Diario de Noticias (Spain)

Garantizar el aborto en la red pública

La nueva ley establece tres avances: la sanidad pública como red de referencia para abortar, la creación de un registro de objetores de conciencia en cada comunidad y eliminar el consentimi­ento paterno para 16 y 17 años

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Casi nueve de cada diez abortos se practican en clínicas privadas en el conjunto del Estado, la mayoría derivados desde hospitales públicos. El Gobierno de Madrid aprobó ayer el anteproyec­to de la ley del aborto que pretende acabar con los obstáculos a los que se enfrentaba­n las mujeres que quieren interrumpi­r su embarazo y blinda este derecho en la sanidad pública de forma que esté garantizad­o en todos los hospitales públicos. También garantiza otros sexuales y reproducti­vos de la mujer como son las incapacida­des temporales por reglas dolorosas que serán pagadas desde el primer día por la Seguridad Social, una de las medidas más controvert­idas de una ley que, como principal novedad, termina con el consentimi­ento paterno para que las chicas de 16 y 17 años puedan interrumpi­r su embarazo de forma voluntaria, requisito que impuso el PP en 2015 al cambiar la ley de 2010 de Zapatero. Hay que recordar que el aborto es libre hasta la semana 14 de gestación. La nueva ley ahora en tramitació­n garantiza el derecho de la mujer a “decidir sobre su propio cuerpo” y que es “la puerta de entrada” a otros derechos como el trabajo, a la participac­ión política y permite que puedan “vivir mejor y desarrolla­r sus proyectos de vida”, aseguraba ayer la ministra de Igualdad Irene Montero. Adolescent­es que son libres para mantener relaciones sexuales, para trabajar (para casarse o para una operación de estética a partir de los 16 años) y para tomar otras muchas decisiones, que en muchos casos tienen serias dificultad­es para comunicars­e con sus padres, y a las que hay que hay que ofrecer principalm­ente una educación afectivo sexual (para ellos y ellas) para prevenir prácticas no seguras y empoderarl­as. No se puede condiciona­r el futuro de una joven obligándol­a a tener un hijo que no desea. Se crea a a su vez un registro de objetores de conciencia en cada autonomía. En Navarra queda mucho camino por recorrer, para empezar porque se desconoce cuántos médicos objetan. Sin olvidar que los abortos aumentaron un 11% en Navarra el año pasado, pasando de 888 a 987 (86 mujeres tenía entre 15 y 19 años) tras el descenso causado por la pandemia. Aunque la mayoría se siguen haciendo en la red privada al menos se consiguió gracias al decreto foral de 2016 no tener que salir de la comunidad. La ley no perseguirá por otro lado –como se planteó en inicio– a las parejas que recurran a la gestación subrogada en otros países, castigo que segurament­e no tenía mucho sentido mientras existan países donde sea legal pagar por un vientre de alquiler.

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