EL ÚLTIMO PLENO DE LA LEGISLATURA AMARGA LA DESPEDIDA DE MAYA
● El Ayuntamiento celebra la última sesión del mandato con la ausencia de los 2 ediles que se han pasado al PP y un tenso debate
PAMPLONA – El Ayuntamiento de Pamplona celebró ayer el último Pleno ordinario de la legislatura, que sirvió para hacer balance de estos 4 años y de despedida para muchos de los actuales representantes municipales, entre ellos el alcalde Maya, la socialista Maite Esporrín y el portavoz de Geroa Bai Patxi Leuza.
La sesión se celebró sin la presencia de los dos exconcejales de UPN que se han pasado a la candidatura del PP, María García-barberena y Fermín Alonso, que tampoco aparecieron por la sesión fotográfica a la que habían sido citados los 27 corporativos para el tradicional retrato de grupo en la despedida de la legislatura.
Lejos del buen ambiente que suelen presidir los finales de mandato, el Pleno de ayer estuvo caliente, con tensas intervenciones donde los portavoces, mirando de reojo a la campaña electoral, aprovecharon para sacar a relucir los proyectos más controvertidos de estos 4 años o sacar pecho.
Maya, después de dos legislaturas como alcalde y otra en la oposición, vivió una despedida agridulce. En realidad, ha sido así desde que rompió el pacto presupuestario con el PSN y tuvo que gobernar en minoría, lo que ha condicionado la gestión municipal.
En la sesión de ayer fue el centro de todas las críticas y le tocó intervenir en el debate sobre la pasarela del Labrit tras una iniciativa presentada por EH Bildu.
Como el concejal Alonso no estaba presente en la sesión, le tocó al alcalde responder a la dura intervención de Joseba Asiron sobre el gasto originado por el arreglo de la dichosa pasarela, por encima de 1,4 millones de euros.
El portavoz abertzale criticó al equipo de Gobierno por “despilfarrar el dinero de la ciudad con tal de no acepta una derrota política” y marcharse dejando a la ciudad “empantanada” y anunció que pondrán en marcha una “exhaustiva auditoría sobre todo el expediente de la pasarela del Labrit” que “delimite las responsabilidades por el dinero que no se recupere”.
Maya respondió que si le hubiesen hecho caso a Asiron “en este momento no habría pasarela” y que la reclamación no habría salido adelante porque no se podría peritar la pasarela debido al derribo: “Lo que no soporta es que la gente esté usándola”.
En su última intervención como concejal, Maite Esporrín dijo sobre el arreglo que “ha sido una chapuza en la gestión y un derroche de dinero público” con una desviación del presupuesto para la reparación “tremenda”, al igual que el incremento del tiempo. Asimismo consideró que no pueden asegurar que se repondrá la totalidad del gasto que el Ayuntamiento ha invertido en su reparación.
Desde Geroa Bai, Javier Leoz recordó que la pasarela “estaba en mal estado e incumplía la legislación desde el inicio”, criticó que no quisieran estudiar si merecía la pena la reparación y aclaró que, si se hubiese hecho el desmantelamiento, “se iba a ir certificando cómo estaba” para poder