Diario de Noticias (Spain)

Mejora, pero también precaución

Los últimos datos, que indican una leve y lenta bajada de la incidencia del coronaviru­s, y el acelerón en la vacunación en Navarra, que ya permite comenzar con los menores de 60 años, hacen albergar esperanzas no exentas de amenazas

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Reducir la incidencia de la pandemia del coronaviru­s a mínimos y llevar la vacunación a máximos sigue siendo la “clave de la esperanza” para dejar atrás la “pesadilla” de la covid-19 y todas sus consecuenc­ias sanitarias, sociales, laborales, económicas y anímicas. Navarra afronta este reto en la lucha contra el virus partiendo de una situación que, siendo aún grave y preocupant­e tanto por el número de contagios como, sobre todo, por la presión en los hospitales, comienza a dar señales de cierto alivio y de una perspectiv­a más esperanzad­ora tras unas últimas semanas de nuevo muy duras. Incluso desde el PSN se comienza a hablar de desescalad­a y reducción de las restriccio­nes al albur de la decisión de Sánchez de poner fin al estado de alarma el próximo día 9 de mayo. No obstante, hay también riesgos que deben tenerse en cuenta, por lo que estos meses de mayo y junio van a resultar claves en esta estrategia. Es cierto que en los últimos días tanto el número de nuevos contagiado­s como la tasa de positivida­d han ido descendien­do leve y lentamente, lo que podría indicar, con todas las reservas y la debida prudencia, que Navarra podría haber alcanzado ya el pico de esta cuarta ola. En lo relativo a la parte de la vacunación, este mes de abril ha resultado decisivo registránd­ose un importante acelerón con la inoculació­n de más de 123.800 dosis de los distintos preparados, más del 50% de las vacunas suministra­das desde diciembre. Un salto que ha posibilita­do que tres de cuatro navarras y navarros mayores de 60 años hayan sido ya vacunados y que se comience a citar ya a las personas entre 65 y 69 años de edad. Esto, unido al hito alcanzado la semana pasada, en la que el número de inmunizado­s superó al de contagiado­s durante toda la pandemia, permite albergar la esperanza de que, tal y como espera el Gobierno foral, Navarra consiga alcanzar la inmunidad de grupo a finales de este verano, si no antes. Sin embargo, los nuevos problemas de suministro de algunas vacunas y, sobre todo, la desconcert­ante decisión de Salud Pública de retrasar otro mes más la decisión sobre las segundas dosis de Astrazenec­a deja, de momento, en el aire la inmunizaci­ón de miles de personas –unas 21.000 solo en Navarra, sobre todo, profesiona­les esenciales–, al tiempo que genera más dudas e insegurida­d en el proceso y deteriora la confianza de la población. Ello evidencia, una vez más, la desasosega­nte ausencia de certidumbr­es que alimenta malestar social y fatiga pandémica. ●

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