EL ASTRO SE MIRA EN EL ESPEJO
MESSI, SECUNDADO POR UNA ARGENTINA AL ALZA, ASPIRA A ACABAR CON LA PESADILLA QUE REPRESENTA MARADONA
BILBAO
– Esto acaba de empezar y mientras la FIFA se esfuerza en equipararse al gobierno catarí en el escalafón de entidades odiosas, a modo de aperitivo, la competición alivia parcialmente el ánimo confirmando en el Catar-ecuador que esa máquina maligna llamada VAR no basta para pervertir la lógica del juego. También el balón regala los ojos con el intimidante alarde ofensivo de Inglaterra, pero el mundo aguarda impaciente la puesta en escena de selecciones que pican alto en las quinielas y, especialmente, de las personalidades más ilustres. El debut de Leo Messi y en un plano inferior el de Robert Lewandovski, ambos encuadrados en el Grupo C, así como la presentación de Kylian Mbappé, aparecen como los grandes alicientes del programa de hoy.
Entre los tres, el argentino se lleva la palma. Al margen de “por ser vos quien sois”, está su particular circunstancia. Cumplidos los 35, se va despedir de la cita que le ha robado el sueño durante toda su carrera y no
Robert Lewandowski, con Polonia. solo porque desluzca un palmarés apabullante. En la vitrina de su casa hay un hueco que no ha dejado de señalarlo ante la historia, que le ha privado del calor de un país que en su loca devoción por la pelota siempre prefirió al otro, a Maradona. Aspira el formal Messi a romper el espejo que le devuelve la silueta del genio roto que le antecedió.
Es posible que esta vez su obsesión se vea satisfecha porque Argentina asoma con argumentos sólidos sobre el papel. Y no es Messi el principal, si bien parece que física y mentalmente se halla en un momento dulce. Así lo indica su rendimiento reciente en el PSG o vistiendo de albiazul. Sucede que el cuadriculado fútbol actual facilita la desactivación de artistas como Messi, pero la cosa cambia si este cuenta a su alrededor con tipos capacitados para responder a cualquier reto. Sería el caso del grupo escogido por Lionel Scaloni. Lo dicen los 36 partidos consecutivos sin derrota acumulados desde 2019, cuando el propio Messi inició la reconciliación con su gente gracias a la conquista de la Copa América.
Despejada la incertidumbre originada por un par de sesiones del astro ejercitándose en solitario, una medida de precaución según informó él mismo, declaró lo siguiente: “No sé si llegamos mejor que en 2018, pero