Más de la mitad de las denuncias de género en la Ribera procede de mujeres migrantes
Un estudio del Gobierno Foral analiza la situación y dificultades de esta población, con casi 10.000 personas
TUDELA – Más de la mitad de las denuncias por violencia de género en la Ribera, un 53,2%, han sido puestas por mujeres migrantes. De las 265 registradas en 2021, 141 procedían de mujeres nacidas en algún país extranjero y 124 del Estado. Así lo muestra un estudio que ha llevado a cabo el Gobierno de Navarra, a través del Instituto Navarro para la Igualdad (INAI) y la Dirección General de Políticas Migratorias, que pretende conocer la situación de las mujeres migradas en la Ribera. Se trata de la primera vez que el Ejecutivo realiza un análisis de estas características, atendiendo a la realidad de estas mujeres en diferentes dimensiones con el fin de orientar los recursos y políticas públicas de acuerdo al punto en que se encuentran.
El análisis busca profundizar sobre distintas cuestiones compartidas por la población femenina migrante en hasta 22 municipios de la Ribera de Navarra; considerando aspectos como la demografía; los motivos, vías de llegada y expectativas; el empleo y los cuidados; la vivienda; la violencia contra las mujeres; y cuáles son sus valores y prácticas culturales. En total 30 mujeres migradas procedentes de diferentes países han aportado su testimonio; y 46 profesionales o representantes de asociaciones de mujeres (40 mujeres y 6 hombres) han participado en el trabajo de campo. Estas residen en Ablitas, Arguedas, Barillas, Cascante, Monteagudo, Murchante, Tudela, Tulebras, Cintruénigo, Fitero, Cabanillas, Ribaforada, Buñuel, Cortes, Fontellas, Fustiñana, Corella, Castejón, Valtierra, Villafranca, Milagro y Cadreita.
Una de las primeras conclusiones de este estudio es el importante incremento de la migración femenina. En el año 2000 las mujeres suponían el 39,6% del total de población nacida en otros países (950) y los hombres, el 60,4% (1.446). En cambio, en 2020, las mujeres representan casi la mitad de la población migrada, el 48% (9.667), mientras que el 52% son hombres (10.454). Además, tal y como apuntan los recursos sociales y de salud de la Ribera, son cada vez más mujeres las que se desplazan o llegan a la Ribera solas.
En lo que se refiere a la zona de procedencia se observan tres grandes zonas: América Latina, Magreb y Europa del Este. Representan al 92,37% de las personas migradas a la Ribera en 2020. América Latina supone el 38,13% (Colombia, Ecuador y Bolivia) y le sigue la zona del Magreb, el 38,03% (Marruecos y Argelia). El tercer grupo lo constituyen personas procedentes de Europa del Este (Rumanía y Bulgaria) con un 12,39%; y, por último, las personas migradas de otros países de África son el 3,82%.
El país de procedencia influye en las oportunidades de estas mujeres, con diferencias entre aquellas que proceden de un país de habla hispana o no, o con referencias culturales similares o muy distintas a las del país y sociedad de destino.
Las mujeres que están en situación regular trabajan principalmente en el sector de los cuidados, así como en empresas de hostelería y del sector agroalimentario. Las mujeres latinoamericanas tienen mayores posibilidades de encontrar empleo, generalmente vinculado al sector de los cuidados, si bien las mujeres de Europa del Este son quienes tienen en la Ribera un empleo más estable. En el otro polo, se sitúan las mujeres del África Subsahariana, el grupo más vulnerable. En el caso de las mujeres de Marruecos y Argelia, el empleo es una realidad menos viable en sus procesos, sobre todo cuando tienen hijas e hijos menores, ya que son casi en exclusiva las únicas responsables de los trabajos domésticos y de cuidados en sus hogares.
El estudio concluye que la relación con la vivienda en la Ribera se ve condicionada por circunstancias como la existencia de prejuicios y estereotipos étnicos y raciales que dificulta que se les alquilen viviendas, los precios y las condiciones de habitabilidad de las viviendas y la mayor exclusión financiera de las mujeres. No obstante, el estudio destaca como positiva la actitud proactiva de las mujeres para buscar alternativas de alojamiento, algo que también se ve beneficiado gracias a la solidaridad vecinal y apoyo de instituciones y entidades del Tercer Sector.
Por último el análisis revela que hay mayor prevalencia de manifestaciones concretas de la violencia contra las mujeres, como Prostitución y Trata de mujeres y Niñas con fines de explotación sexual, o el hecho de que hayan vivenciado matrimonios concertados, a edad temprana y forzados. Así como la mutilación genital femenina, realidad que han enfrentado muchas de las mujeres que viven en la Ribera procedentes de países de África.
El estudio propone incentivar la presencia y protagonismo de las mujeres migradas, desde la diversidad y riqueza que representan en la zona, en todas las políticas públicas dirigidas a la población y, sobre todo, a la población migrada. Para ello se sugiere desarrollar programas de formación y capacitación dirigidas al personal que interviene con mujeres migradas en materia de igualdad de género e interseccionalidad.
Además se apuesta por promover su empoderamiento desde las Entidades Locales para incentivar y desarrollar sus capacidades y competencias de manera complementaria a los cursos de alfabetización y de castellano que ya ofrece el Gobierno Foral. También se requiere trabajar con la población de la Ribera, “con acciones y programas de información y sensibilización, que permitan desmontar y romper los estereotipos y prejuicios con los que miran y se relacionan con las mujeres migradas, que dificultan su integración y una convivencia pacífica y democrática entre las poblaciones de origen y de acogida”.●
“Nuestra línea de trabajo es hacer un foro en la Ribera de mujeres migrantes, de lideresas y referentes” EVA ISTÚRIZ
Instituto Navarro para la Igualdad