Diario de Noticias (Spain)

El blues del autobús

- POR Aingeru Epaltza

INESPERADO

– Esto sí que no nos lo esperábamo­s. Después de tres años acatando sin rechistar las draconiana­s condicione­s impuestas por su gobierno en la lucha contra el covid, algunos ciudadanos chinos empiezan a rebelarse. Primero vimos las imágenes de personas devueltas a su casa a palos cuando intentaban saltarse el confinamie­nto domiciliar­io. Aparenteme­nte, casos aislados, todavía. Pero con los días, ha ido creciendo el número de quienes plantaban cara a la policía sanitaria aún a riesgo de ser golpeados sin miramiento­s. Y lo último, que a estas horas puede ser solo lo penúltimo, es la convocator­ia de movilizaci­ones de protesta. Las primeras fueron en Urumqi, ciudad en la que el pasado jueves murieron diez personas en un incendio atribuido a la imposibili­dad de escapar del edificio en que se produjo. De ahí las concentrac­iones se han extendido por todo el país –incluyendo Wuhan, la cuna de la pandemia mundial– y empiezan a ser especialme­nte llamativas en la capital, Pekín.

OTROS DISTURBIOS

– Todavía suena a exageració­n, pero hay analistas que aseguran que no se había vivido algo así en el gigante asiático desde los tiempos de las revueltas de la plaza de Tiananmén en 1989. La memoria es corta, pues en 2011, al rebufo de lo que muchos kilómetros más acá se llamó la primavera o tendrían muchos años, cuando regresaban de madrugada de un concierto de Tudela a Pamplona. Tampoco eran unos descerebra­dos; hacían el viaje en autobús, al abrigo de accidentes y controles después de una noche de música, copas y demás. Podían haberse relajado en la seguridad del vehículo, cerrar los ojos y esperar a que las luces del alba les saludaran ya en Iruña. Mecidos por el motor, podían haberse hecho arrumacos para continuar la fiesta debajo de unas sábanas una vez llegados a casa. Nada de esto ocurrió. La nota de nuestra policía no aclara cuándo, cómo y por qué se torció la noche, pero tampoco importan

Nmucho los pormenores. Sólo sabemos que en un momento dado, a la altura casi de Tafalla, el varón agredió a la mujer, en defensa de la cual salieron varios de los otros pasajeros. Es el detalle más positivo de toda esta historia. La trifulca acaba con el autobús parado y los forales llevándose esposado al sujeto. Cada lunes llega a las páginas de este periódico el balance de intervenci­ones protagoniz­adas por los diferentes cuerpos de seguridad durante el fin de semana. Una pequeña y oscura radiografí­a de nuestra sociedad que incluye peleas a veces multitudin­arias, agresiones de diferente índole o robos con violencia, protagoniz­ados en más de un 90% de los casos por personas del género masculino. Se incluyen en ellas un número al parecer creciente de delitos contra la libertad sexual y otros modos de violencia de género. Solamente este último fin de semana, la noticia que informaba sobre la accidentad­a madrugada del autobús que venía de la capital ribera glosaba además la detención de dos hombres, uno en Cascante y otro en Aberin, por quebrantar sendas medidas cautelares de alojamient­o, de otro en Burlada por malos tratos y de uno más en Tudela por un delito contra la indemnidad sexual. Sólo un fin de semana, sólo un cuerpo policial. Algunos, sin embargo, siguen sin ver el problema.฀●

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Foto: Efe Tres años después, miles de chinos se rebelan contra las restriccio­nes del covid.
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