Se unen profesionales y voluntarios en Irulegi
EL AYUNTAMIENTO DE LA LOCALIDAD NAVARRA FUE EL PRINCIPAL PROMOTOR DE LAS EXCAVACIONES QUE DIERON CON LA MANO
La historia del yacimiento de Irulegi comienza en 2006 cuando una cuadrilla de vecinos del valle, en auzolan, subieron al monte, a donde se intuía que pudo estar el castillo medieval, y comenzaron a desbrozar y limpiar el terreno. Pronto encontraron restos arquitectónicos y comprendieron que necesitaban el apoyo de una institución científica para continuar con los trabajos.
Fue en 2007 cuando el Ayuntamiento del Valle de Aranguren encargó los trabajos arqueológicos a la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que primero llevó a cabo la excavación y consolidación del castillo de 2007 a 2017. A partir de 2018, se inició la excavación del poblado prerromano, junto a la fortaleza, explicó el alcalde del Valle de Aranguren, Manuel Romero.
PRIMER HALLAZGO Un reportaje de
La idea, señaló, era investigar el poblado de la Edad de Hierro y la forma en que fue atacado por los romanos, tras lo cual se abandonó.
Fotografía
El arqueólogo Mattin Aiestaran trabajó en el yacimiento primero en prácticas como alumno universitario y desde
PROFESIONALES Y VOLUNTARIOS
2018 como director del mismo. Según indicó, como es habitual, el trabajo de campo se hace en verano, entre junio y julio, y durante el resto del año se procesan todos los materiales y se hacen los informes e investigaciones.
En ese trabajo de campo participan técnicos y arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi junto a profesionales como arquitectos y geólogos. También se trabaja en red con distintas universidades como la del País Vasco o la de Burgos.
Y después está una de las partes más importantes de todo este proceso: los alumnos universitarios que acuden cada año a excavar en Irulegi en prácticas. De esta forma, “intentamos ofrecer información práctica a toda esa generación de jóvenes arqueólogos”, destacó Mattin Aiestaran.
Una vez al año, los principales hallazgos se muestran a los vecinos de la zona en el frontón de Aranguren. “Evidentemente, nos debemos