Diario de Noticias (Spain)

“La sentencia del Supremo es como si hubieran matado a mi hijo por segunda vez”

La sentencia del Supremo sobre el crimen de Corralillo­s deja un dolor irreparabl­e a una familia ya rota desde que un hombre estranguló hasta matarlo a su hijo en 2017

- Enrique Conde Javier Bergasa José Antonio de la Fuente PADRE DE DANIEL DE LA FUENTE, VÍCTIMA MORTAL EN 2017 DEL CRIMEN DE CORRALILLO­S

PAMPLONA – 22 meses de prisión por el crimen de su hijo.

–Estamos indignados con la sentencia, no damos crédito. Que una persona acabe con la vida de otra tras estrangula­rle tres minutos y que eso acabe con una pena de 22 meses es algo a lo que no podemos dar crédito. Parece que a Dani nos los han vuelto a matar. Hay veces que la primera imagen que tengo al despertarm­e es que el asesino tira de un lado del cinturón y que del otro lado era como si tirara la Justicia. Uno ha cometido el crimen y la otra lo ha encuebiert­o. Se debería intentar saber la verdad, pero a nadie le ha preocupado.

Tiene las mismas dudas en el caso que antes de que se juzgara.

–Se han dado por probadas cosas que no lo están. El hecho más flagrante es que se dé por probado que Dani entró a la furgoneta para agredir al acusado. Eso no hay nadie que lo pueda demostrar salvo palabra del acusado. Pero hay evidencias de que él miente. Dani llevaba una hamburgues­a en la mochila que se había preparado para cenar. Esa hamburgues­a apareció en el asiento del copiloto y tenía además una mancha de sangre en proyección hacia el salpicader­o, una evidencia de que se encontraba ahí antes de que hubiera cualquier agresión. ¿Cómo se entiende que la hamburgues­a de mi hijo aparezca en el asiento y eso pueda ser compatible con que entró en la furgoneta gritando y golpeando con un puñetazo al acusado? Todos estos errores que han ocurrido solo pueden ser fruto de la mala praxias policial, de una investigac­ión penosa y de cerrar un caso sin saber la verdad. ¿Cómo califica lo ocurrido?

–La sentencia es inaceptabl­e, entiendo que el acusado tenda su derecho a la defensa y a ejercerla como mejor entienda, pero aquí se han saltado todos los derechos de Dani porque está muerto y no ha podido defenderse de ninguna manera. Al final el procesado ha ido beneficián­dose que solo están basados en su declaració­n. También se quedaron sin investigar las colillas de tabaco que estaban fuera de la furgoneta. No hubiera estado de más conocer al menos a quién podían pertenecer esas colillas, o si había restos en ellas del acusado, de mi hijo, de una tercera persona. Es vergonzoso lo que ha ocurrido y que la Justicia haya dejado que esta bola siga rodando. El Supremo le aplica ahora una rebaja de la condena por confesión. ¿Pero qué confesión? Pero ¿cómo se puede aplicar confesión a un hombre que incluso se negó a declarar a la Fiscalía y a la acusación particular durante el juicio? Eso será su derecho, pero será que tiene algo que ocultar. Y además, la confesión se le aplica por llamar al 112 cuando Dani ya está muerto, le ha atado los pies con un cinturón y además dice que ve a un camión de la basura pero que no se percatan de las señas que él les realiza. ¿No será que la intención del acusado era

otra, que pretendía arrastrar a mi hijo hasta el río y que se ve sorprendid­o por el camión de la basura y eso hace que cambie el plan y llame al 112? Son preguntas sin respuesta para siempre.

Su reacción no fue la de alguien que temiera por su vida.

–Lo más innato que se le ocurre a alguien en una situación como la que dice que ocurrió es pedir auxilio. Pero ese hombre quería matar, no se le estrangula a alguien durante tres minutos para defenderse. Y ahí nos queda también la duda del cinturón. El asesino llevaba el cinturón puesto en sus pantalones y el que usó para atar los pies de Dani o bien lo buscó entre el montón de cosas que tenía en la furgoneta o bien había una tercera persona, que es algo de lo que está convencido un criminalis­ta que contraté. Pero si cualquiera se pone en la situación del asesino, hay que tener mucha sangre fría para andar buscando un cinturón y pensar en atar los pies de una persona que dices que te había agredido y al que estrangula­s. ¿Qué sugiere que pudo ocurrir?

–En esa escena en la que se produce el crimen me falta como mínimo una tercera persona. Es que de lo contrario es inexplicab­le que mi hijo aparezca en esa furgoneta, es imposible que las cosas sucedieran como él las cuenta. Es decir, Dani no aparece en ese vehículo por arte de magia. ¿O es que va intentando abrir todos los coches del parking hasta que da con uno que está abierto y en el que además está durmiendo una persona? ¿Cómo puede tener la visión, la señal, de que en esta furgoneta había un hombre tumbado y que además tenía la puerta abierta? Lo que nosotros creemos es que algo le hizo a Dani llegar hasta allí, bien una discusión entre dos personas, o una simple charla, algo que hizo que el acusado estuviera fuera del vehículo y no dentro como él dice.

El sábado se concentran en repulsa de la sentencia del Supremo.

–La concentrac­ión de este sábado va a servir para mostrar nuestra repulsa a la sentencia. Todos estos fallos han ocurrido por la falta de medios y por una investigac­ión muy cómoda. Había un muerto y tenían un asesino desde que llegaron allí. Y carpetazo. Ahora nos queda hacer patente un grito público de desesperac­ión, de que esto es inaceptabl­e, de que una persona que ha matado a otra no va a entrar en la cárcel. Es muy duro vivir con eso. Daniel falta desde hace cinco año y este desenlace es cómo vivir de nuevo el duelo.

“Ese hombre quería matar. No se estrangula a nadie durante tres minutos para defenderse. Pero la Justicia solo ha creído al asesino” “La investigac­ión policial y judicial fue penosa. Tenían un muerto y un asesino y han cerrado el caso sin querer saber la verdad”

 ?? ?? José Antonio de la Fuente, en el parking de Corralillo­s, donde mataron a su hijo en una furgoneta aparcada.
José Antonio de la Fuente, en el parking de Corralillo­s, donde mataron a su hijo en una furgoneta aparcada.

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