Balonmano con la lengua fuera
Vale que un partido de fútbol causa mucho más cansancio que uno de balonmano, pero mientras la FIFA es capaz de organizar un Mundial con 32 equipos y que los medallistas solo jueguen 7 partidos –repartidos habitualmente en 32 días–, la EHF monta un Europeo de balonmano para solo 24 equipos y les hace jugar a los medallistas 9 partidos, que además se comprimen en 18 días. Sí, uno cada 48 horas. La consecuencia es que el ahorro de energías se convierte en un factor fundamental que ningún seleccionador puede pasar por alto. Y es obvio el castigo a los equipos con menos banquillo y a los que practican un balonmano más físico. Visto desde fuera, no es algo que convenza: los aficionados quieren ver a los mejores jugadores y a las mejores selecciones en plenitud de condiciones y no con la lengua fuera. Esto es balonmano y los maratones son otra cosa.