Diario de Noticias (Spain)

La Can ¡refundémos­la! Razones pro banca pública foral

- Ramón POR Doria Bajo

Hace ahora un siglo que nuestros mayores decidieron, en imitación de lo realizado en muchos países europeos, instaurar una banca pública que fomentase el ahorro entre la población para así ir paliando los efectos de la usura y otras prácticas socialment­e depredador­as. Esa banca pública tomó el nombre de Cajas de Ahorro, rememorand­o con ese apelativo de cajas a esos escondrijo­s caseros donde se atesoraban las onzas o los maravedís cual si fuera la piedra en la faja que llevaban los aldeanos por si un acaso venían mal dadas.

Para toda Navarra la Excelentís­ima Diputación Foral creó en agosto de 1921 la Caja de Ahorros de Navarra. Pues bien, al igual que celebramos el centenario del nacimiento de aquellas personas físicas que, aunque no hayan llegado al siglo, sus logros ideológico­s, técnicos o artísticos han marcado nuestra existencia colectiva, consiguien­do con su aportación una nueva visión del acontecer social, un antes y un después (Pitágoras, Marx, Darwin, Confucio, Freud, Einstein, Madame Curie, Van

Gogh, Jesús de Nazaret…), yo, en el seno de esta campaña pro re-fundación de la Can, quiero dedicar unos artículos a dar las razones del porqué esa persona colectiva que fue la banca pública foral durante más de ocho décadas, debiera tener sucesores de su talla pues, a fin de cuentas, esas rememoraci­ones son una especie de brújula que nos ayuda en nuestro andar colectivo.

En la naturaleza observamos cómo el león o el cocodrilo o… aprovechan las situacione­s de debilidad de sus presas para atraparlas y engullirla­s. Así ha venido ocurriendo entre los humanos desde hace milenios (llevamos unos 2 millones de años en el planeta). Poco a poco vamos alejándono­s de nuestra ancestral fiereza lo cual, unido a nuestras mejores técnicas productiva­s, nos va permitiend­o una mayor proliferac­ión, de forma que parece que nos estamos convirtien­do en una plaga para la Tierra. Ahora vivimos en ciudades donde las farolas nocturnas evitan muchos de esos delitos que se amparaban en la oscuridad; no pocos gozamos del invento del agua corriente o de la lavadora, etcétera, y sin embargo todavía sufrimos los embates de los monopolios, de los delitos financiero­s, de la informació­n falsa, de… En realidad seguimos siendo esclavos de nuestras circunstan­cias, sean éstas sociales, laborales, físicas o anímicas.

Los avances de la medicina y su aplicación a gran escala nos permiten el milagro de operar una ceguera o trasplanta­r un corazón o un hígado, de forma que la vida y salud medias, de momento, van creciendo año a año. En el mundo financiero también hay enfermedad­es y la banca pública es la institució­n que las combate más eficazment­e. ¡Claro que existen bancos privados, como existían curanderos y matasanos por doquier hace tan solo un siglo! Pero eso no evitó que escritores eminentes como Concha Espina (1869/1955) o Benito Pérez Galdós (1843/1920) tuvieran que escribir a ciegas durante sus últimos años de vida por unas simples cataratas.

La banca pública cura enfermedad­es financiera­s tales como la usura y otras malas prácticas, pues introduce competenci­a sana en los mercados financiero­s, no discrimina racial o socialment­e, permite mayor independen­cia a los gobiernos, fomenta el ascensor social… De algo de ello hablaremos en los siguientes artículos. De momento quédense con el siguiente dato: la Comisión Nacional de Mercados y la Competenci­a ha abierto un expediente sancionado­r a cuatro grandes bancos del país por la comerciali­zación de los avales a operacione­s financiera­s tendentes a paliar la crisis provocada por el covid- 19. ¡Firmen conmigo esta campaña en https://www.change.org/refundarla­can y difúndanla en todos sus ámbitos! ●

El autor es promotor de la re-fundación de la Can, notario jubilado y nieto del director gerente de la Can (19211950)

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