BADIOLA, CONDENADO A DIEZ AÑOS
REAL SOCIEDAD EL EXPRESIDENTE ES DECLARADO CULPABLE POR CALUMNIAS E INJURIAS
– Iñaki Badiola, el expresidente de la Real Sociedad, fue condenado ayer a diez años y ocho meses de cárcel por delitos de calumnias e injurias después de acreditarse su titularidad de dos cuentas de Twitter que utilizaba para publicar de forma anónima mensajes vejatorios contra distintos políticos, jueces y periodistas de Gipuzkoa. Con todo, parece que el empresario evitará entrar en prisión porque ninguna de las ocho penas por injurias supera los dos años. Sin embargo, de lo que no se librará será de las multas por valor de 180.000 euros e indemnizaciones que suman 195.000 euros para compensar a las víctimas, entre las que se encuentran entre otros el todavía diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano (PNV); y al exalcalde de Donostia y exdiputado socialista Odón Elorza.
El juzgado de lo penal número 3 de Donostia considera en su sentencia, de 150 folios y que no es firme ya que cabe recurso en la Audiencia de Gipuzkoa, a Badiola responsable de “ocho delitos continuados de calumnias hechas con publicidad en concurso de normas con un delito contra la integridad moral”. Además, le condena por otros cinco delitos continuados de “injurias graves hechas con publicidad en concurso de normas con un delito contra la integridad moral”.
En el juicio, celebrado en enero, el que fue presidente de la Real Sociedad en 2008 negó haber creado cuentas en redes sociales para injuriar y aseguró que se trataba de hechos “totalmente ajenos” a su persona. Sin embargo, la sentencia recoge “sin ningún género de dudas” que “tanto la titularidad” de las cuentas de Twitter, así como los mensajes que se difundieron a través de ellas tuvieron como autor a Badiola. Así, el empresario creó en octubre de 2015 una cuenta llamada @Gipuzkoaconfide que fue suspendida en abril de 2018 y, por ello, sustituida por @Gipuzkoaconfid. Ambas, tal y como concluyó la investigación de los expertos en delitos informáticos de la Ertzaintza, fueron utilizadas “de manera clandestina, para desahogarse por lo que le pasaba”.