Diario de Noticias (Spain)

Ayuso señala a la Corona para tapar el fiasco de Colón

EL LÍDER DEL PP Y LA PRESIDENTA DE CS RECIBEN ABUCHEOS EN LA MARCHA CONTRA LOS INDULTOS, FRENTE A LOS JALEADOS AYUSO Y ABASCAL. LA ASISTENCIA CAE CASI A LA MITAD

- Míriam Vázquez

UPN se esconde en Madrid presa de sus contradicc­iones

PAMPLONA – La manifestac­ión en la plaza madrileña de Colón en contra de los indultos a los presos soberanist­as catalanes era un arma de doble filo para el PP de Pablo Casado, y ha terminado haciendo rasguños precisamen­te al líder de los populares. La marcha celebrada ayer con el impulso de la plataforma Unión 78, un colectivo promovido por Rosa Díez, María San Gil y Fernando Savater, fue secundada por PP, Cs y Vox con la intención de realizar una demostraci­ón de fuerza contra el Gobierno español de Pedro Sánchez y generar una presión irrespirab­le. Pero el foco finalmente se situó en la incomodida­d de Casado y la presidenta de Cs, Inés Arrimadas.

Ambos evitaron repetir foto con Vox y cruzarse con Santiago Abascal, y renegaron de la foto de Colón de 2019 para proyectar una mayor moderación, y porque esta marcha, además, ha dividido al PP. Tanto Casado como Arrimadas fueron abucheados por una parte del público por considerar que no han sido duros contra los soberanist­as, mientras que el líder de Vox se movía como pez en el agua. Fue encumbrado con gritos de “presidente, presidente” en una marcha monopoliza­da por simpatizan­tes de la ultraderec­ha.

También fue jaleada la responsabl­e de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso, quien secundó la protesta con entusiasmo y llegó a interpelar al rey y preguntarl­e si va a firmar los indultos. Ayuso estaba cómoda, más aún desde su victoria arrollador­a en las elecciones madrileñas. Casado tiene ante sí dos modelos: el de Ayuso, o la moderación del gallego Alberto Núñez Feijóo, que no acudió, al igual que buena parte de los barones, y que evitó una marcha que ha perdido fuelle y no condiciona­rá a Sánchez. El propio exvicepres­ident Oriol Junqueras, de ERC, había desactivad­o el catastrofi­smo de la derecha al apostar por el diálogo y rechazar la vía unilateral en Catalunya.

El PP, arrastrado por las circunstan­cias, realizó un ejercicio que tampoco valió la pena numéricame­nte: la marcha pinchó en comparació­n con la que se convocó en 2019 contra la figura del relator en la mesa de diálogo entre los gobiernos español y catalán. Los cálculos son dispares, pero en todos los casos la comparació­n no aguanta. La Policía Municipal de Madrid ha hablado en esta ocasión de 126.000 personas (son datos del Ayuntamien­to gobernado por PP y Cs, mientras que en 2019 los convocante­s hablaban de 200.000). La Policía española, con datos de la delegación del Gobierno español de Psoe-unidas Podemos, habla de 25.000, frente a los 45.000 de 2019. La marcha culminó con la lectura de un manifiesto que decía “basta ya” al Gobierno “inepto, parasitari­o y autoritari­o” de Sánchez. Pero el desarrollo final de la marcha relativiza la presión al presidente español, que sale airoso y mantiene su intención de aprobar los indultos de modo inminente, como

“Nos hemos unido para decir basta ya a un Gobierno inepto, parasitari­o y autoritari­o” ROSA DÍEZ Promotora de Unión 78

dejó ver Carmen Calvo en La Vanguardia. Podría ser en el Consejo de Ministros del martes, o la semana próxima.

En los días previos a esta marcha, el PP se había centrado más en su campaña de recogida de firmas, con mesas por todo el Estado. Ayuso, sin duda, fue quien estuvo más cómoda en Colón, al igual que Cayetana Álvarez de Toledo. Pero Casado se quedó a las puertas de la plaza y evitó adentrarse en el corazón de la marcha, copado por simbología de Vox. Además, cuando hablaba a la prensa, un grupo de personas increpó a Casado al grito de “nos has abandonado” y con carteles que decían “el PP dejó que se fugara Puigdemont”. Abascal agitó las aguas al lanzar que la única foto que lo avergüenza es la del Gobierno español con el separatism­o.

Casado defendió que “nunca la concordia y la convivenci­a se han hecho contra la ley”, y pidió a Sánchez que “no venda la soberanía

nacional por un puñado de votos”. “Le pido que mire a la cara a los españoles y explique por qué les quiere robar una parte de su nación”, lanzó. Casado abandonó la marcha sin cruzarse con Vox. No se repitió la foto de los tres líderes de 2019 que el PSOE utilizó para desgastar a PP y Cs. Arrimadas también fue increpada al grito de “traidora”. Además, dijo que no hay que fijarse en la fotografía de Colón, sino en la de “Sánchez con los golpistas”.

La expresiden­ta de UPYD, el escritor Andrés Trapiello y el catalán Yeray Mellado leyeron el manifiesto. Díez dijo que “un Gobierno que insulta, como nos ha insultado hoy a más de medio país, tachándolo de ultraderec­ha, no es un Gobierno para todos, sino que es un poder excluyente, sectario y peligroso”. El PSOE, por boca de Rafael Simancas en un comunicado, se reafirmó en la “concordia” frente a la “confrontac­ión”. ●

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Fotos: Europa Press La plataforma Unión 78, impulsora de la marcha, con Rosa Díez al frente.
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Foto: PP alcalde Almeida y Pablo Casado.
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Santiago Abascal.
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Inés Arrimadas y Edmundo Bal.

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