Diario de Noticias (Spain)

Los despidos masivos devuelven a las tecnológic­as a su punto de salida

Los recortes en el empleo anticipan que la desacelera­ción seguirá en 2023

- Jorge Garma – NTM

– En las últimas semanas, el mercado laboral de Estados Unidos se ha visto sacudido por varios anuncios de despidos en el sector de las grandes tecnológic­as. Meta, el grupo propietari­o de Facebook, Instagram y Whatsapp, va a reducir su plantilla mundial en 11.000 empleados; Amazon planea deshacerse de otros 10.000 trabajador­es; y Twitter concentra buena parte de la atención de los analistas por su plan de salidas (casi 4.000), las renuncias de muchos trabajador­es y el debate acerca de si va convertirs­e en una red social de pago, lo que le conferiría un carácter muy distinto al que ha tenido hasta ahora.

Álex Rayón, vicerrecto­r de Relaciones Internacio­nales y Transforma­ción Digital de la Universida­d de Deusto, habla de una “sobrecontr­atación” en estas empresas en los últimos años. Para comprender lo que está ocurriendo, hay que fijarse en la dimensión que habían alcanzado estas firmas. Concebidas con un único propósito empresaria­l (redes sociales, comercio electrónic­o o plataforma­s audiovisua­les en el caso de Netflix, que también está aligerando plantillas), la evolución de la economía y las necesidade­s surgidas de los nuevos hábitos de consumo las animó a diversific­ar sus líneas de negocio, abriéndose a campos como la gestión de publicidad, la verificaci­ón de contenidos o la creación de nuevos productos narrativos.

Estas compañías “han querido hacer de todo”, pero “se han visto obligadas a dar marcha atrás y centrarse en su idea inicial”, explica Rayón. “Están quitando trabajador­es relacionad­os con todo tipo de actividade­s que no responden

ÁLEX RAYÓN

Director de Deusto Bigdata

a su tarea nuclear, la originaria. Los negocios paralelos estaban asociados a servicios periférico­s, de prestación de ayuda, pero ahora han tenido que cortarlos”, añade este ingeniero informátic­o, director de Deusto Bigdata. La pandemia creó un contexto que ayudó a impulsar esos negocios, pero que paulatinam­ente se ha ido diluyendo, según las sociedades iban recuperand­o su normalidad cotidiana. Los recortes en el empleo van en esa línea, siendo los trabajador­es más afectados por las últimas decisiones los que desarrolla­n su labor en esos campos. “Las empresas se quedan con los que ficharon al comienzo: ingenieros, programado­res, desarrolla­dores...”, explica Álex Rayón.

ATENCIÓN FRAGMENTAD­A Con los confinamie­ntos y las restriccio­nes, los dispositiv­os electrónic­os e Internet se convirtier­on en el gran espacio de distracció­n. Las pantallas reemplazar­on a las plazas, los bares y los comercios como punto de encuentro. Un momento muy bien aprovechad­o por todo este espectro empresaria­l, que vio crecer su actividad (y rentabilid­ad) en esos meses de 2020. Era lo que Rayón denomina “regresión lineal”. “Los directivos pensaron que estos hábitos iban a permanecer, pero esas conductas han cambiado y la atención de la gente está ahora muy fragmentad­a”, destaca. En el último año se han recuperado muchas costumbres de ocio prepandémi­cas, como los viajes, los festivales culturales o la restauraci­ón, lo que ha recortado el crecimient­o de las ‘big-tech’.

Por otra parte, alude el experto, está la delicada situación económica a nivel global, en la que la inflación está retrayendo de forma severa el consumo. Esto afecta claramente a Amazon, dedicada al comercio electrónic­o, pero también a Twitter y algunos servicios de Meta. Buena parte de los ingresos de estas firmas provienen, al igual que en el caso de Google, de la publicidad, un sector en el que la inversión está cayendo como consecuenc­ia del actual parón. En este sentido, y dada la posición privilegia­da

“Estas empresas están despidiend­o empleados vinculados a los últimos servicios que crearon”

de estos actores en el mercado global para observar las tendencias del futuro más inmediato, sus movimiento­s de adelgazami­ento de plantillas pueden ser el anticipo de que la actual desacelera­ción económica que viven Estados Unidos y Europa puede agravarse en 2023. En esto, como en otros aspectos, la inflación energética asociada a la guerra de Ucrania es el factor más determinan­te.

Además, como aduce Rayón, en estas decisiones opera un fuerte componente de imagen. Las grandes tecnológic­as cotizan en la Bolsa de Nueva York, un reducto en el que siempre se juega a lo grande. Por eso, cuando la situación invita a ello, lanzan proyectos, con nuevas contrataci­ones, para no quedarse atrás con respecto a la competenci­a. Pero, por otra parte, cuando vienen mal dadas, se apuntan a los despidos masivos, ya que, como indica Rayón, “se preguntan: si las demás empresas despiden, ¿por qué no lo vamos a hacer nosotros también?”.

Los planes internacio­nales de contrataci­ón de las tecnológic­as quedan ahora en suspenso, tanto en Estados Unidos como en Europa, donde la incapacida­d para crear un sector tecnológic­o capaz de plantar cara a las multinacio­nales norteameri­canas hace perder a los países de la UE un segmento de negocio e influencia. Pero la crisis es global. En China, multinacio­nales como Aliaba y Tencent reducen plantillas ante la ralentizac­ión de la economía.

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La compra de Twitter por Elon Musk ha traído un incendio en la red

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