¿Dónde está la juventud?
omos la juventud, a su vez, la generación más formada y la más pobre. Pero antes de analizar a la juventud debemos hacer un repaso al mundo que nos ha tocado vivir. Como ya lo adelantó Francis Fukuyama en 1992 con su libro El fin de la historia y el último hombre, la democracia es el único sistema político coherente. Pero en la actualidad, sus cimientos se están tambaleando, la crisis económica, energética, sanitaria, financiera, social… está derivando en un gran empeoramiento del nivel de vida de la sociedad y, en suma, están surgiendo grandes problemas como las dificultades de emancipación, trabajo digno…. problemas que ya más de una vez, desde Geroa Bai y Gazteok Bai, hemos denunciado, analizado y ofrecido respuestas. Este gran empeoramiento del nivel de vida de la sociedad está derivando en una gran crisis política que ha hecho que grandes sectores de la población no se sientan identificados con el sistema que más riqueza e igualdad ha dado a Europa. Esto no solo ha hecho que el abstencionismo se dispare, sino que también ha producido que antiguas ideologías se reorganicen:
Sel neoconservadurismo, la nueva derecha cristiana, la nueva extrema derecha, el populismo ideológico y algunas ramas del fascismo. Movimientos que están poniendo en duda nuestros derechos sociales y políticos básicos. Por supuesto que nuestra democracia aún no está condenada, pero ahora nos toca decidir hacia dónde queremos avanzar, si queremos que las nuevas generaciones, como la mía, vivamos en democracia, o si queremos condenarnos a vivir bajo ideas ya superadas. Porque la democracia no es la ley natural.
En cuanto al contexto joven, según el Instituto Navarro de la Juventud, actualmente la edad media de emancipación es de 29 años y solo el 29,8% de las personas jóvenes navarras de entre 16 y 29 años viven emancipadas. A su vez, según el Observatorio de la emancipación solo el 16,75% de las y los jóvenes del Estado español están emancipadas. En cuanto a la precariedad laboral, conforme a un estudio de Fedea, el valor adquisitivo de los salarios de los y las jóvenes de entre 18 y 35 es menor que en 1980, con caídas desde el 26% en las edades de 30 y 34 y hasta un 50% entre 18 a 20 años. De la misma manera, según ELA el paro juvenil ha superado el 20% en Navarra y según la OIT el 27% en España, asimismo, de acuerdo con UGT la juventud representa el 39,5% del total del paro en Navarra. Todo esto está produciendo un aumento de la brecha generacional. Es lógico que una persona veterana cobre más, pero lo que no es lógico es que la diferencia del sueldo entre una persona de entre 25 y 35 años y otra entre 45 y 54 se haya multiplicado por 2 en 8 años, creando realidades totalmente diferentes entre unas generaciones y otras. La problemática joven es muy grande, y podría seguir escribiendo sobre otros muchos temas tales como que, según la asociación Aralar de ayuda y prevención ante la ludopatía, la edad media de inicio a las apuestas y al juego es de 19 años y que desarrollar la adicción ha pasado de estar entre 7 a 8 años a, en dos décadas, estar en uno a dos años y que el 63% de los ludópatas tiene menos de 35 años. También podría escribir sobre la cifra de jóvenes que se han quitado la vida que se ha cuadruplicado desde 2017 a 2021. Pero creo que se ha entendido el problema, luego que no nos sorprenda si se vuelva a repetir lo de los últimos comicios estatales y autonómicos, donde ni la mitad de la juventud fue a votar.
¿A qué se debe esta situación? El problema es transversal y muy amplio, y aunque se están dando soluciones concretas que pueden solventar parte de la crisis, no es suficiente y no lo va a ser, ya que desgraciadamente el futuro cercano de Europa es desolador. En occidente desde 1970, el postmodernismo influido por Michel Foucault ha traído nuevas reflexiones muy necesarias para una sociedad como la nuestra, pero a su vez, también ha hecho que se pierda la perspectiva general en tiempos de crisis.
Por otro lado, una visión que lleva atacando a la Europa mediterránea y al Estado español es el pensamiento de que el trabajo intelectual es mucho más importante que el manual, y actualmente estamos en su máximo esplendor: si una o un estudiante no acude a la universidad y hace un grado superior o, sobre todo, un grado medio, se le cataloga como un desastre como estudiante y casi como persona. Estamos llegando a una etapa en la que casi se obliga a ir a la universidad cuando no debe ser la finalidad de toda persona joven y estudiante.
Igualmente, esta situación se debe a las grandes diferencias, desconexiones, filtros… que hay entre la sociedad y las instituciones. Se está produciendo un alejamiento entre la sociedad y la democracia que no solo está haciendo perder legitimidad a nuestro sistema político, sino que este alejamiento está produciendo un mayor desconocimiento. La juventud sentimos que nuestros grandes problemas no se están debatiendo con la profundidad necesaria en las instituciones. De igual forma, la agenda pública no se asemeja a la mediática, es decir, hay temas que preocupan al público y otros de interés mediático. Los medios son capaces de dirigir la atención de la opinión pública y marcar la ruta de la agenda política. Solo cuando confluyen los intereses de la opinión pública y los mediáticos conseguimos que en las instituciones se hable de aquellas cosas que realmalinterpretaciones,