Historias al volante para concienciar
USUARIOS DE ADACEN, VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO, CONCIENCIAN A CONDUCTORES EN EL PEAJE DE IMÁRCOAIN
Cada día tienen lugar once accidentes de tráfico en Navarra. Durante este año, ya son 33 las personas fallecidas en la Comunidad Foral en la carretera. Por ese motivo, al volante toda precaución es poca. Así lo expresaron ayer miembros de la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Navarra (Adacen) en el peaje de Imárcoain, quienes, junto a agentes de la Policía Foral, informaron sobre la Campaña de Prevención de Accidentes, con motivo del Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de los Accidentes de Tráfico, celebrado este pasado domingo.
Usua Purroy, trabajadora social de Adacen, explicó que el objetivo de la campaña consiste en “concienciar y sensibilizar” a la población para prevenir accidentes. El daño cerebral adquirido con carácter crónico afecta a alrededor de 6.500 navarros. Tras sufrir un accidente en carretera, muchos de ellos padecen un traumatismo craneoencefálico, que puede devenir en daños cerebrales con secuelas permanentes. “Los traumatismos craneoencefálicos dejan secuelas a todos los niveles, incluyendo problemas físicos, dificultades al hablar, problemas de memoria y también cambios de conducta. El cerebro es nuestra gran máquina y un golpe puede dificultarlo todo en nuestro día a día”, indicó Purroy.
Cada año por estas fechas, usuarios de Adacen, víctimas de accidentes de tráfico, relatan sus testimonios para sensibilizar a conductores. Teodoro Abajo conducía un camión cuando, de pronto, tuvo un accidente que cambió su vida de forma radical. “Entré en coma y los médicos decían que no sabían si iba a salir. Los bomberos que me sacaron del camión dijeron que de esa noche no pasaba, pero hierba mala nunca muere. Soy navarrico y salí de ahí”, narró. Agradecido por haberse “salvado”, Abajo puntualizó que “lo importante es llegar, no importa cuándo”.
Joshe Echenique, de 43 años, fue víctima colateral de un accidente de tráfico. “Yo estaba con mi padre en el coche y nos pasó un camión por delante. Me llevé un golpe en las cervicales, y desde entonces tengo que usar silla de ruedas. Ahora el coche me da mucho respeto”, detalló.
Luis González, natural de Olazti, sufrió un accidente en la Nochebuena de 2010. Al terminar la cena, se subió a su furgoneta, pisó una placa de hielo y chocó. Tras el accidente, tiene medio cuerpo paralizado y dificultades para hablar. “Di vueltas de campana, y las secuelas de los golpes me duran hasta hoy”, comentó. Tenía 30 años cuando ocurrió el accidente, y lo que desea transmitir a los conductores es que “hay que evitar todas las distracciones. Esto nos puede pasar a cualquiera, la vida te cambia en tan solo un segundo”.
Usuarios de Adacen pararon a varios vehículos, en uno de los cuales se encontraba Jesús, acompañado de su familia. Escuchó la historia de González y, conmocionado, señaló que “en la carretera ocurren muchas barbaridades y es labor de todos contribuir a que haya menos accidentes. Estas campañas son muy importantes”. González, tras relatar su testimonio, le aconsejó: “Conduce con mucho cuidado, por favor. Ve despacio, y siempre con el cinturón puesto”.
En Adacen se persigue la autonomía. Los usuarios tienen que rehacer su vida y adaptarse a la nueva realidad, por eso, “para ellos esta campaña es gratificante. A pesar del mal tiempo se han levantado pensando que tienen que salir a la carretera y explicar a la gente las consecuencias de la conducción. Quieren contar su historia para que esto no vuelva a suceder”, concluyó Usua Purroy.●