Reflexión desde la UCIP para el Departamento de Salud
El pasado viernes amanecíamos con las llamadas de familiares y amigos que nos felicitaban emocionados al anunciarnos: ¡Una nueva UCI pediátrica, que sí, que sí, que lo ha dicho la consejera! Sublime jugada maestra que logra el objetivo de confundir de un plumazo a las familias navarras. Sentimos aguar la fiesta, porque a estos profesionales que están a pie de cama, y que llevan años escuchando un supuesto plan sin financiación que podría haberse resuelto con fondos europeos, no se la han colado.
Anunciar en el Parlamento a bombo y platillo un nuevo plan funcional para la creación de una nueva unidad de cuidados intensivos pediátricos sin ningún tipo de concreción es vender humo. Como también lo es distorsionar datos sumando plantillas de unidades diferenciadas y un supuesto refuerzo invernal, que todavía no tenemos el gusto de conocer. Antes de informar a la opinión pública, les rogamos que ofrezcan datos rigurosos y correctos sobre nuestra unidad.
Por otro lado, nos sorprende que se anuncie un nuevo plan funcional de gran envergadura y simultáneamente se proceda a un quinto traslado que se produce en el peor momento de urgencias e ingresos pediátricos, en plena epidemia de bronquiolitis con las ucis de las comunidades limítrofes colapsadas. Y un traslado, además, al peor emplazamiento del hospital, con niños y familias hacinadas y con un equipo exhausto física y mentalmente. Es un ejemplo más de la nula planificación y previsión, y evidencia el tremendo error de las decisiones que se toman desde el sillón de un despacho, sin tener en cuenta a los profesionales que trabajamos día a día.