Diario de Noticias (Spain)

El asador Arrieta enciende las parrillas

Juan Oficialdeg­ui y Michel Solana dirigen este local en el centro de Iruña especializ­ado en las carnes y pescados a la brasa y en las croquetas de chuletón de vaca

- ✎ Mikel Sola  Iban Aguinaga

PAMPLONA – “Somos un asador, asador. Con nuestras parrillas, nuestros fuegos, nuestras carnes a la brasa y una amplia gama de pescados frescos que vienen directamen­te de la lonja: rodaballos, besugos, lenguados, almejas, bogavantes azules, virreyes...”, enumeran Jon Oficialdeg­ui y la familia Solana, propietari­os del nuevo asador Arrieta, que el lunes encendió por primera vez los fogones en la calle Emilio Arrieta, 9, de Pamplona. “No habíamos anunciado nada porque no sabíamos cuándo íbamos a abrir y dimos más de treinta comidas. El inicio ha sido muy positivo porque los comensales salieron muy contentos y un par de mesas ya nos dijeron que iban a repetir. También tenemos bastantes reservas para Navidad”, señala Juan Oficialdeg­ui.

El asador, con 16 trabajador­es en plantilla, está especializ­ado en las carnes a la brasa: chuletilla­s de cordero lechal de Navarra, chuletón de buey y solomillo y chuletón de vaca. “Selecciona­mos las mejores piezas. Para los chuletones, utilizamos la raza rubia gallega, es una de las mejores carnes que hay”, indica Oficialdeg­ui. El asador también ofrece una amplia gama de pescados del cantábrico a la brasa: rodaballo salvaje, besugo de anzuelo, lenguado salvaje, virrey de anzuelo y bogavante con lemongrass, una planta asiática de color verde – parecida al puerro– con olor a cítrico.

Las carnes y pescados se maridan con una extensa cava de vinos: tintos, blancos y rosados navarros, riojas, de Ribera del Duero, del Campo de Borja, del Priorato o Rías Baixas. “Tenemos hasta 300 referencia­s diferentes. La idea es construir una bodega divertida, que haya un equilibrio entre vinos clásicos e innovadore­s. Tenemos vinos de autor de Francia, Alemania, Argentina, Australia y Chile”, afirma el sommelier Jonanderso­n Mosquera.

El asador también ofrece entrantes fríos –carpaccio de picaña de buey, steak tartar de solomillo o almejas de carril–, entrantes calientes –mollejas de ternera, hongos salteados o

cocochas de merluza–, clásicos como menudicos de cordero, alubia negra de Tolosa o ajoarriero con bogavante. En total, el asador cuenta con 26 mesas, 20 grandes y seis pequeñas, y un aforo de entre 90 y 110 comensales.

DOS ESTRELLAS MICHELÍN

Raúl Miranda, jefe de cocina del asador, se encarga de que las carnes y pescados queden en su punto. El pamplonés, con dos estrellas Michelin a sus espaldas, lleva casi cuatro décadas entre brasas y parrillas. A los 15 años, se estrenó en el prestigios­o restaurant­e Tubal de Tafalla, donde ganó su primera estrella Michelin. Siete años después, fichó por el Rodero de Pamplona y de Caracas. Raúl vivió once años en Venezuela y en 2003 regresó a Navarra. Se convirtió en jefe de cocina del Otano, fundó el Mesón Pirineo de Estafeta y tras cinco años “se me quedó pequeño”, confiesa Raúl, que cambió totalmente de aires y descubrió la variada gastronomí­a española y latinoamer­icana : Cerler –el pueblo más alto del Pirineo Aragonés–, Ibiza, Republica Dominicana, Cuba, Cancún, Riviera Maya y Curazao, una isla de los Países Bajos del Caribe.

Después de tanto viajar, Raúl se ha asentado en Pamplona. “Estaba muy bien en Cuba y México, pero soy amigo de Michel desde que éramos pequeños. Nos conocemos desde parbulitos. Me explicaron el proyecto y no dudé en sumarme. Además, tenía la familia un poco abandonada”, apunta. A Raúl le acompañan otros tres parrillero­s con tres décadas de experienci­a en el sector que han trabajado en asadores de Europa, África y América.

CROQUETA DE CHULETÓN

El asador también ofrece servicio de bar y disponen de una segunda cocina, separada de las parrillas, donde se preparan fritos y pinchos al instante: frito de pimiento con carne de chuletón de vaca y pimientos del piquillo de Lodosa, croqueta de chuleton, chistorra de Lerín a la brasa –primer premio en 2022–, manitas de cero rellenas de boletus, ostras o erizo de mar gratinado.

Durante las reformas del local, que ha durado varios años, bajaron la cota del suelo 80 centímetro­s y lograron una entreplant­a donde se ubican las cámaras frigorífic­as y los trenes de lavado. “El proyecto nace de la necesidad de fusionar la tradición con la actualidad, el asador con el restaurant­e. Para ello se ha extraído la esencia de los materiales tradiciona­les, como son la piedra, la madera y el ladrillo, para crear un espacio acogedor, sobrio y elegante”, explican desde Arauzo Arquitectu­ra, estudio encargado de la reforma del establecim­iento.

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Los trabajador­es y los propietari­os del asador Arrieta en el interior del local.
 ?? ?? El equipo de parrillero­s del asador con unos chuletones.
El equipo de parrillero­s del asador con unos chuletones.
 ?? ?? El sommelier Jonanderso­n en la cava de vinos.
El sommelier Jonanderso­n en la cava de vinos.

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