“Hay que romper con el modelo del 78”
Reclama “una democratización del Estado” y “romper con ataduras perpetuadas” Considera que el texto “carece de cualquier tipo de vigencia y no es útil para la ciudadanía”
– “Esta Constitución es el producto final de la Transición. Un marco caduco, agotado, el pilar de la sacrosanta unidad de España, lo dice clarísimamente, y viene a ser un corsé para las aspiraciones democráticas de las naciones sin Estado como es la nuestra, Euskal Herria”, critica Laura Aznal. “En el caso de Navarra, el objetivo claro es separar a Nafarroa del resto de territorios vascos”, critica. Asimismo, EH Bildu ve el texto “absolutamente anacrónico en la forma de Estado. Es una herencia clara del franquismo, que quería dejar todo atado y bien atado, perpetuando la monarquía”.
Respecto a la Transitoria Cuarta, para Aznal “de alguna manera sí que se reconoce la relación histórica y política de los territorios vascos, y también la posibilidad de
PAMPLONA
– Begoña Alfaro nació en 1982, ya una vez aprobada la Constitución. “Tengo 40 años, no soy joven ya, nos encontramos con un texto que la inmensa mayoría no lo hemos votado. Yo no voy a juzgar con los ojos de hoy la Constitución del 78, quiero pensar que fue la posible saliendo de una dictadura. Entiendo que las constituciones vivas, útiles y que generan un marco legítimo son las que se reforman y las que se adaptan a los tiempos presentes. Considero que las condiciones sociales y políticas han variado radicalmente. La realidad ahora mismo en España es tan diferente de la que había en aquel momento que creo personalmente que el texto carece de cualquier tipo de vigencia. Se ha modificado solo en dos ocasiones muy puntuales, una de
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Laura Aznal.
llevar a cabo un referéndum, pero desde luego este no es nuestro modelo ni nuestra aspiración. Nunca hemos planteado derogarla, pero tampoco activarla. Aspiramos a que podamos decidir la relación que queremos tener con el resto de territorios vascos, y nuestra apuesta es un modelo confederal. Es decir, de igual a igual”. Sobre la Lorafna, que ha cumplido 40 años, Aznal considera “totalmente necesario
Begoña Alfaro.
ellas con mucha agilidad, porque fue cuestión de una llamada telefónica al dictado de Europa, la modificación de 2011 para anteponer el pago de los intereses de la deuda a cualquier tipo de gasto, incluido el social. Portugal lo ha hecho 7 ocasiones y Suecia en treinta y tantas. Begoña Alfaro piensa que el texto actual “no es útil para la ciudadanía un debate político y social. Necesitamos soberanía en Nafarroa, y un marco jurídico y político diferente para todos los retos que tenemos. Deberíamos poder decidir sobre hipotecas, alquileres, el IVA y tantas otras cuestiones que nos afectan”.
Según Aznal, “la democratización del Estado debería pasar sí o sí por cambios estructurales que rompan con determinadas ataduras que se han perpetuado, lo mismo que con cambios que reconozcan la plurinacionalidad y el derecho de los pueblos a la autodeterminación. Pensamos que hay que romper con el modelo del 78, pero no parece a día de hoy que tengamos esa voluntad mayoritaria y esas condiciones. Desde luego, en Euskal Herria Bildu vamos a seguir trabajando con el resto de sectores políticos y sociales soberanistas e independentistas del Estado para abrir este tipo de transformaciones tan necesarios en la Navarra del siglo XXI”. y merecería una reforma a fondo, si no abrir un proceso constituyente y votar un nuevo texto, que procesalmente sería más sencillo, incluso”.
Para Alfaro “la derecha se autodenomina constitucionalista, pero selecciona ese constitucionalismo a la carta, se erige como defensora de los artículos más relativos al tema territorial, con una interpretación sesgada, y hace caso omiso a todo lo que tiene que ver con derechos y libertades fundamentales. Ahí es precisamente donde creo que habría que poner el foco en un hipotético escenario de modificación”, dice. Por ejemplo, “elevar los derechos sociales a vinculantes, como la vivienda o a la educación”, o “profundizar en la participación democrática” para no “limitarla al voto cada cuatro años”. O “la regulación de la corona, por ejemplo en la inviolabilidad del rey, romper con figuras anacrónicas que no tienen parangón en otras democracias europeas”, concluye.