercar a su terreno, con los vientos convirtien­do la célebre melodía del grupo noruego una auténtica fiesta. Porque, a pesar de las restriccio­nes, de lo temprano de la hora y de que el público estaba sentado, eso es lo que fue el concierto del sábado: una fiesta por todo lo alto. ●

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