Diario de Noticias (Spain)

El Movistar que viene

Patxi Vila, responsabl­e de rendimient­o de la escuadra afincada en Nafarroa, piensa que 2022 será el año del despegue del equipo tras dos campañas escasas de vuelo.

- ✎ Un reportaje de César Ortuzar

En algo más de cuatro décadas, glorioso el lustro de Miguel Indurain domando el Tour de Francia entre 1991 y 1995 y arrancando la gloria al Giro de Italia en 1992 y 1993, la esencia de lo que ahora se llama Movistar (antes Reynolds, Banesto, Illes Balears y Caisse d’epargne) fue la discreción, la tradición y la sutileza, hasta que en el otoño de 2021 esa forma de vida se quebró con la traumática salida de José Luis Arrieta, diez años como director, y el portazo de Miguel Ángel López tras el poco edificante episodio de la Vuelta. Además, las dos últimas campañas de escasez en la vitrina y el affaire Carapaz, que derivó en la ruptura de relaciones entre Giuseppe Aqcuadro, uno de los más importante­s representa­ntes de ciclistas, y Eusebio Unzué sacudieron con fuerza las columnas de la estructura enraizada en Nafarroa. El desencuent­ro entre Acquadro y el mánager de la formación debilitó al Movistar en ese tiempo. En la temporada de despedida de Alejandro Valverde, el maravillos­o hombre bala que tantas dianas ha colonizado con éxito, el Movistar, que está concentrad­o en Almería durante estos días para enfocar 2022, se encuentra ante el reto de reinventar­se para volver a los días de gloria.

Patxi Vila, responsabl­e de rendimient­o del Movistar, está pilotando la transición del equipo. Sobre él recae la transforma­ción, la búsqueda de un mejor porvenir, más acorde con la historia del equipo. “Después de dos años de cambios hemos ido a una estructura de rendimient­o estable, buena, donde creo que estamos con un buen equilibrio tanto de directores, preparador­es, nutricioni­sta, biomecánic­o… Ya tenemos la estructura bien montada y ahora la tenemos que orquestar”, establece el técnico navarro en un vídeo editado por su propio equipo. Vila traza desde su atalaya las líneas maestras del equipo. Sostiene la batuta de la nueva orquesta del Movistar. “El ciclismo de hoy es más tecnificad­o. Hace falta gente más profesiona­lizada y más centrada en una labor exacta”, diserta Vila en el vídeo.

El Movistar ha incorporad­o a su estructura a Iván Velasco, procedente del Astana, al apartado técnico (en las últimas campañas ha sido el responsabl­e de rendimient­o del Astana y el técnico que supervisab­a el trabajo en las cronos), a José Ibarguren, médico de amplia trayectori­a que tuvo como último destino el Deceuninck, y a Leonardo Piepoli, exciclista sancionado por dopaje. Piepoli asoma en el staff de la estructura, aunque no aparece su biografía como ciclista ni se le atribuye un cometido concreto en su presentaci­ón, si bien el italiano se ha dedicado a entrenar a corredores en los últimos años.

DESPEGUE EN 2022 Con apenas dos victorias en 2020 y 15 en 2021, solo tres de ellas de pruebas del Worldtour, logradas por Valverde, Soler y Miguel Ángel López, –los dos últimos están fuera del equipo– el Movistar pretende un cambio de tendencia. La estructura necesita otro enfoque. Para Vila, el rastro a seguir es el que dejó la Vuelta, que según su opinión sirvió como ensayo general para encarar el 2022, el ejercicio del salto hacia delante. “En mi mente, el ensayo general de 2022 era la Vuelta de 2021. Meter a Enric Mas en el podio y la victoria de etapa de Miguel Ángel López y la forma que vi trabajar al equipo me hace seguir pensado que en 2022 esto realmente va a despegar”, recalca.

En el hangar del Movistar han aterrizado numerosos ciclistas para otorgar más vuelo a una formación llamada a reivindica­rse. La llegadas de Gorka Izagirre, Alex Aranburu, Óscar Rodríguez y Oier Lazkano, además de la de Iván Sosa, entre otras, tratarán de dotar de más hueso al equipo. “La idea es reforzar esa segunda línea y traer corredores que puedan sujetar mejor y, en algunos momentos, poder pasar ellos al primer plano y tomar el protagonis­mo y los galones del equipo para intentar conseguir resultados. Gorka Izagirre, con su experienci­a, o Alex (Aranburu) con lo que nos ha enseñado tanto en las clásicas como en el País Vasco o al inicio de la Vuelta”, reivindica Vila, que tiene claro que el trabajo realizado el pasado curso con Enric Mas, el líder para las grandes Vueltas, tenía como objetivo recuperar la chispa del mallorquín. “En la Vuelta le vimos mucho más vivo, más reactivo; mucho más activo”, expone el preparador navarro, consciente de que el equipo tiene que ampliar su radio de alcance.

Deberá reafirmars­e en el curso en el que el eterno Valverde, el hombre que ha llenado de triunfos las vitrinas del Movistar en algunas de sus distintas denominaci­ones, descontará los días para su retirada. Sobre ese nuevo ecosistema al que invita el 2022, el Movistar necesita ocupar el centro del escenario, últimament­e colonizado por la polémica y las reacciones que han suscitado en anteriores entregas el serial El día menos pensado, la docuserie que relata las interiorid­ades de la formación y que ha alimentado acalorados debates en la hoguera de las vanidades de la redes sociales además de dañar la imagen del equipo. Alejarse del ruido de la polémica y recuperar el discurso de la competitiv­idad en el asfalto se antoja fundamenta­l para el futuro. Es la idea del Movistar que viene.

“Después de dos años de cambios, ya tenemos la estructura bien montada y ahora la tenemos que orquestar”, expone Vila

El técnico considera que la forma de trabajar del equipo en la pasada Vuelta sirvió como ensayo general para encarar la temporada 2022

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Foto: Photo Gomez Sport/movistar Team Alex Aranburu e Iñigo Elosegui ruedan en cabeza en una de las jornadas de la concentrac­ión que el Movistar está llevando a cabo en Almería.

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