Cuba celebra elecciones locales con llamamiento a la abstención
Ocho millones de cubanos estaban llamados a las urnas para elegir a los delegados de barrio
– Unos ocho millones de cubanos mayores de 16 años estaban llamados ayer a las urnas para los comicios locales de elección de los delegados (concejales) de barrio, el primer capítulo del nuevo ciclo electoral que culminará en 2023 con la conformación del Parlamento, que designará al presidente de la República. 26.746 candidatos se postulaban para 12.427 puestos de distrito en las Asambleas del Poder Popular. Se trata de la primera votación que tiene lugar tras reestructuración del sistema electoral en el país, que ha eliminado 85 circunscripciones.
Según los datos de la Comisión Electoral de Cuba, el 65 por ciento de los
LA HABANA
candidatos son militantes del Partido Comunista de Cuba, el 44 por ciento son mujeres y el 7 por ciento son jóvenes. Sólo el 27 por ciento aspira a la reelección por un mandato de cinco años. La segunda vuelta de los comicios está programada para el domingo 4 de diciembre en aquellas circunscripciones donde ninguno de los candidatos obtenga más del 50 por ciento de los votos válidos emitidos.
El presidente cubano Miguel Díazcanel emitió su voto por la mañana recién llegado de la gira internacional que le ha llevado en los últimos días por Argelia, Turquía, Rusia y China para negociar la seguridad energética de Cuba en estos momentos de crisis internacional. La plataforma de disidencia D Frente, que reúne a personalidades y grupos de la oposición cubana, o el también opositor Consejo para la Transición Democrática de Cuba (CTDC) lamentó las dificultades que han tenido para inscribirse.
El nombre de los cubanos permanece oculto, lamentan, antes de denunciar que anteriores procesos electorales el Gobierno ha estigmatizado y finalmente frustrado la candidatura de opositores. “La única representación genuina es la representación plural de la ciudadanía. Desde abajo, desde donde se construye la democracia”,
LUCHA CON LA DISIDENCIA
afirma el CTDC en un comunicado recogido por el portal 14ymedio.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, minimizó las campañas lanzadas por la disidencia para abstenerse en las elecciones municipales, al asegurar que “no hacen mella en nuestro pueblo”. Disidentes y activistas han abogado desde hace semanas en redes sociales por la abstención, como una forma cuantificable de expresar un rechazo al sistema. “Son tentativas, ladran, lo cual quiere decir que nosotros cabalgamos y avanzamos (...) es una lástima”, agregó Rodríguez. El canciller, que votó en un colegio electoral del municipio habanero de Playa,
aseguró que “va a haber una muy alta participación” en esta jornada, aunque matizó que estos comicios “tienen una característica diferente en comparación con un referendo constitucional, nacional o incluso respecto a la elección de los diputados”. El referendo del pasado septiembre para aprobar el Código de las Familias –una norma que incluye, entre otras cosas, el matrimonio igualitario– registró una abstención del 26%, particularmente alta para Cuba.
En estas elecciones intervienen más de 180.000 autoridades electorales, además de 1.400 supervisores y 24.000 colaboradores. Las campañas están prohibidas en Cuba. En los lugares más concurridos de los barrios se expone una breve biografía con foto de cada uno de los candidatos, pero éstas no incluyen programa ni propuestas. Los delegados, que se encargarán principalmente de la gestión de problemas y quejas en sus comunidades, conforman además las Asambleas Municipales del Poder Popular. política, hay un hecho muy llamativo y, por el momento, inexplicable: una vez dada la noticia, ni la prensa progresista ni los escasos medios conservadores que apoyan a Trump, se hicieron eco de la situación.
Y no es que no merezca un buen análisis informativo, toda vez que los rivales neoyorkinos de Trump, que son abundantes, ya han empezado procedimientos legales contra él por cuestiones fiscales y esperan sacar informaciones jugosas que aumenten sus posibilidades de, por lo menos, dar al traste con las ambiciones políticas de Trump y, en el mejor de los casos para estos enemigos de Trump, conseguir una condena por causas penales.
Es una lucha sin cuartel y desde hace tiempo entre el expresidente y sus enemigos políticos –¿o tal vez económicos– y, por ahora, Trump ha conseguido salirse con la suya…hasta el momento en que el máximo tribunal del país, cuya composición es en buena parte obra suya pues nombró a tres de sus actuales magistrados, falló contra él. Trump reaccionó con su estilo habitual, denunciando al tribunal que había sentenciado en contra suya y que, según sus palabras, se ha convertido en un elemento de maniobras políticas y ha perdido toda credibilidad. La casi nula reacción de los medios informativos podría ser resultado del calendario, pues esta ha sido la semana del Thanksgiving, el Día de Acción de Gracias que reúne a través del país a familiares y amigos como ocurre con la Navidad en Europa, pero más bien parece producto del desconcierto: entre los demócratas, porque les será difícil seguir acusando de partidismo al máximo tribunal del país y entre los republicanos porque tienen ya bastante trabajo en sacar provecho de la ajustada victoria electoral y no es hora de dedicarse a un candidato presidencial con perspectivas escasas y problemas abundantes.●