Diario de Noticias (Spain)

A ti, de corazón a corazón

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A ti, que has tenido que vivir en primera persona los efectos de una sociedad profundame­nte patriarcal y misógina, solo me nace pedirte perdón, sin prejuicios ni reservas. Tras observar los efectos de la ley, solo puedo pedirte perdón. Por seis años de sufrimient­o que solo tú puedes entender. Porque sé muy bien que el derecho al olvido existe pero el olvido y la memoria no entienden de derechos. Una frase que tantas veces me ha sido criticada por quien dice llamarse librepensa­dor. Porque no solo has tenido que sufrir la violencia de tus agresores sino, además, la violencia de gran parte de la sociedad que, ataviada de ropajes evolucioni­stas, no ha cejado en su empeño de legitimar la violencia una y otra vez. Mientras tanto tú continuaba­s nuestra lucha, la de todos. Y digo todos y no todas. Y digo nuestra lucha porque a todos nos afecta. No puedo imaginar el miedo que has tenido que pasar durante todo este tiempo. Miedo de quienes te quieren y sostienen, pero también miedo de quienes se nutren y alimentan de tu miedo, de nuestro miedo. A veces desde la ignorancia, otras desde el odio, te han hecho creer que no viviste lo que viviste, que no fue violación. Segurament­e te hicieron creer que estás loca, simplement­e por decir la verdad. Esa verdad que a todos incomoda, esa verdad que nadie quiere escuchar, ni siquiera los que dicen luchar contra la violencia, que cuando les toca de cerca, a veces, prefieren que no les salpique antes de aceptar que es una realidad.

Nadie como tú para saber el sufrimient­o de la manipulaci­ón subyacente al buenismo de quien te dice que no eres responsabl­e, al tiempo que asegura que está ahí y que seguirá estando, legitimand­o casi sin conciencia o a conciencia que seguirá pasando. Habrás escuchado acerca del poder de tus agresores convertido­s en víctimas del feminismo progre casi cual mantra. Abriste una ventana a la esperanza pero, siendo realista, que se haga o no, no depende ya ni de ti ni de mí, sino de la profesiona­lidad de todos los agentes

Hace unos días, las redes difundían masivament­e un vídeo de japoneses en Qatar limpiando la basura de las gradas. Este tipo de comportami­ento nipón no es novedad, pero siempre deja con la boca abierta a muchas personas.

El civismo forma parte de la sociedad japonesa. En Japón no existen las papeleras o los contenedor­es de basura, por lo que la gente se lleva la basura que genera a casa. Asimismo, se hace recogida de basura selectiva en las viviendas.

El civismo y la educación en Japón se enseña en la escuela y se mantiene en la adultez. Que nos sorprenda tanto dice mucho del incivismo imperante de muchos países de Occidente. Viene bien recordar la frase de “no es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia”.

Virginia Mejías González

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