El Parque de Bertiz abre las puertas para mostrar sus tesoros
La jornada de puertas abiertas volvió a celebrarse dos años después, con gran afluencia de público y diversas actividades
OIEREGI – Cualquier día es bueno para disfrutar de la naturaleza. Si el lugar elegido es el Señorío de Bertiz, podemos pasar días enteros recorriendo las 2.052 hectáreas que la conforman, por lo que es recomendable ir por partes. La parte más conocida por la mayoría es el Parque Natural de Bertiz, que cada año acoge a miles de visitantes, visitantes que llegan con la intención de disfrutar de la naturaleza, de la riqueza de especies que se pueden encontrar en el mismo, y de la tranquilidad y paz que se respira en el entorno.
El Parque Natural del Señorío de Bertiz celebró ayer la jornada de puertas abiertas, jornada en la que la entrada al parque es gratuita, y además, ofrecen un programa con diversas actividades. Se trata de una jornada que lleva años celebrándose, aunque el año pasado no pudo ser. Este año han vuelto a organizarla, “con mucha ilusión y ganas”, según explican los organizadores, aunque el tiempo no quiso poner todo de su parte. Por la mañana el cielo estuvo cubierto y llovió, por lo que el parque no acogió tanta gente como en otras ocasiones, aunque la lluvia no se ensañó demasiado y dejó disfrutar a la gente. Es el precio que hay que pagar para poder disponer de un entorno natural tan espectacular, comentaban los visitantes, mientras admiraban las incontables especies reunidas en Bertiz.
Ayer no hubo que pagar entrada por visitar el parque, y fueron muchos los que aprovecharon el día para acercarse a dar un paseo. Otros, pagaron un precio simbólico por participar en las visitas guiadas, que completaron su aforo. Un precio irrisorio comparando con lo que pagaron los últimos dueños del Señorío, Pedro Ciga y Dorotea Fernández, al adquirirlo: 650.000 pesetas. Invirtieron más en crear el jardín botánico. Tras fallecer ambos, dejaron en herencia el Señorío para toda la población navarra. El usufructuario fue el Arzobispado, hasta que en 1983 pasó a manos del Gobierno de Navarra, quien lo declaró Parque Natural. Desde entonces, este lugar mágico, casi irreal, en el que especies traídas de todo el mundo se fusionan en plena naturaleza, está protegido. Así lo explicó Aintzane, la guía encargada de la visita, que ayer era especial, porque los visitantes pudieron adentrarse en el Palacio, donde vivieron Dorotea y Pedro.
Mucha gente de Navarra, la mayoría de la comarca de Pamplona, acudió ayer al parque, pero también gente de la zona, e incluso de más lejos, Madrid y Valencia por ejemplo. Además del parque, pudieron ver y comprar productos realizados por artesanos locales, gracias al mercado artesanal que instalaron en la campa miembros de Argitsu, asociación de artesanos de Baztan-bidasoa.
Dentro de la programación ofertada, también se pudo disfrutar del documental Anderea, un documental realizado por Yolanda Mazkiaran, basado en la diosa Mari. Y por la tarde, para redondear la jornada, la coral Gaztelu Taldea, de Amaiur, ofreció un concierto en la capilla. ●