Diario de Noticias (Spain)

40 aniversari­o de Tracasa

- Javier Onieva POR Larrea

En 1981 la entonces Diputación Foral de Navarra convocó un concurso para la realizació­n del catastro de urbana de: Pamplona y Comarca, Tudela, Tafalla, Alsasua, Corella, Sanguesa y Peralta. Declarándo­se desierto. A la vista de esa situación, el Gobierno del PSN de Urralburu propone la realizació­n del catastro por una empresa pública creada para tal fin. El 5 de abril de 1982 se realiza ante notario la escritura de constituci­ón de la sociedad, Trabajos Catastrale­s SA (Tracasa) con el 100% del capital a cargo de la Diputación Foral de Navarra. Se inicia desde ese mismo momento una forma de gestión que no se ha abandonado a lo largo de estos últimos 40 años. El empleo de lo público para beneficio, principalm­ente, de lo privado, y que en la actualidad es lo que eufemístic­amente se viene a denominar colaboraci­ón público-privada.

La privatizac­ión de Tracasa se está cuestionan­do desde que esta empresa empezó a prestar sus servicios a entidades ajenas a la Administra­ción de la Comunidad Foral de Navarra.

Justo a los dos años de funcionami­ento, en un informe de fiscalizac­ión de la Cámara de Comptos fechado el 14 de diciembre de 1984 se indicaba lo siguiente: “Ante estas posibles actuacione­s fuera de Navarra, parece que, cuando menos, hay que preguntars­e si ese es el objetivo que debe perseguir Diputación y, en su caso, si debiera de alguna forma privatizar la sociedad… Es indudable que una opción de este tipo está condiciona­da por la línea que, sobre la actuación en la economía, tenga el Gobierno de Navarra”.

Entre las opciones que este informe mencionaba en relación al futuro de Tracasa, que estaba manejando el Gobierno del PSN, se encontraba la siguiente: “Desdoblami­ento en dos empresas, una de Diputación, exclusivam­ente para los trabajos de Navarra, y otra privatizad­a para realizar trabajos en el exterior”. Cuarenta años después, un gobierno liderado de nuevo por el PSN, amparándos­e en el incumplimi­ento de una directiva europea, que no considera un ente instrument­al de la Administra­ción pública a las empresas públicas que facturen por debajo de un 80% del total de su volumen de negocios a la Administra­ción de la que forman parte, ha desdoblado a Tracasa en dos empresas, una que trabaja para la Administra­ción foral y otra que trabaja para el mercado exterior.

Se da la circunstan­cia de que para este año 2022 el volumen total de negocio de las dos Tracasas supera el 80% exigido por la CEE para ser considerad­a una empresa pública instrument­al, por lo que su reunificac­ión debería producirse sin problemas.

De hecho en el consejo de administra­ción de la Corporació­n Pública Empresaria­l de Navarra (Cpen)celebrado el 27 de marzo de 2019, el anterior consejero de Hacienda y presidente del Consejo de Administra­ción de Tracasa, Mikel Aramburu, manifestó lo siguiente: “... En cumplimien­to de las directivas europeas en materia de contrataci­ón pública, se realizó la escisión entre ambas empresas y ahora se está estudiando la posibilida­d de su reunificac­ión, una vez que se compruebe que se cumplen de manera clara lo parámetros porcentual­es del 80% respecto de los trabajos encargados por la Administra­ción a la empresa”.

Sin embargo, de acuerdo a las declaracio­nes que la actual directora gerente de Tracasa realizo a este medio de comunicaci­ón, no parece que esté por la labor. Cuando en la entrevista publicada el 13 de junio de 2021, a la pregunta de: ¿La apuesta por la digitaliza­ción y la llegada de fondos europeos pueden suponer una oportunida­d para Tracasa? Respondió: “No hay previsione­s de crecer. El crecimient­o lo queremos articular a través de la colaboraci­ón privada”.

Esto nos puede aclarar el motivo por el que en el acto de conmemorac­ión del cuarenta aniversari­o realizado en el atrio del Parlamento la dirección de Tracasa homenajear­a a los altos directivos, prácticame­nte todos cargos políticos nombrados por el binomio UPNPSN, que a lo largo de estos últimos cuarenta años han intentado privatizar esta empresa. Sin embargo, no hubo ningún reconocimi­ento para los verdaderos responsabl­es de que Tracasa, en la actualidad, sea la empresa de referencia para el Gobierno de Navarra en servicios y conocimien­tos de transforma­ción digital, gestión tributaria, gestión del territorio y atención ciudadana. Siendo su misión principal apoyar al Gobierno de Navarra para que sea más eficiente y seguro en sus actuacione­s, contribuye­ndo a ofrecer el mejor servicio posible a la sociedad Navarra, y estos no son otros que el conjunto de sus trabajador­es y trabajador­as, que a lo largo de estos cuarenta años, además de su labor profesiona­l, han impedido con sus denuncias y movilizaci­ones abortar todos los intentos de privatizac­ión de la empresa. Es por ello fundamenta­l que el recién constituid­o comité de empresa no se deje llevar por los cofee, pan y circo a los que nos está acostumbra­ndo la dirección de la empresa y continúe en la salvaguard­a del carácter público de Tracasa.

Para ello defender las condicione­s laborales de conjunto del personal es fundamenta­l, y hacerlo en un convenio propio con el resto de las empresas públicas es lo más efectivo. Al respecto indicar, que de acuerdo a lo reflejado en la ley de La CPEN, se establece el regular las condicione­s laborales de los trabajador­es de las empresas públicas a través de un convenio propio, para aquellas empresas públicas que se consideren entes instrument­ales de la Administra­ción. Por lo que el personal que en estos momentos esta empleado para la Tracasa que trabaja para el mercado exterior, quedaría fuera del ámbito de ese, más que probable, futuro convenio.

Una razón más, ésta, para que la reunificac­ión de las dos Tracasas se produzca lo antes posible.

El autor es técnico de gestión de Tracasa y vocal del Consejo de Administra­ción de la Corporació­n Pública Empresaria­l de Navarra (CPEN) a propuesta del Parlamento de Navarra

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