Diario de Noticias (Spain)

NI DE PENALTI

● Osasuna sigue peleado con el gol y cosecha otro empate ante el Celta (0-0) en un buen partido ● Colectivos y peñas convocan una concentrac­ión contra el acuerdo con CVC

- Javier Saldise Javier Bergasa/oskar Montero

“Aún no he visto puntos débiles a Roglic, es un corredor muy fuerte”

EGAN BERNAL

Corredor del Ineos

Osasuna contrajo méritos suficiente­s para haber firmado una victoria amplia ante el Celta, pero el conflicto que mantiene con el gol en este inicio de temporada le privó del triunfo. El equipo de Arrasate fue mejor que su rival, volvió a hacer muchas cosas bien, rondó la portería con más tino que en el debut, pero en esta ocasión el meta visitante, el argentino Dituro, rebajó las expectativ­as a efectos de cobrar la presa en forma de goles. En el colmo de la mala suerte, incluso falló un penalti, que volvió a desviar el cancerbero rival, ayer imán para los balones de los rojillos.

Osasuna volvió a quedarse sin un triunfo en su segundo partido seguido en casa y vuelve a notar el vacío de la insatisfac­ción porque el camino está bien emprendido, la dirección es la correcta, pero falta el empujón final, el salto definitivo. Frente al Celta, la puesta en acción fue magnífica, inimaginab­le por el ritmo para un inicio de campeonato, pero la victoria se volvió a resistir a pesar de que se aumentaron las prestacion­es de cara a la meta contraria. La vuelta de tuerca a la situación, de todos modos, parece que gira en el sentido adecuado.

Hay que entender como una declaració­n de intencione­s y muestra de confianza la presencia de Manu Sánchez en la alineación titular. El chaval llegó a Pamplona hace una semana y ya se presenta como el inquilino preferente del lateral zurdo. No es una cuestión de capricho porque el canterano del Atlético de Madrid tiene una hoja de servicios excelente como rojillo. El despliegue de Osasuna por la banda izquierda fue pura ambrosía en el primer tiempo. Sin olvidar que por el otro flanco, Kike Barja estaba organizand­o de las suyas, las andanzas de Rubén y Manu fueron una delicia. Hábiles con el balón, lo

mismo con filigrana que contundenc­ia, astutos para compartir la pelota en el momento apropiado y con una capacidad de generación de rutas para el ataque realmente apreciable, Osasuna tuvo en ellos dos un surtidor de fútbol muy interesant­e. Por ahí hubo centros que no encontraro­n remate adecuado, como en una ocasión Moncayola y en otra Nacho Vidal, y el propio Rubén García también dispuso de una gran oportunida­d. Kike García también demostró que es un tipo al que le sobra la burocracia y lo mismo le robó la pelota a Barja para disparar –fuera–, como se armó el corpachón en el borde del área para soltar un zapatazo que rechazó el pétreo Dituro. Fueron, de todos modos, los dulces condimento­s con los que Osasuna se cocinó una primera parte excelente, superior en ritmo, juego, ambición e ideas a un Celta que fue un invitado mareado en el tobogán de dominio de los locales. Solo faltaba marcar, poner la guinda, porque todo lo demás estaba sobre el césped en muchos momentos de fútbol vibrante y decidido.

El pastel se le puso en bandeja a Osasuna en una reanudació­n disparatad­a. El saque del centro del campo derivó en un pase larguísimo de Aridane a Kike García sobre el que se complicó la vida en una acción disparatad­a uno de los centrales. Primero dejó que el ariete pillara el carril por la pelota y después quiso deshacer el problema con un manotazo sobre la cara. El VAR tuvo que hilar fino para determinar que la acometida y caída fue en el área. Este penalti visto y no visto, a los pocos segundos de la reanudació­n, fue un regalo que no aprovechó Osasuna. Rubén García engañó al portero, que se tiró hacia el lado distinto al de su envío, pero su pierna derecha no se desvió lo suficiente de la trayectori­a iniciada y fue capaz de repeler el balón con la puntera.

Al equipo de Arrasate no le sentó bien el fallo. No es que cediera en el mando, pero sí permitió un mayor equilibrio en la contienda, en la que el Celta se sentía cómodo con el balón, pero inofensivo siempre. La imparable banda izquierda de Osasuna también dejó de funcionar como en el primer tiempo y no fue la mejor noticia.

Arrasate operó con tino sobre su equipo con al inclusión de Chimy y Budimir para el último cuarto de hora y el Celta, cada vez más exigido en el tramo final, abrazó la resistenci­a pura y dura cuando se quedó con un hombre menos a falta de diez minutos. La organizaci­ón de los cambios en tres tiempos le dejó con futbolista­s en el banquillo, pero sin soporte reglamenta­rio para relevar al lesionado Kevin.

Osasuna soñó con el empate con dos testarazos del Chimy en el tiempo suplementa­rio que estuvieron cerca del gol. El argentino vuelve. Más cosas buenas para rescatar. ●

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Foto: Oskar Montero Rubén García se lamenta tras fallar el penalti al comienzo de la segunda parte.
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Chimy Ávila supera a Aidoo en el remate que estuvo a punto de convertirs­e en gol, en el tiempo de descuento.

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