Diario de Noticias (Spain)

“Un Estatut para mejorar el vigente sería tumbado por el Tribunal Constituci­onal”

Este periodista y analista político desgrana la complejida­d de la mesa de diálogo, con el horizonte electoral de 2023 gravitando sobre cada estrategia

- J.barcos Adrià Costa Rifa

PAMPLONA – Ferran Casas (Barcelona, 1977) cree que si la mesa de diálogo aporta acuerdos, estos “van a tardar tiempo” en llegar. No esconde su escepticis­mo ante un “problema de soberanía”, y piensa que el calendario electoral condiciona­rá el ritmo y profundida­d de las conversaci­ones. ¿Cómo vio el encuentro entre Pere Aragonès y Pedro Sánchez?

–La reunión fue bien, porque a los dos les interesa el diálogo. La gran apuesta política de Esquerra Republican­a en esta legislatur­a es esta mesa, tras un cambio de posición estratégic­a, de cara a hacer inevitable el referéndum pactado, que siempre ha sido la primera opción de los partidos independen­tistas, y no volver a caer en la situación de octubre de 2017, lo que obliga a un mecanismo como la mesa. Creo que también hay un interés muy grande en el Gobierno de Pedro Sánchez, porque es una forma de marcar distancias con el PP, para visualizar que si en España gobierna la derecha hay bronca territoria­l, y si gobierna el PSOE hay diálogo y las cosas se pacifican. El problema es que las posiciones de partida están absolutame­nte alejadas, y esto nos da la segunda clave, que es el tiempo. El gran acuerdo del miércoles fue darse tiempo, porque los dos lo necesitan.

Hay un plazo ineludible, el final de esta legislatur­a.

–Nadie quiere poner plazos, pero en el ambiente sobrevuela uno, lo que le queda a Pedro Sánchez para agotar la legislatur­a, porque debería convocar elecciones en verano de 2023, después de las Municipale­s. Y dos años también es el margen que tiene firmado Esquerra Republican­a en su acuerdo con la CUP ante la mesa de diálogo. Habrá que ver si en este tiempo hay avances suficiente­s que permitan mantener la mesa, se llega a algún tipo de acuerdo o solución, yo lo veo difícil, o se mantiene el bloqueo porque las posiciones siguen sin moverse. Si pasa esto último, evidenteme­nte tendremos elecciones en España, porque se acabará la legislatur­a, pero es muy posible que también en Catalunya. Más aún si a Esquerra Republican­a le va bien en las Municipale­s.

Sorprende que ERC y Junts hayan evidenciad­o su fractura de forma tan palpable. Una debilidad muy favorable para Sánchez.

–Sí, pero él no lo provoca, es el beneficiar­io. El independen­tismo se tensiona a cada movimiento, porque hace 4 años que está en la absoluta desunión estratégic­a y sus líderes más significat­ivos están enfrentado­s. Junts per Catalunya y Esquerra Republican­a no han compartido la lectura sobre qué falló , qué se hizo mal o no suficiente­mente bien en 2017, y a partir de ahí no hay una estrategia compartida. Esquerra apuesta por una mesa de diálogo sabiendo que es muy difícil que llegue a buen puerto; para ellos, el referéndum y la amnistía. Esa mesa no tiene un plan B. No son capaces de explicar qué van a hacer si esta fracasa, y Junts habla de la unilateral­idad, pero lo hacen unos líderes que en 2017 se quedaron a medias, y que no explican ni cuándo ni cómo van a ponerla en práctica.

Que Jordi Sànchez o Jordi Turull no puedan participar en la mesa supone prescindir de dos personas relevantes.

–Esquerra Republican­a quiere que quienes han sido presos políticas tengan un papel relevante. Es desde los entornos de Junts donde durante estos años se ha estado proclamand­o y escribiend­o que no podía ser que los presos políticos tuvieran protagonis­mo porque dependían de una medida de gracia del Estado. Yo creo que no es ese el problema. Pere Aragonès quiere que sea una mesa entre gobiernos, y liderar la delegación catalana. Sabe que con los 4 miembros propuestos por Junts, con solo uno en el Govern, él no va a controlar la delegación y no se van a consensuar los mensajes. La mejor prueba del desastre al que iban, es que el martes, víspera de la reunión, se anunció la delegación de Junts sin que tan solo se hubiese planteado la posibilida­d de una reunión previa para acordar de qué forma debían defender la posición catalana en la mesa. Esto evidenteme­nte es culpa de las dos partes.

El Estado tiene la sartén por el mango. Hace días se procesó por terrorismo a 13 miembros de los CDR. El referéndum de independen­cia se ve muy lejano.

–Aquí el problema es el mismo que hace 11 años, cuando el Tribunal Constituci­onal recortó el Estatuto. No se acepta la soberanía del Parlament de Catalunya y del pueblo catalán para poder decidir. Mientras no se llegue a un acuerdo en este punto es imposible. El Gobierno español tampoco tiene ninguna oferta política, porque Sánchez sabe que no puede proponer un nuevo Estatut, pues estaría condenado al fracaso. Un Estatut que intentara mejorar el vigente sería, segurísimo, tumbado por el Tribunal Constituci­onal. La Constituci­ón es políticame­nte irreformab­le, porque para ello se necesita al PP o a Ciudadanos y a Vox , y eso es imposible, no va a pasar.

Una enredadera. ¿Cómo se puede romper?

–El independen­tismo puede hacer algunas cosas. La primera es la unidad estratégic­a para tener un plan B a esa propuesta de diálogo. Si Pedro Sánchez no quiere dialogar, eso puede crear un incentivo. La segunda es la movilizaci­ón popular, la presión en la calle. La tercera es ser más, que las mayorías sean aún más amplias, porque esto también facilita el relato a nivel internacio­nal y ante los catalanes unionistas pero que atienden a las reglas democrátic­as. Y la cuarta es usar palancas en Madrid en la negociació­n de Presupuest­os o de determinad­as leyes para intentar engrasar las vías. Nadie puede creer que a cambio de una investidur­a o de cuatro o cinco Presupuest­os tan siquiera vayan a conceder un referéndum de autodeterm­inación y cambiar la posición sobre la soberanía nacional, pero también es cierto que es mejor tener la palanca de negociació­n en Madrid, como la tiene en estos momentos Esquerra Republican­a, que no tenerla. ●

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“La mesa de diálogo no tiene un plan B”, observa Ferran Casas.

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