Laguna de Loza Paraíso de la biodiversidad
La Sociedad de Ciencias Aranzadi organizó ayer una jornada divulgativa para las personas interesadas en conocer el anillamiento científico de aves y la riqueza de la avifauna.
“Hay especies que con solo el plumaje se diferencian, como el verdecilllo”
ARIÑE BUSPUDÍA Anilladora voluntaria en Aranzadi
Una veintena de personas se reunió ayer en la Laguna de Loza para contemplar en primera persona el anillamiento científico de algunas aves. La mayoría de los allí presentes contemplaba como Ariñe Buspudía, anilladora experta de la Sociedad de Ciencias de Aranzadi, colocaba la anilla metálica en la pata del animal con la ayuda de unos alicates. Los más pequeños, en cambio, prefirieron participar. Cogieron pájaros como cetia ruiseñor, zarcero común, verdecillo o carbonero común de la parte inferior y los echaron a volar. También hubo quien se animó a preguntar sobre cómo se diferenciaba una hembra de un macho.
“Hay distintas maneras de distinguir. Hay especies que con solo el plumaje se diferencian como nos ha pasado con el verdecillo. Pero hay otras especies como el cetia ruiseñor que el macho y la hembra son iguales. No los puedes diferenciar. Ahora sí, en época de reproducción a los machos se les desarrolla la protuberancia cloacal y las hembras pierden el plumaje del pecho, y generan una ampolla para incubar los pollos”, explicó Buspudía, voluntaria en su tiempo libre en Aranzadi. Además, añadió que hay dos reglas diferentes para medir la longitud de las alas y de la cola, así como un calibre para calcular el ángulo de los picos. “Sabemos del ruiseñor que las hembras tienen alas inferiores a 57 cm, y que los machos, por su parte, tienen superiores a 60. El ruiseñor que hemos soltado era macho, porque medía 63”, sentenció.
Este acto se llevó a cabo gracias a la autorización del Gobierno de Navarra. Hay que tener en cuenta que el anillamiento científico es una excepción a la ley, ya que está prohibido manipular y extraer fauna y flora de la naturaleza. No obstante, al considerarse un método científico está permitido si cuenta con el permiso administrativo correspondiente, lo que permite atrapar las aves con una anilla que lleva un código alfanumérico único con el objetivo de estudiar todos sus aspectos (migratorios, ecológicos,etc.).
LA FORMACIÓN Para anillar a las aves es obligatorio formarse durante un año o dos.
Durante ese periodo se aprende a atar los animales, a medirles bien, a sexarlos, a utilizar la bibliografía ya que es casi imposible saberlos todos de memoria, etc. Además durante la formación se acompaña a distintos anilladores para mejorar la técnica y así poder hacer el examen que exige la Sociedad Aranzadi.
Antes de presentarse uno a la prueba, debe haber manipulado unas 1.500 aves. “De